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DrPingas
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M'sheireus Huua
Daime'é
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M'sheireus Huua


Gallo
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeMar Feb 02 2021, 21:21

Aparecemos en Deia y, aunque sé que estamos en Bimbpep sólo con oler el aire, no es en casa donde aparecemos. Algo alejados, en un callejón, salgo a la calle principal para ver docenas de daime'é andando tranquilamente, ajenos a lo que hay en lugares como Oidion. Miro abajo mientras pienso en Franky.

-Yo:Estamos donde voy a clase, ¿verdad?¿Qué hacemos aquí maestra?

-Maievel:¿Recuerdas lo que hay al lado, querido?

-Yo:...Oh. El médico, claro.

-Maievel:Vamos a ver si te pueden quitar esa escayola, ¿sí?

Voy a salir de la calle, pero la maestra no se mueve.

-Maievel:Recuerda lo que hablamos, querido.

-Yo:¿No vienes, maestra?

-Maievel:Creo que es conveniente que te deje con los tuyos unos días, M'sheireus, y el doctor Ishua es, al menos en especie, alguien que entra en dicha clasificación. -Se acerca con paso elegante.- No te olvides de llevarlo a la base el mes que viene, ¿sí?

-Yo:Claro, maestra.

-Maievel:Perfecto. Espero grandes cosas de ti, mi apreciado pupilo.

Tras esbozar una sonrisa, abre un portal y desaparece. Cierro los ojos y me dejo caer en la pared, dejando que el aire de mi ciudad natal inunde mis pulmones. Disfrutando de la paz del momento. De estar "en casa", una que cada vez siento con menos comillas. Regocijándome en las futuras comilonas que voy a tener, y la cama blandita de mi cuarto.

Pero Franky sigue en Oidion, buscando cómo ayudar a sus padres.

-Yo:Tinan...

Salgo de la callejuela y entro en la clínica de al lado. Cuando doy mi nombre me dicen que Ishua ya no trabaja aquí. Al parecer resignó del trabajo hace unas semanas. Ya me podrías haber dicho eso, maestra, que ahora me va a toc-

-Ishua:¡M'sheireus!

Miro en dirección a la voz. Por suerte, no es a cualquier M'sheireus al que llaman. Y con más suerte aún es el doctor Ishua el emisor.

-Ishua:Me dijo tu maestra que volvías a Deia.

-Yo:Y a mi no me dijo que ya no estabas en la clínica.

-Ishua:Pero vivo enfrente, así que tampoco te habrías perdido demasiado. -Me hace un gesto con el brazo.- ¿Vamos a ver ese brazo?

_____________________________________________________________

-Ishua:¿Y qué tal las cosas por el espacio exterior?

-Yo:Con sus más y sus menos. Ha sido un primer cumpleaños post vuelta a mi verdadera apariencia... movidito.

-Ishua:Felicidades. ¿Cuando fue?

-Yo:Creo que ya he perdido la cuenta de los días. Hace uno o dos, no sé. Han pasado bastantes cosas en demasiado poco tiempo.

-Ishua:Parece que me vas a tener entretenido, caomante. Quédate quieto ahora, que no quiero arrancarte demasiados pelos.

Con un par de movimientos, me retira la escayola. No tardo en llevarme la otra mano a la zona ahora libre para empezar a arrascarme. El doctor se ríe.

-Ishua:Tranquilo, que todavía no está recuperada del todo. Tu maestra me dijo que la necesitarías libre cuanto antes, aunque no creo que sea conveniente. -Me da un par de blisters de pastillas.- La blanca es un analgésico, y la azul acelerará la recuperación del hueso. Nada de esfuerzos hasta nueva orden, y paciencia con la fuerza de la mano, que tardará tiempo en volver.

Asiento, y el médico se sienta frente a mi.

-Ishua:Es peligrosa la cosa ahí fuera, ¿eh?

-Yo:Creo que a veces meto el morro donde no me llaman también, pero sí. Mierda de poderes. Ojalá no tuviera estas malditas marcas... Podría haber vivido tranquilo y evitarme toda esta mierda. -Suspiro.- Pero bueno, ahora estoy en casa, y puedo permitirme descansar durante un tiempo.

El médico mira hacia un lado.

-Yo:...¿Verdad?

El sanitario empieza a recoger los restos de escayola. Con la caída de la noche, el frío empieza a arreciar, y los quince bajo cero externos empiezan a ser combatidos por la calefacción de la casa de Ishua.

-Ishua:Vives en el barrio de Yushunamu, ¿no?

-Yo:Eh... Sí. -Noto como el corazón se me acelera.- ¿Ha... ocurrido algo mientras estaba fuera?¿Es de mi familia?

El médico niega.

-Ishua:En Yushunamu vive un chico de tu edad aproximadamente que, bueno... estuvo enredado en ciertos temas... peliagudos. Él y, en fin... alguno que otro más. Pero recuerdo este porque estaba en vuestra base cuando me llevaron la primera vez, cuando me dieron tus datos.

-Yo:¿Trecim?Sí, él mismo me dijo que...

Es entonces cuando recuerdo la conversación con el Gigante de la Forja, Puna.

-Yo:Oh, no... No, no, no.

-Ishua:Parece ser que ya conocías algo al respecto.

-Yo:Mi maestra me llevó a un lugar en el que me dijeron que se estaba comerciando con drogas desde Deia. Sabía que porque nosotros... Porque Blake, que imagino que conocerás por mi informe, interviniera, no iba a solucionarse todo de una sentada.

Me pongo de pie y echo un vistazo a la calle. Tras unos segundos, me giro hacia Ishua.

-Yo:Sólo quería un mes tranquilo. UNO. -Me giro hacia el médico.- ¿Es tanto pedir?

El médico aparta la mirada.

-Ishua:Hemos pasado mucho por ese problema aquí, M'sheireus. Y lo que te estoy pidiendo va en contra de lo que mi profesión dictamina, porque sé que es muy peligroso. Pero tienes que ayudarnos. Muchos llevan toda su vida viviendo en este ambiente de... miedo silencioso. El temor de que alguien te apuñale por la calle porque no tienes dinero que darle para drogas. Que un traficante te apuñale porque le cruzas la mirada sin darte cuenta justo un día que te has levantado del lado malo de la cama. O que afecte a alguien de tu entorno.

Se lleva una mano al colgante que simboliza a su Kehafka.

-Ishua:Por favor.

-Yo:No... No sé ni por dónde empezar. Y sólo soy uno. Yo no... No...

Noto como se me acelera el pulso y me empiezo a marear. Me llevo la mano instintivamente a donde Gasha me lanzó el cuchillo, recordando la noche del asalto en el hospital.

-Yo:Ishua, y-o...

El médico suelta el colgante.

-Ishua:Tranquilo, tranquilo. -Me acerca un poco de agua mientras.- Respira hondo y siéntate.

Poco a poco voy tranquilizándome.

-Ishua:No te tendría que haber puesto esta carga sobre los hombro.

No digo nada. Al poco estamos saliendo de casa del médico, con decenas de pensamientos rondándome la cabeza. Una vez se queda tranquilo al dejarme en la puerta de mi casa, el otro daime'é se va. Entro en el hogar, cansado y sin ganas de pararme más que para dormir, deseoso de que esos pensamientos desaparezcan durante unas horas y que no se conviertan en pesadillas.
No tengo esa suerte cuando llega el momento de cerrar los ojos.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeMar Feb 16 2021, 00:48

Verlorense, Ma’Riagg, Fono y yo habíamos abandonado la iglesia hace unas horas para buscar supervivientes, marchando por las calles vacías y sombrías de Sdatt.

-Verlorense: Creía que el ambiente se relajaría ahora que las bestias han abandonado su sed de sangre y de Salsa, pero sigue habiendo esa atmósfera lúgubre que me da escalofríos.

-Ma’Riagg: Quizá sea más cosa de la idea de que andan sueltos asesinos.

-Yo: Sí, eso también.

Y como si por nombrar cierto tema pasara algo, se escucha un ruido de derrumbamiento en la lejanía. Fono se sitúa en la dirección que apunta hacia donde ha ocurrido.

-Fono: Una entidad se ha movido. Una entidad viva.

-Yo: Qué dramático has sonado.

-Verlorense: Dejadme ir a echar un vistazo primero.

El joven cazador nos deja a solas para comprobar si debemos preocuparnos de algún peligro. Yo me quedo mirando cómo se pierde entre los escombros, dejando que conflictos afloren en mi mente.

-Ma’Riagg: ¿Te encuentras bien, Franky? ¿Te perturba algo?

-Yo: No, estoy bien.

-Ma’Riagg: Llevamos conociéndonos desde hace ya un tiempo. ¿No es en este punto cuando deberíamos empezar a abrirnos un poco más entre nosotros?

-Yo: TÚ llevas conociéndome desde hace un tiempo. Yo a ti no. Y lo de “María” no cuenta para nada. Ya deberías saber por qué.

-Ma’Riagg: Qué duro. Pero es justo.

-Yo: … De todas formas ya sabes lo de Verlorense.

-Ma’Riagg: ¿Te refieres a sus recuerdos?

Fono gira su cabeza hacia mí, como si me pusiera más atención.

-Yo: Se supone que está mal, pero… Sólo miradle, ahora está mucho mejor, ¿verdad?

-Fono: … No consigo procesarlo. ¿En qué he fallado al hacerle la modificación? Es nuestro aliado tal y como es ahora. ¿Acaso ha hecho algo fuera de los parámetros? Dime. ¿En qué no has quedado conforme?.

-Yo: No, es… No debí pedirte que lo hicieras en primer lugar.

-Fono: Te habría matado de no haberlo hecho.

-Yo: Y eso también está mal. ¿Entiendes mi dilema?- hay una pausa silenciosa, la cual tomo como una falta de entendimiento por parte del robot-. Deberíamos haber buscado otra alternativa. La gente tiene que aprender a ser mejor por ella misma, ¿entiendes?

-Fono: … ¿Incluso aquellos que estén fuera de arreglo propio? No es raro que intervenga alguien más en el arreglo de una unidad en caso de que ésta falle en el propósito que se le designó.

-Yo: Las personas no son máquinas…- tomo la decisión de no seguir por ahí-. La cosa está en cómo se hace. Mira, a ver si lo ves así… Quieres ser libre y tomar tus propias decisiones, ser lo que quieras, ¿verdad?. Al meterte en la cabeza de alguien y cambiarle sus recuerdos para convertirlo en otra persona… Ya no le dejas actuar libremente. ¿Me entiendes?

-Fono: … Comprendo tu argumento- levanta sus brazos y contempla sus dedos-. No usaré esta función tan a la ligera de ahora en adelante.

-Yo: Eso está bien.

-Fono: Iré ahora mismo a restaurar la mente de Verlorense- empieza a desplazarse-.

-Yo: ¡NONONONO!- le corto el paso-. ¡Considera también la situación de ahora! No es buen momento de que Verlorense vuelva a ser… Verlorense. No ahora. Buscaremos una solución a su debido tiempo. Y saldremos todos vivos. ¿Entendido?

-Fono: … Entendido.

-Yo: Bi-

Un fuerte sonido me interrumpe. Ha pasado en la dirección por donde se fue nuestro compañero cazador. Alertados, nos acercamos hacia donde Fono detectó la perturbación con mayor exactitud, llevándonos a un edificio en ruinas. Vemos a un inconsciente Verlorense delante de la entrada, siendo agarrado por su ropa por las garras de una bestia capaz de mantenerse en pie sobre sus patas traseras. Ésta aparenta ser muy fornida, aunque no consigo vislumbrar si es por su propia corpulencia o por la gran cantidad de pelo erizado que tiene. Posee un rostro con forma humana y sus ojos brillan rojo. Estos ponen atención en nuestra presencia.

-Bestia: ¡Más miserables! ¡Asesinos! ¡Todos ellos!
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M'sheireus Huua
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeLun Feb 22 2021, 02:03

Un sonido penetrante me llega a los oídos, sacándome de mis ensoñaciones. Miro el reloj de mi escritorio, marcando las 12:00. Buena hora para desayunar, pero antes quiero deshacerme de ese pitido. Aún adormilado, voy hacia la fuente del mismo. Cuando lo cojo y pulso, una voz me habla.

-??????:Buenos días, miarma.

La voz de la que ha sido mi madre durante tantos años me despierta de sopetón. Recordando durante un instante cambiar de nuevo al castellano, abro la boca, seca de repente.

-Yo:H-hola. ¿Qué tal?

-Marisa:Pues aquí trabajando, hijo. Y que no falte.

Por su tono de voz noto que tiene la nariz congestionada.

-Yo:¿Ha ocurrido algo?

-Marisa:...Hace poco fue tu cumpleaños, ¿verdad? -El corazón me da un vuelco.- Mi hijo, Antonio José, habría cumplido 26 años el día uno. Tu eda-

Durante unos segundos, no escucho nada. Sólo un llanto de desconcierto.

-Marisa:¿Cómo sé eso?¿Nos conocíamos de antes?

-Yo:Es...

-Marisa:Lo siento, hijo. Tengo... Tengo que colgar.

Me quedo con el comunicador en la mano, mirándome al espejo del dormitorio. Con el pelaje desaliñado por el tiempo el la cama, y la mano hasta hace poco escayolada algo hinchada, pero con una sonrisa en los labios. Me cambio de ropa y me peino en el baño. Cuando vuelvo al dormitorio, veo en el escritorio el regalo de la maestra. Es un señor libraco cuyo título está en un idioma desconocido para mi. Junto al mismo hay una lente que, al pasarla sobre las letras, me permite leer en pollux "Caocita o cómo frenar a un caomante". Algunas de las imágenes que encuentro cuando abro el volumen me ponen los pelos de punta, así que decido dejarlo por ahora.
Abro las cortinas y dejo que el aire entre en el cuarto para estirar. Ha bajado algo la hinchazón de la mano, y estirar hace que mi cuerpo se sienta igual de ligero que mi corazón tras la llamada. Bajo las escaleras y voy a la cocina, donde están mis padres desayunando. Mi madre se levanta y me abraza.

-Mamá:¡Bienvenido de vuelta, M'sheireus!¡Venga, siéntate y desayuna! -Sobre la mesa hay un pastel con un ligero olor dulzón que identifico como hieru, esa fruta a la que no tardé mucho en cogerle el gusto cuando volví a Deia.- Sé que tu cumpleaños fue hace ya unos días, pero...

-Yo:Es genial. Gracias... mamá.

Me sonríe mientras mi padre me da un apretón en el brazo.

-Papá:¿Cómo ha ido el viaje esta vez?

-Yo:Bueno... Con altibajos, ya sabes. Movidito, como viene ya a ser costumbre. Pero lo bueno es que ahora puedo estar un mes aquí antes de irme de nuevo. -Ellos me sonríen.- ¡Y acaba de ocurrir algo!

Sus sonrisas pierden un poco.

-Papá:Lo... lo hemos escuchado, M'sheireus.

-Mamá:Nos alegramos mucho por ti, pequeño.

Cortan la tarta y me sirven un trozo.

-Yo:¿A qué vienen esas caras largas?No voy a olvidarme de mis padres porque mis otros padres me recuerden.

-Mamá:Pero...

Arrastro mi silla entre las de ellos.

-Yo:Voy a seguir aquí. Y voy a seguir siendo vuestro M'sheireus. Sólo que también seré su Antonio José, y eso también está bien. No os voy a dejar de lado, ¿vale?

Cojo mi colgante y, tras un corte, vierto una gota de sangre.

-Papá:No era -

-Yo:Lo sé. -Les sonrío.- Vamos a desayunar, anda. Tengo algo que comentaros acerca de este mes, y creo que al resto de la familia le gustará saber que he vuelto, ¿no?
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeDom Feb 28 2021, 03:30

Ya había desgarrado sin querer casi todos mis pantalones y chamuscado algunas camisetas, por lo que me encontraba en cierta necesidad de ropa. El problema era que en una especie en la que no necesitas protegerte de los elementos la ropa dejaba de ser una necesidad y pasaba a ser casi un accesorio. Brazales, hombreras, escarcelas, cintos, capas cortas eran gran parte de su vestuario. Los dragones no tenían ningún problema en enseñar sus escamas, por así decirlo. Salí del probador con las prendas que me había recomendado Peytlaas.

- No estoy yo muy seguro de esto.

- A ver, gírate. Venga ya, si te queda de maravilla. - dijo la dragona de escamas verdes repasándome de arriba abajo. - Así vas poder lucir tus marcas como es debido. Daba pena ver cómo las escondías debajo de tanta ropa, parecía que estuvieras acomplejado o algo.

Me acerqué a uno de los espejos, intentando mirarme las marcas de diferente color que los hombres portábamos en la espalda. Aún no entendía la obsesión que tenían en el planeta por ellas.

- No sé yo. Me resulta un poco incómodo sentirme tan... "expuesto". ¿No hay algún punto intermedio? ¿Peytlaas?

En el reflejo del espejo podía ver que la dragona estaba distraída mirando a un cliente al otro lado de la tienda. No pude evitar acordarme de Griffith al ver un ronso, su especie paterna. Aparte de sus rasgos felinos, su característica más llamativa era su robusto pelaje azulado, así como el prominente cuerno que les crecía en la frente a los machos. Era de las pocas especies con las que me había encontrado que casi no necesitaba mirar hacia abajo al hablar. Este en específico se encontraba con el dueño de la tienda probándose un elegante traje gris hecho a medida. Sin la chaqueta y con unos tirantes sujetándole los pantalones, tenía un aspecto bastante ochentero. Cerca suya se encontraba otro ronso, como si de su guardaespaldas se tratara.

- ¿Quién es? ¿Le conoces?

- ¿Eh? Ah, más o menos. Es uno de los miembros del consulado extranjero del planeta.

- O sea, un pez gordo.

- Algo así. Ha venido por la floristería algunas veces, hizo un encargo hace poco. Por lo que tengo entendido, tiene cierta fama por la ciudad. La mayoría de los embajadores no suelen molestarse con el populacho, al menos no con otros que no sean su propia especie, pero según dicen este es lo opuesto. Al parecer no es raro verlo por la calle charlando con la gente o tomando algo en un bar.

- ¿Un político agradable? Órbita aún encuentra formas de sorprenderme.

- Que tenga una responsabilidad para con la gente no significa que deje de ser una persona como los demás.

El cónsul se encontraba a nuestro lado, muy probablemente habiéndose acercado al escucharnos cuchichear sobre él. Había olvidado el buen oído que tenía Griffith. Soltó un leve risa al verme sobresaltarme.

- Ah, buenos días, señor. Justo comentábamos lo extraño que es verle fuera con todo lo que está pasando en la ciudad. - Peytlaas se levantó, desviando la conversación con una tranquilidad que solo te daba la experiencia tras tantos años al mando de una tienda.

- Es verdad que la ciudad no se encuentra en sus mejores momentos, pero aún así debemos seguir con nuestras vidas. Los equipos de contención están más que cualificados para lidiar con este problema. La gran mayoría ya han sido debidamente neutralizados y enviados de vuelta al hospital. Debemos confiar en que encuentren al resto de pacientes antes de que ocurran más accidentes. Sería una desgracia que lo cancelaran a tan solo unos meses del festival.

- Eso me recuerda... Su pedido ya está preparado, listo para enviárselo el día establecido, señor.

- Ah, perfecto, perfecto. ¿Qué clase de aniversario sería sin un buen ramo de flores? - añadió volviéndose hacia mí. Se quedó unos incómodos segundos mirándome entrecerrando los ojos, centrado en sus pensamientos. - Perdona la pregunta, pero no eres de Golkiin, ¿verdad?

- ¿Cómo lo ha sabido?

- Después de tantos años viviendo en el planeta acabas percatándote cuando alguien se encuentra fuera de lugar. - Sacudió la cabeza sin perder en ningún momento su afable sonrisa felina. - No, en tu caso he de admitir que ya lo sabía. A debido ser cosa de los ancestros que coincidamos aquí.

 - ¿Perdón? ¿Nos hemos visto antes?

- No precisamente. Supongo que deberías saberlo. Verás, no hay nadie en el consulado que no sepa quién eres. Fuiste el mayor tema de conversación antes de que comenzaron los ataques. - Las escamas se me erizaron en un escalofrío que me recorrió todo el espinazo. - ¿El triunvirato golkiir manda un enviado al planeta con la mayor de las discreciones y sin avisar a nadie? Puedes estar seguro de que algo así va a despertar mucho la curiosidad.

- Xalcer es todo lo normal y corriente que te puedas encontrar. - interfirió la hermana de mi tutor acariciándome la pierna con la cola, calmándome un poco. - Me sorprendería que fuera de algún interés para ustedes.

- Eso es lo que pensamos la mayoría al principio, hasta que algunos decidieron mirar en los registros.

En ese momento sentí cómo el corazón se me detenía por completo.

- ¡¿Me... me habéis estado investigando?! - solté en un vano intento de mantener las formas, temeroso de que mis orígenes hubieran salido a la luz. Su guardaespaldas se acercó, mano al arma que llevaba, pero rápidamente le indicó que se apartara.

- En mi defensa diré que no fui un partícipe de tales actos. Hay límites que no se deben sobrepasar, por muy importante que creas ser. Desgraciadamente no todos comparten la misma opinión. Sacaron todo a lo que pudieron echar mano. Historiales, registros de viaje, visados, todo... hasta que encontraron los informes de tu planeta. Nadie esperaba encontrarse con un "extraviado", como algunos te llamaban.

- ¿Extraviado? ¿Ya me estáis poniendo nombre, como si fuera una atracción de feria con la que os podáis entretener cuando os aburrís?

- Por favor, mis más sinceras disculpas, no era mi intención. Entiendo lo que debes estar pasando, o más bien, ojala pudiera. Muy pocas personas en el mundo han pasado por lo mismo que tu. No debe de ser fácil adaptarse después de toda una vida teniendo que esconderte en un planeta sin desarrollar, ignorante de que halla más como tu. Y... lamento mucho lo de tu familia. Después de lo que hicieron por ti, no merecían lo que ocurrió.

- Ah... Gracias. - Suspiré aliviado. Nunca imaginé que me alegraría de recibir un pésame. Peytlaas me puso la mano en el hombro, mirándome preocupada. - Estoy bien.

- Supongo que comprenderá el porqué de tanto secretismo. - continuó ella, probablemente pensando que necesitaba espacio. - Si se hubiera hecho público algo de esto, todo el mundo se habría echado encima suya en busca de cualquier exclusiva o cualquier otra excusa. Xalcer no es más que una cría aún, y esta era la mejor forma de que pudiera disfrutar de una vida normal de nuevo.

- Lo entiendo perfectamente. Por fortuna en cuanto los ataques comenzaron tuvieron otro tema con el que distraerse. Con algo de suerte puede que ya se hallan olvidado de todo. Haré lo que esté en mi mano para que siga así. - Se giró e hizo un gesto al dueño de la tienda, quien le esperaba a cierta distancia. - Será mejor que os deje continuar con vuestra compras antes de que los demás sepan que he hablado contigo y reaviven su curiosidad. Ha sido un placer veros a ambos. Quizá la próxima vez sea en una condiciones más favorables. Que los vientos os sean propicios.

- Y las alas nunca te flaqueen.

- Y Xalcer, te deseo la mejor de las suertes. Espero que tus ancestros te sonrían en esta nueva vida.

- Gracias.

Seguido de cerca por su guardaespaldas, continuó con sus tareas al igual que nosotros con las nuestras. Un incómodo silencio permeaba entre ambos mientras cogía un par de prendas para probarme.

- ¿Debería preocuparme? - pregunté una vez estaba seguro de que esa vez no nos oiría.

- No creo. Aaklaas dijo que el triunvirato preveía que pasara algo así. Lo que más me preocupa ahora mismo eres tú.

- Ya te he dicho que estoy bien. Lo que ocurrió en la Tierra está en el pasado. - Especialmente teniendo en cuenta que todo era falso. Aunque no me agradaba que hubiera gente husmeando mi pasado, al menos ahora sabía que la historia falsa que me montaron funcionaba. Odiaba tener que mentir también a ella, pero era el precio a pagar para que mi secreto lo siguiera siendo.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeLun Mar 01 2021, 11:49

-Bestia: ¡No me materéis!- suelta a Verlorense y llega hasta nosotros de un salto. El pelo se le empieza a erizar y de su cuerpo prenden chispas -. ¡HOY NO!

-Yo: ¡Espera, no queremos hacerte daño!- despliego el escudo que porto por seguridad-.

Esta bestia parece interpretar mi acción como un intento de ataque y trata de golpearme. Fono me agarra utilizando sus dedos-tentáculos y logra apartarme a tiempo, evitando así que me lleve un golpe cargado de electricidad. Una vez colocado detrás, veo por un momento los brazos estirados de la máquina que me acompaña. Su led destellea una luz roja que rápidamente vuelve a su usual amarillo. Baja sus extremidades, quitando su apariencia amenazante.

-Fono: Nosotros no somos cazadores.

-Ma’Riagg: Creo que eso salta a la vista, ¿no le parece, caballero? ¿Acaso nos vestimos como los que te persiguen?

La criatura da unos pasos hacia atrás y nos echa una mirada confusa. Nos observa de arriba a abajo, como si contemplara a unos alienígenas. No es que esté errado.

-Bestia: Ti-tienes razón. ¿Qué sois? Vuestro aspecto... ¿Es cosa también de esta maldición, la que nos ha convertido en… esto?

-Ma’Riagg: … Casi podría aceptarlo como un cumplido, vista la manera a la que suelen reaccionar al verme por aquí.

-Fono: No somos como tú, pero tampoco somos tus enemigos. Puedes calmarte, todo irá mejor. Dime, ¿cuál es tu nombre?

El hombre de apariencia monstruosa parece calmarse, cosa que manifiesta al apagarse por completo su pelaje.

-Bestia: ¿Mi nombre?- revuelve entre sus recuerdos para sacar esa pieza de información-. Mi nombre… mi nombre es… Trals. Mi nombre es Trals.

-Fono: Encantado de conocerte, Trals, mi número de serie es M-3947023, pero me designaron con el apodo de “Fono”. Somos un grupo que busca a sujetos de tu misma condición; afectados por lo que tú llamas “maldición”, y reunirlos para mantenerlos a salvo. Si te preocupan los cazadores, verás que no son ya ninguna amenaza a menos que se vean amenazados.

-Trals: Siempre que me ven se sienten amenazados.

-Fono: La situación ha cambiado. Las bestias y los cazadores ya no son enemigos.

-Trals: … ¿Dices que estaré a salvo si voy con vosotros?

-Fono: Exacto. ¿Serás tan amable de acompañarnos?

Trals nos echa una mirada más, quizá buscando una forma de apaciguar sus dudas.

-¡Fono!

Toda nuestra atención se dirige hacia un Verlorense recién levantado.

-Verlorense: ¡FELIZ NAVIDAAAD!

Esa frase, que me desconcierta a mí al estar en un contexto como este, parece causar efectos en el susodicho robot. El led que tiene colocado en el interior cónico de su cabeza alterna entre los colores verde y rojo. Mira en dirección a la bestia que acabábamos de convencer para que se nos uniera.

-Fono: Dime, pequeñín… ¿Has sido un niño bueno este año?

-Trals: ¿Q-qué?

-Verlorense: ¡Ponlo a dormir!

Ma’Riagg ve el inminente enfrentamiento que se viene y baja del robot de un salto para alejarse después. Los tentáculos comienzan a extenderse hacia esta bestia.

-Fono: Qué lástima. Estás en mi lista de niños malos.

-Trals: ¡¿Qué vas a hacer?!

Los tentáculos le rodean y le aprisionan. Trals forcejea para quitárselos de encima y no tarda en descargar electricidad a través de su pelaje. La descarga parece afectar a la máquina, pero esto no detiene el paso de los tentáculos a través del cuerpo de su presa y llegar a la cabeza. Justo antes de que los extremos lleguen a su meta, la bestia agarra con fuerza allí donde se tensan los tentáculos y utiliza una enorme fuerza para tirar de Fono. Para sorpresa de los allí presentes, logra levantarle del suelo y derribarlo, no sin antes hacerle volar unos metros. Pero parece que es el otro quien ha ganado la pelea, o al menos ha sido un empate, pues Trals cae inconsciente al suelo. El robot de la cabeza de cono no parece que se vaya levantar tampoco pronto, dando la impresión de que ha sido desactivado. Miro a ambos, buscando respuestas a estas nuevas circunstancias.

-Verlorense: Ha faltado poco, ¿verdad?- se pavonea con una sonrisa mientras se acerca-. Todavía tiene que nacer la bestia que sea capaz de tumbarme y salir ileso.

-Yo: ¿QUÉ HA SIDO ESO?- pregunto sin disimular mi enojo-.

-Verlorense: ¿Esto?- señala al robot caído-. ¿No te lo dije? Inserté una palabra clave con la que puedo hacer que Fono obedezca mis órdenes. Y volverle mucho más eficiente, según veo. ¿Qué demonios hacía de pie delante de este monstruo sin hacer nada?

-Ma’Riagg: Tengo la impresión de que no se refería a eso con su pregunta.

-Yo: ¿Por qué lo has hecho? ¡Ya le había convencido para que se viniera con nosotros!

El joven cazador primero me mira desconcertado. Mira al cuerpo de Trals en el suelo y luego me devuelve una mirada con algo de vergüenza.

-Verlorense: ¡Me había atacado primero! ¿Y qué iba a saber yo? ¡Acabo de recuperar la consciencia después de que me noqueara!

El hecho de que no quiera admitir la culpa me exaspera. Cojo de mi bandolera un pequeño frasco con Salsa y me la tomo, calmándome un poco por ahora.

-Yo: ¿Y bien? ¿Qué hacemos ahora?- muevo el brazo para indicar el evidente problema de llevarse a estos dos, que no pesarán poco-.

-Verlorense: … Se nos ocurrirá algo.
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M'sheireus Huua
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeMar Mar 02 2021, 16:48

Han pasado tres días desde que tuve mi desayuno de post cumpleaños con mis padres. He tenido tiempo para descansar, dormir, comer y dar mis buenos paseos por las calles de la ciudad. También me he buscado algo que hacer durante este mes. La verdad es que echo en falta hacer artes marciales y, como la guerra existe en todos lados, aquí también existe ese tipo de herencia marcial. He buscado un poco para informarme, y creo que esto podría darme las suficientes herramientas como para contentar a la maestra. Odio tener que estar siempre pendiente a una posible amenaza de la Hermandad y a la aprobación de Maievel.
Mañana empezaré las clases, pero antes me toca abordar mi primera prueba dura como caomante: alterar mi cuerpo. Luego, para "comprender mejor la realidad", según mi maestra, permanecer así un mes. ¿Que cómo lo alteraré? Pues volviéndolo femenino. Ahora de hecho estoy desnudo frente a un espejo de cuerpo entero, intentando mentalizarme para la tarea que tengo entre manos.

-Yo:Que digo yo que me he pasado 21 años ya como humano. Eso contará como comprensión de la realidad, ¿no?

Me quedo en silencio, repasando lo que acabo de decir. Hay un vasto universo ahí fuera, y sólo contando las treintaipico especies con las que tiene contacto Órbita hacen que, para alguien que puede llegar a vivir diez milenos, la idea de conformarse con sólo dos puntos de vista sea algo ridícula.

-Yo:Bueno, venga... Que no tiene sentido demorar más el asunto...

Me concentro, y la transformación comienza.

Pues eso:

Sigo sin palabras ante el espejo, todavía procesando los cambios por los que acabo de pasar en cuestión de... ¿un minuto, si el reloj de mi escritorio no me engaña? Como sea. Me acerco un poco más al espejo y examino mis facciones de cerca. Paso la mano por mis nuevos atributos, lo cual me produce un escalofrío.

-Yo:Lo... ¿Lo he conseguido?

Me siento en el suelo y suelto una risilla

-Yo:¡Lo he conseguido!Y...-Muevo un poco mis extremidades.- Sin problemas aparentes. Esto de escucharme así va a ser raro.

Me pongo en pie.

-Yo:M'sheireus Huua, chica. Chica a la que tienen que tratar de chica y que tiene que acostumbrarse a pensar en sí misma así durante un mes.

Me asomo a la ventana, ocultándome tras las ventanas. Está empezando a llegar la media mañana, y los últimos niños rezagados están yendo corriendo a clase.

-Yo:...Mes en el que imagino que tendré que hacer algo con el tema de las drogas. Ya te vale, maestra. Ya tenía bastante con esto del nuevo cuerpo.

Llaman a mi puerta.

-Mamá:¿M'sheireus?¿Estás list-... lista?

Me sonrojo un momento al mirarme otra vez en el espejo.

-Yo:¡Un momento!

Junto a la ropa que llevaba segundos antes de transformarme, hay algunas prendas que me ha prestado mi madre. Me quedan algo grandes, pero tendrán que valer hasta que vay-

BOOOOOOOOOM

Una explosión suena a unas casas de aquí. Mi madre entra apresuradamente en el dormitorio, pillándome todavía sin cambiar.

-Mamá:¡M'SHEI-!

Se calla al ver mi nuevo aspecto, estando ahora vistiéndome apresuradamente. Termino de ponerme la ropa mientras siento como mi corazón va a mil por hora. Viendo que los zapatos me quedan algo grandes y que serían engorrosos para correr, los dejo a un lado. Con las almohadillas de mis pies tendrá que valerme. Me acerco a mi madre, la cual ahora me saca casi media cabeza, y la abrazo.

-Yo:Luego tendré tiempo para inspeccionarme a fondo, que compruebes que todo está en su sitio o comprar toda la ropa que necesite, pero ahora tengo que ir a ver qué ha sido eso. Llama a papá y dile que no salga de la tienda.

Sin que tenga tiempo para responderme, salgo corriendo escaleras abajo. De una casa cercana dentro de mi barrio salen ingentes cantidades de humo. Decenas de mis congéneres están corriendo en dirección contraria, haciendo de ellos una marea de personas contra la que es difícil nadar. Los cuerpos de policía y bomberos se escuchan a lo lejos, pero mucho me temo que no habrá mucho que rescatar. Esperemos que, al menos, no hayan víctimas.
El corazón me da un vuelco cuando veo adonde estoy llegando.

-Yo:No... Nononono...

La casa de los padres de Trecim está envuelta en llamas. Una parte de la fachada se ha venido abajo, dejando escombros incrustados en la ahora grisácea nieve. El coche que antes había en la entrada es el origen de la explosión, y alejándose del mismo hay otro, el cual lleva de copiloto a un daime'é de pelaje grisáceo con una cicatriz de un zarpazo sobre el ojo izquierdo. Un escalofrío me recorre la espalda mientras Gasha sube la ventana.

-Vecino 1:¡Traed cubos de agua!

-Vecina 2:Este chico va a acabar mal. Te lo dije hace tres años, Tinah: al final esto nos traería...

-Niña 1:Mami, tengo miedo...

Los veinte que allí quedan, mezcla entre colaboradores y paralizados, no dejan de hablar. Siento como los ojos se me llenan de lágrimas ante la violenta escena y el abundante humo. Una suave brisa se levanta, y todos parecemos sentir un escalofrio, lo cual no ayuda a que no me sobresalte cuando siento como una mano se posa en mi hombro. Cuando me giro, veo que es mi padre, desoyendo la instrucción que le di a mi madre, el que está ahí.

-Papá:¿M'sheireus?¿Eres tu?

-Yo:Papá... No he podido evitarlo...

Las lágrimas empiezan a correr por mis mejillas, y mi padre me abraza.

-Yo:¡HE LLEGADO TARDE!

-Papá:Vámonos de aquí, hija...

Los cuerpos de seguridad llegan y apartan al resto de mirones, mientras que los bomberos comienzan a extinguir las llamas. Doy un último vistazo a mi espalda mientras mi padre me pasa una mano por los hombros.

-Yo:Tengo... Tengo que avisar a Trecim...


Última edición por M'sheireus Huua el Mar Abr 13 2021, 15:20, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeLun Mar 08 2021, 01:40

Me encuentro en el mismo cuarto donde tuve que hacer ese hechizo para llamar a la deidad de Salsa. “Dogonesa”, ¿verdad? Estoy sentado en una silla mientras miro fijamente las páginas del libro que tiene conexión con fuerzas misteriosas. Quienes me acompañan en mi estudio son Fono y Ma’Riagg, cosa que no es ninguna sorpresa a estas alturas siendo mi "biógrafa". Alguien toca la puerta.

-Yo: Pasa.

Velorense abre la puerta y entra a la habitación.

-Verlorense: ¿De verdad no piensas aprender a usar algún arma?

-Yo: … No hace falta. Ya no quedan bestias violentas. Además, ya has visto lo que me pasa con las armas de fuego.

-Verlorense: Hay asesinos libres. Y todavía no le has dado la oportunidad a las armas blancas.

-Yo: No quiero hacer daño a nadie. Además, Galie no tardará en sacarnos de aquí, ¿no?

-Verlorense: Eso no lo sabemos a ciencia cierta. Y en este tiempo puedes ser un objetivo perfectamente.

Mi silencio permite que oigamos un alboroto fuera.

-Yo: A lo mejor es Ckriih. Está un poco irritable desde que Max lo dejó aquí. Y algo sobre que no le hemos dejado pilotar todavía ninguna nave. ¿Puedes ir a mirar que no se cargue nada, por favor?

-Verlorense: … Volveré luego.

Cierra la puerta tras salir.

-Ma’Riagg: En parte sabes que tiene razón, ¿cierto?

-Fono: … No sería realmente necesario. Estamos a tiempo de irnos. Antes de que empeoren las cosas.

-Yo: Te repito que ya hemos pasado lo peor- levanto mi cara del libro-. No te gusta mucho este sitio, ¿verdad?

-Fono: Tiene similitudes con mi lugar de procedencia. Es un escenario de guerra. Y a pesar de que fui creado para participar en ella, de alguna forma noto que falla algo. También es donde perdí muchas cosas… No quiero que se repitan las tragedias que presencié y por eso estoy buscando alejarme de aquello que se le parezca. ¿Tiene sentido?

-Yo: … Sí. Sí, sí lo tiene.

Se oye de nuevo cómo alguien golpea la puerta. Es otra vez Verlorense, pero en esta ocasión no respeta nuestra privacidad y reafirma su "autoridad" entrando de todos modos.

-Verlorense: No es Ckriih, pero imagino que esto también te interesará- mueve la cabeza a un lado para indicar que algo me espera afuera-.

Salimos al exterior de la iglesia. En frente tenemos una plaza despejada para lo que viene. Muchos cazadores, civiles no combatientes e incluso bestias miran con sorpresa. Otros con miedo. Y otros con asco. Veo sobrevolar la zona a Michelangelo y a Heffler, utilizando el poder de sus anillos. El segundo lleva puesta una capucha que no deja ver con claridad su rostro. Vuelvo a ver al Heffler de aspecto heroico, con el pecho hinchado de confianza. Michelangelo, por el contrario, tiene una mirada que no inspira alegría precisamente. Ambos dejan en el suelo el enorme y mórbido cuerpo que tiene actualmente Beggar. Los dos Guardas de Luz aterrizan ante el cuchicheo y los susurros de los presentes. A excepción de Ckriih. Es raro que diga algo en susurros.

-Ckriih: Menos mal que no lo habéis tirado desde esa altura, hundía media ciudad.

Al aprendiz de héroe parece molestarle y da un paso hacia delante.

-Heffler: ¡Un respeto! ¡Y vosotros!- señala a otros habitantes-. ¡Dejad también de faltarle el respeto! ¡A quien tenéis delante no es otro que-!

-Galie: ¡Guarda de Luz!- interrumpe mientras se aproxima al muchacho-. Menos mal que al fin has vuelto. Ahora que te tenemos aquí, nos sentimos más seguro- acerca sus labios al oído para susurrarle un mensaje-.

El sobrino de Beggar le mira con desaprobación. Asiente resignado y se deja guiar por Galie para entrar de nuevo a la iglesia. Mientras que la atención sigue centrada en el auténtico Guarda de Luz, Michelangelo se acerca a mí.

-Michelangelo: ¿Cómo han estado las cosas por aquí?

-Yo: Tranquilitas. No nos podemos quejar.

-Michelangelo: Bueno saberlo. Tengo que hablar contigo- le echa una mirada a la utrom que está en el hombro del robot-. A solas.

-Yo: ¿No podemos hablar telepáticamente entre nosotros?

-Michelangelo: Me siento más cómodo sin ella alrededor.

-Ma’Riagg: Espero que algún día superes esa incomodidad que produzco en ti. O al menos lo disimules.

La tortuga le ignora y nos vamos solos lejos de la multitud. Cuando se siente “seguro”, se detiene y me mira.

-Michelangelo: Voy a ser directo. Renuncio a los Guardas de Luz y te devuelvo el anillo.

-Yo: ¿Y eso?- no puedo evitar preguntar con sorpresa-.

-Michelangelo: Lo quería dejar desde hace tiempo, pero la situación no me había dejado hasta ahora. Quizá no estemos lo más a salvo que nos gustaría, pero sé que si llevo más tiempo este anillo… No me lo quitaré jamás.

-Yo: … Dijiste que nunca querrías eso.

-Michelangelo: Ya, digo muchas cosas. Pero esto no es algo que me he ganado. Nunca fue para mí. Necesito encontrar… mi propio poder. Te preguntarás por qué. Lo siento. La verdad es que no sé muy bien cómo ponerlo en palabras para que lo entiendas. Además, prefiero alejarme de los Guardas de Luz ahora que puedo. Se está poniendo muy turbio. Quizás es peor de lo que pensaba.

-Yo: ¿Por qué?

-Michelangelo: Heffler me ha contado sobre lo que se encontró en Greon cuando se puso el anillo. A ti te pasó lo mismo, ¿no? Te envía allí si es la primera vez que te lo pones. ¿Qué viste en tu visita?

-Yo: … Conocí a un anciano. Quería que le ayudara a reconstruir a los Guardas.

-Michelangelo: ¿Se llamaba Lariard?- asiento-. Él… Es un elemento interesante. Recuerdo que era de los más… radicales, por decirlo de alguna manera. Gracias a los demás maestros era inofensivo, pero ya no es el caso. Sé lo que está preparando. Y es algo a lo que no me quiero unir.

-Yo: ¿El qué? ¿Qué va a hacer?

-Michelangelo: Quiere imponer su orden. Dirá que es para proteger a los débiles, pero esa no es la impresión que me da, aunque él mismo se lo crea.

-Yo: ¿Y quieres pasarme el marrón a mí?

-Michelangelo: El anillo fue tuyo desde el principio. Iba a parar a ti, pero tuvo un desvío. Yo. Y yo lo oculté durante todo este tiempo… Nunca se lo había dicho a nadie. Hasta ahora- me mira a los ojos. No digo nada porque no sé si está buscando en mí compasión, perdón o algo más-. Lo que hagas con él es cosa tuya. Sólo te pido que tengas cuidado- duda un momento antes de coger el anillo y estar dispuesto a quitárselo-.

-Yo: Pero dejarás de ser…

-Michelangelo: Lo sé y ya te he dado mis motivos. Haz el favor de no intentar persuadirme de que no lo haga- lo dice con tal dureza en su voz mental que me asusta por un momento-. Ahora que la influencia de la Salsa se ha ido…- se mira por un instante-. Bueno, casi, no debería convertirme en un monstruo descerebrado como antes, así que no tienes que preocuparte por eso- empieza a retirar el anillo de su garra-. Seguramente no las tenga todos conmigo, pero intenta ayudarme a no meterme en ninguna bolsa de basura. Y… Oye… Ten cuidado con Heffler. Sé bueno. Sé mejor.

El anillo cae al suelo. La tortuga, sin perder su posición erguida, mira a su alrededor con curiosidad. No tiene ese aspecto feroz que tuvo cuando se enfrentó a Beggar o a nosotros en la distribuidora de agua. En cuanto le acaricio la cabeza, mete ésta dentro de su caparazón. A los segundos siguientes recupera la confianza para asomarse mientras yo le sigo acariciando. Me agacho y cojo el anillo. Decido guardármelo en el bolsillo del pantalón de momento. Suspiro mientras veo cómo los ojos del reptil se clavan en mí.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeVie Mar 12 2021, 00:59

La vuelta se hace lenta, y la nueva forma de mi cuerpo hace que el mero hecho de andar hace que me sienta alienada. Echo un último vistazo a las ruinas de la casa. Corriendo hacia las mismas veo como dos daime'é se lanzan con desesperación. Dos daime'é semitransparentes, los cuales no tardan mucho en llenar el aire con sus etéreos gritos. Un nudo me atrapa la garganta.

-Yo:Necesito... Necesito parar un mom-

No puedo aguantar más y acabo vomitando. Mi padre me ayuda a sentarme en un lado. Me hago un ovillo mientras lágrimas caen por mis mejillas.

-Papá:¿Quieres que llame a mamá para que venga a por nosotros? -Niego con la cabeza.- M'sheireus... Lo que ha pasado... No es tan raro como puedas imaginar.

Alzo la vista. Me recibe la suya, cansada.

-Papá:Hacían ya unos meses que no ocurría, cierto, pero... Alguna vez ha ocurrido.

-Yo:¿Cómo se lo digo a Trecim, papá?No he podido pararlos a tiempo, y ahora su casa... Su familia...

-Papá:Esos no eran sus padres.

-Yo:¿Qué?

-Papá:Sólo dos pobres desgraciados que pasaban por ahí. -Se sienta a mi lado y me pasa una mano por el hombro.- El número de víctimas mortales no se sabe con certeza. Es algo que ya está enquistado en muchos lugares de Deia. Bimbpep es uno de ellos, y de los más prominentes en los últimos años.

-Yo:Pensé que Blake-

-Papá:Blake puso un parche, pero no lo solucionó. Ha sido bonito mientras ha durado, pero...

Me mira muy seriamente.

-Papá:Mientras exista Deia, existirá este problema. Es así... hija.

Me aparto el pelo de la cara mientras miro abajo. Seco mis lágrimas y me levanto.

-Papá:Vamos. Tu madre nos está esperando. Querrá llevarte a comprarte algo para... bueno... este m-

-Yo:Tengo que hablar con mi maestra y Trecim. No tardaré mucho.

-Papá:¿Vuelves a irte?

-Yo:No. -Abro un portal a mi casa.- Esta vez os llevo conmigo. Ahora mismo no me fío de dejaros a vuestra suerte.

Entramos en el hogar. Mi madre pregunta por lo ocurrido, a lo cual la informamos mientras cojo mi bolsa. Sin tiempo para más explicaciones, abro un portal a la base, en la cual nos reciben dos guardas, apuntando a mis padres con armas.

-Guarda:Identifícate, caomante.

-Yo:M'sheireus Huua, adepto... ta de las artes. Mi maestra es Maievel Lem, con la cual necesito hablar ahora mismo.

-Guarda:Acompáñanos.

-Yo:¿Y ellos?

-Guarda 2:Se quedan aquí.

Mis padres, los cuales pasan nerviosas miradas entre los guardas y el lugar, me indican con un gesto que vaya. Pero ahora no quiero dejarlos a solas, por mucho que me aseguren que la Grieta es un lugar seguro.

-Yo:La esperaré aquí entonces. También necesito hablar con... -Inspiro profundamente.- Trecim Heeru. Y es muy urgente.

Los guardas no dicen nada más, sólo dirigiéndome una mirada desdeñosa. No obstante, acaba por coger un comunicador para convocarlos a ambos. Mi madre me coge del brazo sin que me lo espere, lo cual me hace dar un respingo. Poso una mano sobre la que ahora me sujeta.

-Yo:Tranquila. Todo irá bien...

El alma se me cae a los pies cuando veo que el primero en venir es Trecim. Que le haya llamado lo ha alarmado, pues viene corriendo y con la cara descompuesta.

-Trecim:¿M'sheireus?¿Cómo es que ahora...? -Hace una figura en el aire, simulando curvas.- ¿Qué ha pasado?

-Yo:Cosas de caomante, pero da igual.

-Trecim:¿Teeruoh?¿Viann?¿Ha... Ha pasado algo de Deia?

Siento como se me llenan los ojos de lágrimas.

-Yo:Tu... Tu casa... Trecim, no he...

Mi padre, al ver que Trecim se marea un poco ante lo que le estoy diciendo, corre a cogerlo.

-Yo:Ha sido Gasha. Lo vi cuand-

-Trecim:Gya. ¿Dónde está?

-Yo:¿No... no está aquí?Acordamos que vendría para estar a salvo.

Mira a mis padres, como si les pidiera permiso.

-Papá:Os esperamos aquí.

Cuando voy a protestar, me cortan. Resignada, acompaño a Trecim a dar una vuelta, aún con la cabeza en Deia. Mi congénere se está sujetando las manos, ahora temblorosas.

-Trecim:...¿Cómo ha pasado?

-Yo:Estaba en casa. Mi maestra me dijo que hiciese este cambio que ahora ves y me quedase así un mes. Al momento de cambiar, oí una explosión. Cuando llegué... Ruinas. Gasha estaba alejándose en un coche en ese momento. Vi los espíritus de unos daime'é correr hacia las ruinas, pero mi padre dijo que no eran los tuyos.

Saca un cigarro de un bolsillo. Tras rechazar el que me ofrece, enciende el suyo. Da una buena calada, pero el temblor en las manos sigue.

-Trecim:Los traje aquí hace un mes.

-Yo:...¿Y Gya?

Otra calada. Sobre sus zapatos cae algo de la colilla, ya a un par de caladas de la boquilla.

-Trecim:Volvió a casa. Dijo que no podía dejarlo todo atrás. Ella... Ella está cubriendo mi ausencia, por decirlo de algún modo. -Tira el cigarrillo al suelo.- Los dos sabíamos que Gasha no tardaría mucho en ir a por mi, pero ella era otra historia. Si yo moría, se acabó. Problema fuera. Ella no había estado nunca como clienta, así que per sé era un problema que necesitaba un parche. Su familia podía servir.

Su mirada hace que un escalofrío me recorra la espalda.

-Trecim:Si ella desaparecía, serían los suyos quienes lo pagarían. -Enciende otro cigarro.- Intenté evitar que volviese. Traer a los suyos. Ir yo en su lugar. Pero es terca.

Suelta una risilla.

-Trecim:Sí... No hay quien la haga entrar en razón. Ese tal Blake se aseguró también de que no volviera a casa, ¿sabes?

Me muestra una tobillera de color negro.

-Trecim:Me deja fuera de juego cada vez que intento salir de este lugar.

Se me acerca y pone sus manos en mis hombros. Antes ya me parecía grande, pero ahora es colosal.

-Trecim:Vigílala. Dile que estoy bien.

-Yo:De eso... De eso quería hablarte también. No puedo seguir mirando hacia otro lado, pero por mi misma tampoco puedo hacer mucho. Necesito la ayuda de mi maestra, pero será difícil. -Recuerdo a Ygksza, el maestro del difunto Blake.- Vivir tanto hace que algunos olviden asuntos mundanos... y qué es estar vivo de verdad.

Me alejo de él.

-Yo:También necesito que me digas dónde vive Gya. Aunque no puedas ir, imagino que podrás hablar con ella, ¿no? Dile quién soy. Si mal no recuerdo, su único recuerdo de mi será del asalto, cuando Gasha, así que entre eso, las tetas y la falta de bulto en mis pantalones le va a costar reconocerme. Quiero verla en dos días. Juntas podremos hacer un algo, pero necesito que colabore en todo lo que le pida, ¿de acuerdo?

Trecim asiente, ahora con lágrimas en sus ojos, y me da un abrazo.

-Trecim:Gracias, M'sheireus.


Última edición por M'sheireus Huua el Mar Abr 13 2021, 15:19, editado 2 veces
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeSáb Mar 20 2021, 23:56

Creo que estamos todos los supervivientes. Desde los cazadores hasta los civiles no combatientes. Ma’Riagg, Fono, Verlorense, Heffler, yo… Ckriih estaría fuera de no ser porque ya le estaban echando antes de que saliera por su propio pie. Le gusta contradecir a la gente.

Diría que sólo faltan los búggalos de la cuadra, pero estaría mintiendo. Las bestias rehabilitadas han quedado excluidas de esta reunión. También hablo por la parte de Michelangelo, a quien vi en el exterior al entrar, haciendo buenas migas con el pequeño velociraptor, al que ya debería irle dando un nombre, y con Sienka, quien parece haber tomado el papel de líder para aquellos que no tienen voz entre estas paredes. Estamos todos sentados en los asientos frente a la capilla, esperando las palabras de Galie. La encargada de nuestra supervivencia se pone delante de unas vidrieras en las que, curiosamente, no me había fijado hasta este momento que estaban.

A un lado derecho se ve representado lo que yo pienso que es un gallo, descendiendo de una representación del sol. En el izquierdo hay lo que corresponde a un búho, creo, bajando de la luna. En el centro se sitúa una figura humana, o como se hagan llamar estas personas de piel gris, de larga barba y grandes ojos. Quizá sean gafas. Lo que vendría siendo el suelo está sembrado de flores blancas. Hay círculos celestes ocupando el resto del espacio. Dejo de prestarle atención a la vidriera para dársela allí adonde lo necesito. La cazadora le da una calada a la pipa que tiene encendida.

-Galie: Gracias por reuniros aquí conmigo. Me gustaría hablar sobre los siguientes pasos que daremos. En concreto, hay algo que quiero proponeros. Atendedme por un momento. Como algunos sabréis, existe una estación de comunicaciones en Sdatt. Esta sirve para utilizar el sistema de comunicación repartido por toda la ciudad en forma de alarmas y megáfonos. Sé que parte de estos quedaron fuera cuando pusieron la barrera que impide que nadie entre o salga. En teoría, deberían de haber colocados bloqueos formados por infantería en el exterior. Así que había pensado en utilizar la estación para avisarles de nuestra situación actual y pedir ayuda.

-Nos encerraron para dejarnos morir en primer lugar. ¿Por qué iban a ayudarnos ahora?- un murmullo agitado le sucede-.

-Galie: Confía en mí, lo harán en cuanto escuchen lo que tengo que decirles. Sé que es como mandar un mensaje en una botella, pero es nuestra mejor oportunidad.

-¿Y qué es eso que vas a decirles para que nos saquen de aquí?

Justo cuando Galie va a responder, las puertas de la iglesia se abren de par en par y de golpe. Oímos unos pasos que atraviesan la antesala que hay entre la entrada y el lugar donde habría el equivalente a la misa. Le reconozco. Fue el primer habitante de este planeta con el que me había topado. Pensando únicamente en esta segunda visita, quiero decir. Recuerdo que su nombre es Auger por las veces que me lo habían mencionado.

-Auger: ¿Qué tal? ¿Cómo os va por aquí?- nadie responde-. Hubiera traído música para mi regreso, pero como para ponerme a rebuscar entre la basura algún reproductor de música decente.

-Galie: Estás vivo.

-Auger: Qué perspicaz.

-Galie: ¿Dónde has estado? ¿Cómo saliste de las catacumbas sin que lo supiéramos? ¿Estuviste cuando…?

-Auger: Relaja un poco, mami- camina hacia ella-. He estado dando un buen paseo. Me hacía falta estirar un poco las piernas- se detiene frente a ella, mira su pipa y la coge. Galie no opone resistencia mientras le da una calada. Voltea y mira al público-. No parecen muy contentos de verme.

-Galie: No les agradan los niños que fuman. Saben que les atrofia el cerebro y les hace pensar que son mayores de lo que son.

-Auger: Pero eso es más culpa tuya que la del tabaco, ¿no es así?- se gira hacia ella solamente para exhalarle el humo en su rostro. Galie ni se inmuta-.

-Verlorense: Me costaba creer que alguien como tú realmente hubiera muerto.

-Auger: Qué curioso, pensaba lo mismo de ti… en el otro sentido- voltea una vez más para mirar a su compañero de caza y empieza a andar hacia la salida. Coloca la pipa en su boca y aplaude-. Cada día superas mis expectativas.

-Ckriih: Ouchi-auch.

-Galie: ¿Puedes acortar y decirnos a qué has venido ahora?

-Auger: Y yo que quería disfrutar un poco más de nuestro reencuentro. En fin, porque me lo has pedido- sólo gira de nuevo hacia Galie cuando está junto a los últimos asientos del fondo-. Hoy he venido a avisaros de que mañana volveré y os mataré a todos. Y tú serás la última que deje con vida. Cubriré tu cuerpo de agujeros para los que tengo pensado muuuchos usos- esto lo describe siempre con una sonrisa en su rostro-. Y me aseguraré de que vivas durante todo el tiempo que dure.

Hay un eterno silencio que logra romper Galie.

-Galie: ¿Hasta mañana? ¿Por qué ibas a darnos esa ventaja?

-Auger: No es ningún favor. Puedo seguiros allá a donde huyais. Cada minuto que sigáis con vida… que os deje con vida, lo viviréis con miedo. Y ellos te culparán hasta que exhalen su último aliento- exhala humo mientras mira directamente a la mujer que está frente a la vidriera-.

-Galie: … ¿Tanto daño te he hecho?

-Auger: Pido perdón si no soy más creativo.

-Ckriih: Déjalo ya. “Yo le puedo”. ¡Es un farol! ¡Y si no lo es, podemos matarte aquí y ahora! ¡Te superamos en número y armas!

Los comentarios de aliento del langostino revolucionan a la gente del lugar, rompiendo el silencio que les hacía mantener el miedo.

-Auger: ¿Un búggalo mutante? Vaya, Galie, ¿en vez de niños ahora mandas ganado a pelear? ¿O ha sido cosa de la Salsa?

-Ckriih: Ni soy ganado ni necesito ese mejunje vuestro. No como otros.

En menos de lo que me había querido dar cuenta, ya teníamos a estos dos frente a frente. Ckriih ya me supera ligeramente en altura incluso sin contar con sus antenas, pero necesita levantar la cabeza para mirar al monstruo con forma “humana” que tiene delante.

-Fono: ¡Ckriih, retírate! ¡No tiene que haber un conflicto! Nadie tiene por qué morir aquí.

-Auger: Sí, claro, bicho, haz caso a la grabadora con patas, que se ve que un cacharro tiene más sentido común que tú.

El insectoide le pone una pistola en su barbilla. Y dispara.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeVie Mar 26 2021, 17:03

Abro los ojos en la penumbra. Noto bastante cansancio, así como una sensación extraña en el cuerpo. Me rasco el pecho, y es entonces cuando noto una forma a la que no estoy acostumbrado. Tras palpar algo más abajo, alarmado, me incorporo de sopetón.

-Yo:¡Coño, la he perdido!

Me miro en el espejo y, cuando veo mi reflejo, empiezo a calmarme.

-Yo:Ah, no, que coño el que tengo ahora entre las piernas...

Por mi cabeza pasan el cambio que hice en mi ayer, el ataque a la casa de Trecim y la charla con él en la base. Me desperezo y levanto, estirando un poco antes de acercarme a mirarme bien. Miro la ropa que ahora reposa sobre mi silla, comprada después de volver de la base, lista para que la use a lo largo de este mes. Al cogerla, recuerdo lo pegada que quedaba al probármela.

-Yo:Este mes va a ser largo... -Oigo gritos en la calle, seguidos de un humo que no tarda mucho en extinguirse.- Muy, muy largo...

Me asomo por la ventana. Esta vez ha sido un accidente de tráfico, así que puedo tomarme las cosas con calma. Al menos hasta que desayune, todo sea dicho. Bajo al salón, donde esta vez no hay nadie. Mis padres ya han salido a trabajar, así que puedo evitar el interrogatorio de qué haré con respecto a lo que me dijo Trecim. Para intentar calmarlos, les he dicho, tal y como planeé, que me apuntaré a alguna actividad tipo arte marcial.Todavía están en el proceso de asunción de que parte de mi vida siempre va a estar en peligro, así que qué menos que aprender a defenderme. Trecim me comentó dónde vive Gya, y a poco más de quince minutos de su casa parece haber una escuela de algo llamado Ska'po tei kuen daoh nesu "Camino del puño del crepúsculo", lo cual espero que se sirva para mantenerme ocupada y poder pillar a la novia de Trecim más pronto que tarde. Ayer no hubo suerte, y estoy intentando evitar ponerme en lo peor.

-Yo:Vamos a ver si hay suerte... -Miro el dinero que hay en la mesa, junto a un panfleto de la escuela de Ska'po, y sonrío.- Y a ver qué tal eso.

La policía y el perito están llegando ya al lugar del accidente. Friego lo usado para el desayuno y subo a mi cuarto a ducharme. Justo cuando me giro para ir al baño, ya ropa en mano, veo como una figura bulbosa salida de la nada está frente a la puerta. Al verme salta hacia mi, mostrando una hilera de dientes cuanto menos amenazante, ante lo cual me encojo de manera instintivamente. Cuando está a pocos centímetros de mi cara, desaparece, quedando sólo la tensión en el aire. Me levanto y me siento en la cama, con el corazón latiéndome a mil.

-Yo:No era un espíritu de la discordia, pero... -Echo un vistazo a la puerta.- ¿Qué narices son esas apariciones?

Cuando me tranquilizo, recojo las cosas del suelo y entro en el baño. Mi nuevo reflejo vuelve a sorprenderme, pero no me detiene a la hora de cepillarme los dientes y ducharme. Me paso los dedos por la cicatriz que mi último encuentro con Gasha me dejó en el costado, sabiendo que posiblemente no sea la única que me lleve al final del mes. Tras vestirme, recogerme el pelo, coger una bolsa con ropa de deporte y guardar el dinero para la escuela en la cartera, salgo de casa. Una grúa se está llevando el coche mientras paso de largo. Es entonces cuando empiezo a darme cuenta de la presencia de otras especies, destacando entre la multitud de daime'é aún en lo escaso de su número.
Paso a paso, acabo llegando al local donde se imparte el Ska'po. Parece algo antiguo en relación a la zona circundante, pero el olor a sudor que desprende conforme vas acercándote avala un trabajo duro que en muchos sitios escasea. Todavía tengo tiempo antes de que siquiera abra, así que me lanzo a buscar la casa de Gya.

-Yo:La verdad... es que no era el tipo de barrio que esperaba.

Creo que "normal" es la palabra adecuada. Casas normales, parecidas a la mía propia. Gente común y corriente que va y viene de sus trabajos. La casa de Gya no lo es menos. Tampoco lo es la puerta a la que estoy a punto de llamar. Y quien me abre es, precisamente, una pareja normal de aproximadamente la edad de mis padres.

-Mujer:¿Quería algo?

Noto como ambos me miran de arriba abajo.

-Yo:Buenas tardes. ¿Está Gya?

El supuesto padre de Gya se pone entre la mujer y yo.

-P. Gya:¿Y tu eres...?

-Yo:Me llamo M'sheireus. Soy una amiga de Trecim. Nos conocimos hace unos meses cerca de la academia Uhi'eno.

-P. Gya:No está en casa.

-Yo:Oh. ¿Podría decirle que he venido? M'sheireus, no se olvide. Puede encontrarme sobre esta hora en la escuela de Ska'po que hay cerca. Es importante que hable conmigo cuanto antes.

Sin decir nada más, me cierra la puerta. Musito un escueto "gracias" y echo la vista a las ventanas de la casa. No voy a conseguir mucho más ahora así que, aún con la impresión de que la propia Gya estaba en casa, me voy a entrenar.

Esperemos que no explote algo más mientras estoy en ello.


Última edición por M'sheireus Huua el Lun Abr 05 2021, 00:56, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeLun Mar 29 2021, 23:40

El cazador de la gabardina color sangre se toca la boca destrozada por el disparo. Todos observamos atónitos cómo se le cura a una velocidad increíble.

-Auger: ¡JODER, CÓMO ESCUECE!- se queja nada más tener la boca nuevamente intacta-.

Ante un perplejo Ckriih, coge la mano que sostiene el arma de fuego con el que le ha disparado, la misma mano de Balyed, y la aplasta, haciendo saltar trozos de la extremidad al mismo tiempo que el insectoide grita de dolor y cae arrodillado.

-Ckriih: ¡MI MANO… OTRA VEZ!

Auger se apropia de la pistola y mira a su alrededor. Contempla cómo algunos cazadores le apuntan con otras armas, incluido Verlorense.

-Auger: Veo que todavía quedan algunos valientes. Muy mal. Se me pasó por la cabeza el asesinar a la mitad de vosotros para que me toméis…  en serio. Pero la cosa es…- abre su boca de manera que su anatomía no le debería permitir en primer lugar. Algo viaja de su estómago al exterior, escupiéndolo encima de la mano que le queda libre. No logro distinguir qué es-. Que ya lo he hecho.

Lanza el objeto hacia Galie. Ésta lo coge al vuelo y lo mira con horror. Es una calavera y, por la forma que tiene, es de bestia.

-Auger: Esa es la advertencia número dos. ¡Y ÉSTA es la número TRES!

Y sin que ninguno lo viéramos venir, aplasta de un pisotón a un todavía dolorido Ckriih. Trozos de su cuerpo vuelan por toda la estancia. No sé cómo aguanto aún con el contenido de mi propio estómago en su sitio. Los disparos suenan. No se me ocurre otra cosa que agacharme, y cubrir mi cabeza, al igual que muchos otros a mi alrededor. Las balas dejan de volar por la sala y oigo cómo alguien corre hacia delante. Cuando decido al fin alzar la mirada, veo a Verlorense intentando cortar el cuello de Auger de un tajo con uno de sus cuchillos. Digo “intentando” porque el filo ha logrado chocar con la carne e incluso le hiere, derramando sangre, pero hay algo que le impide continuar y terminar de decapitarle, como si le bloqueara.

-Auger: Oh, jojo. Deja que te ayude.

Ante la sorpresa paralizante de Verlorense, el de la gabardina roja coge uno de sus brazos y empuja hacia sí mismo, facilitándole la labor. Caen sus buenos goterones de sangre antes de que la propia cabeza caiga también. Creo que ninguno de nosotros es capaz de asimilar lo que está ocurriendo. Ni siquiera la calmada y calculadora Galie puede disimular el desconcierto en su semblante. Yo ya he vomitado, por cierto.

-Ma’Riagg: ¿Se… se ha dejado matar?

Verlorense observa perplejo la cabeza cercenada de su antiguo compañero. Él tampoco se termina de creer lo que acaba de pasar. Galie se tapa la boca, como para evitar soltar alguna palabra que pudiera estar fuera de lugar.

-Heffler: ¿Ha terminado?- pregunta el joven temeroso que tiembla a mi lado mientras se hace un ovillo-.

-Auger: Uy, no. Ese sólo ha sido el paso uno.

Y otro sobresalto más que se llevan nuestros corazones. Incluso podría decir que Fono ha quedado paralizado por un momento por no ser capaz de procesarlo. Mientras éste… sea lo que sea ahora mismo, se ríe en nuestra cara, corrientes de sangre flotan de la parte cortada de su cabeza. Éstas, con apariencia ahora de tentáculos rojos, alcanzan la parte del cuello que sigue pegada al cuerpo. Una vez hecha la conexión, la cabeza vuelve a colocarse en su sitio y el corte se cura, no dejando ni siquiera una cicatriz.

-Auger: ¡Taraaán~! Gracias, sois un público estupendo. Por favor, un aplauso también para mi encantador asistente- señala a Verlorense-.

El semblante de su “asistente” se deforma por pura ira contenida, la cual desata en un ataque desesperado con sus cuchillos. Pero, esta vez, esta bestia a la que pretende cazar no se deja infligir daño sujetando sus brazos.

-Galie: ¡Verlorense, detente!

-Auger: Oye, ¿es que no te has enterado todavía? No puedes matarme.

Verlorense responde con una patada, pero su compañero de entrenamiento se adelanta y contraataca con un rodillazo en el estómago, lo que hace que se incline hacia delante.

-Auger: Venga, Verly, te estás avergonzado a ti mismo delante de todos. Y de ella.

En lo que parece ser una respuesta a un instinto animal, Verlorense muerde uno de los brazos que le mantiene prisionero. Auger ni se inmuta a pesar de que ha conseguido herirlo con sus dientes, tal y como indica la sangre que mancha la manga de su gabardina.

-Auger: Ooh, ¿no es esto lindo?

-Galie: ¡Para, Auger, ya lo hemos entendido, no podemos hacer nada contra ti!

-Auger: ¡Déjame que te enseñe cómo se muerde de verdad!

De nuevo abre esa boca enorme que no me encaja, es como si se transformara a medida que la abre. Le pega un mordisco al brazo izquierdo de Verlorense y tira. Un grito de dolor retumba en mis oídos mientras cierro los ojos. Los vuelvo a abrir cuando oigo a Verlorense ser empujado hacia la pared de golpe. No me atrevo a mirar a Auger hasta que termina ese sonido que produce una bestia hambrienta al devorar un trozo de carne. Da pasos lentos hacia el cazador que tengo ahora al lado. Galie se pone delante y el contaminado por la Salsa se detiene. Puedo observar su rostro manchado de sangre por encima del hombro de nuestra valiente líder. Justo cuando levanta el arma que le había arrebatado a Ckriih, Fono finalmente se mueve para dar un sonoro pisotón.

-Fono: ¡SUFICIENTE!

Emite un fuerte ruido. Me tapo los oídos, pero es inútil, penetra en mis tímpanos y prácticamente me los viola. La vidriera ha reventado. Incluso el hasta ahora imparable Auger se ha inclinado un poco, con una expresión que denota molestia. Con notable esfuerzo para apuntar, le dispara a la máquina. Una bala es desviada por su cuerpo metálico, pero el segundo disparo acierta a una parte más centrada y queda incrustado el proyectil. El robot trastabilla y tropieza con algo, cayendo con todo su peso hacia atrás. El ruido para y deja al monstruo al que nos estamos enfrentando respirar tranquilo. Éste mira a Galie, quien había tenido que hincar una rodilla en el suelo, pero nunca dejando de cubrir al malherido Verlorense.

-Auger: No, todavía no te toca. Y sí, puede que me haya venido un poco arriba- mira a su alrededor y a los restos del insectoide esparcidos por todo el lugar-. Se suponía que hoy no debía morir nadie- vuelve su mirada hacia su mentora-. ¿Me perdonas?- con su mano libre parece que va a tocar la cara de la mujer que tiene delante. No sé qué expresión puso ésta debido a posición, pero desanima al otro a seguir y la retira-. Ya he dado mi mensaje- como si no hubiera pasado nada, da un par de pasos hacia atrás y gira para irse por las puertas de la iglesia-. Mañana vendré. Aquí o a cualquier lugar al que vayáis- suelta una pequeña risa-. Será nuestra caza- mira la pistola que sigue sosteniendo-. Me quedaré con esto. Hasta pronto.  

Y así como vino… se fue.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeLun Abr 05 2021, 01:37

El interior del local de ska'po no difiere mucho de lo que se aprecia por fuera. Suelo algo acolchado con planchas de gomaespuma, una pared cubierta por láminas de espejo, armeros con diversas armas, junto al cual hay un armario cerrado con llave, y algún que otro saco en las paredes. Un cartel indica también la entrada a unos vestuarios. Pero antes de todo esto, lo que veo es un lobby simple, con una chica de aproximadamente mi edad tomando notas en un ordenador. Su pelaje es cobrizo, con manchas negras a ambos lados de la cara. Las dos coletas en las que tiene recogido el pelo se agitan levemente cuando alza la cabeza para mirarme y sonreír.

-Recepcionista:¡Hola!¡Bienvenida a la escuela de Ska'po tei kuen daoh nesu!¿Vienes a probar?

-Yo:Ah, sí... Estaba interesada en aprender algo para poder defenderme. Vista como está la situación otra vez, me siento algo vulnerable yendo sola por la calle.

-Recepcionista:Te entiendo. La banda vuelve a las andadas, ¿eh? -Me ofrece uno de los asientos que hay frente al escritorio.

-Yo:Supongo que sí, sí... No podemos estar tranquilas, ¿eh?

-Recepcionista:Dímelo a mi. Por esta zona de vez en cuando hay algún que otro problema. -Mira a una cámara que hay cerca de la puerta.- No sé si debería decirte esto, pero... ¿Estás segura de querer apuntarte?

Asiento. La chica me sonríe.

-Teemneo:¡Perfecto entonces!A todo esto, me llamo Teemneo.

-Yo:M'sheireus. M'sheireus Huua.

Toma notas en una ficha.

-Teemneo:¿Eres de por aquí, M'sheireus?

-Yo:Un poco lejos de aquí en realidad, en Yushunamu. -Hace un gesto.- Ya, ya. Lo de ayer, ¿no? No fue en mi calle, pero tampoco quedó muy lejos.

-Teemneo: Ya veo por qué te quieres apuntar, ya. Y por qué no te importa mucho la zona, todo sea dicho de paso.

Le sonrío. La chica me pasa el formulario que estaba rellenando para terminar de con los datos restantes. Al ver lo referente a datos personales me doy cuenta de que, de seguir practicando esto, tendré que seguir usando esta forma cada vez que venga a entrenar por los años de los años. En fin, es lo que toca. Cuando alzo la vista, veo que ha puesto tres objetos frente a mi. El primero es un pequeño bote en el que puedo leer "spray antivioladores". El segundo es un objeto circular, con un interruptor en el centro y ranuras en los laterales por los que saldrá, posiblemente, un intenso ruido. El último es una pequeña bolsa con un par de compartimentos en su interior.

-Teemneo:Todos los nuevos ingresos tenéis que haceros un test de drogas. Normas de la casa.

Escupo algo de saliva en la bolsa. Tras agitar y esperar unos segundos, nada ocurre. La chica suspira aliviada. Estiro la mano para coger el spray.

-Yo:¿Y esto?

Su gesto se torna en una leve sonrisa.

-Teemneo:Vamos... No seas tan inocente, chica. Nunca sabes como te puede asaltar alguien, ni si vas a tener oportunidad para defenderte... Mi prima volvía a casa hace tres años y bueno... Dos estúpidos decidieron pasar un rato con ella.

-Yo:¿Está...?

-Teemneo:Se recuperó, pero las cicatrices emocionales van a durarle toda una vida. Te aconsejo llevar eso siempre en el bol-... ¿No tienes bolso?

-Yo:Creo que tendré que comprar alguno a la vuelta. Estos bolsillos no dan apenas para nada.

Recoge mi ficha y me levanto, cogiendo al mismo tiempo los objetos que me ofrece.

-Teemneo:Pues eso es todo. Tienes los vestuarios por ese pasillo. Puedes dejar las cosas. Déjame terminar de hacer un par de cosas y vienes a buscarme, que te presente al maestro. Bueno, a ti y al otro par de nuevos.

Dicho esto, voy al vestuario, donde me quedo mirando al spray y la alarma para, a continuación, volver a mirarme al espejo. Un escalofrío me recorre la espalda ante la posibilidad más que real de verme en una situación que me obligue a usarlos.

-Yo:No pienses en eso ahora y disfruta de la clase, anda...

Me refresco la cara y vacío la vejiga. Al salir me encuentro a alguna de mis compañeras. Son algo mayores que yo, y mientras nos cambiamos me cuentan un poco de cómo transcurren las clases. Al quitarse la ropa para ponerse el uniforme me fijo en que no parecen estar en una forma espectacular, pero claro: la maestra tampoco.

-Vanna:Pero vamos, tu a tu ritmo, chica. Lo mejor es ir p- ¡Ah, vosotros sois los nuevos, ¿no?!

Un par de hombres esperan junto a la entrada del recinto de entrenamiento. Uno de ellos parece de la edad de mi primo Iphan, así que está en plena explosión adolescente, con un pelaje celeste desaliñado del cual sale un olor bastante fuerte. El otro es un hombre algo más joven que mi padre, con un curioso pelaje azulado con partes en rojo  y, por lo que consigo atisbar, la zona del cuello y el torso blancos. No he visto a más de cuatro o cinco de mis congéneres con el pelaje azul, y lo primero que se me viene a la cabeza es que parece una fursona hecha por un chaval de quince años en DeviantART. Aunque sonrío, decido no decir nada. Largo cual es, da un paso al frente y se lleva una mano al pecho.

-Cagliostor:En efecto. Mi nombre es Cagliostor y, a pesar de que muy a mi pesar no voy a pasar demasiado tiempo en Bimbpep, me gustaría probar algo con lo que entretenerme.

El chaval nos echa una mirada de refilón.

-Cagliostor:Vamos, no seas maleducado y preséntate.

-T'uric'a:...Soy T'uric'a.

-Cagliostor:Vamos a quedarnos unos días por los alrededores, y creo que a mi hijo y a mi nos vendría bien una distracción.

Mira a T'uric'a de arriba abajo.

-Vanna:Vaya, que lástima. Espero que os lo paséis muy bien.

-Viann:Ella también empieza hoy.

-Yo:Soy M'sheireus. Encantada.

Tras el resto de presentaciones y conocer al profesor, empieza la clase. Nada ocurre en especial hasta que empezamos la parte técnica, donde Cagliostor decide ponerse conmigo. La verdad es que me da bastante mala espina que me haya elegido en lugar de ponerse, como yo esperaba, con su hijo. El chico parece algo incómodo, más cuando su padre le ha sugerido ponerse con gente de su edad. Noto de vez en cuando sus miradas desdeñosas en el cuello.

-Cagliostor:Y dime, M'sheireus... ¿Qué te ha llevado a querer aprender a defenderte?

-Yo:Bueno, la situación no es ahora mismo la mejor, y eso es un buen motivo de por sí. Pero lo cierto es que siempre me han gustado este tipo de actividades, y ahora era tan buen momento como cualquier otro como para empezar. También es verdad que puede que en un mes tenga que irme durante una temporada, y hay alguien a quien creo que le agradará saber que he estado entretenida.

-Cagliostor:Seguro que sí.

Aplicar las técnicas contra mi compañero es como darle puñetazos a una ola de un tsunami, y empiezo a frustrarme un poco. Por contra, sus puños pasan demasiado cerca de mi cara para mi gusto. Una de las veces casi siento como podría rozarme la mejilla con la piedra que lleva engastada en la pulsera de su mano izquierda. Al echar la vista atrás, veo como su hijo sonríe.

-Reh'nub: ¡Nos vemos el próximo día!

Cansada, voy al vestuario a refrescarme un poco antes de recoger mis cosas.

-Vanna:¿Te ha gustado?

-Yo:Bastante, sí. Para el próximo día espero aguantar un poco más.

-Vanna:Me ha sorprendido bastante ese tal Cagliostor. Tiene pinta de que ha hecho algo antes, seguro.

-Yo:Creo que sí, sí. ¿El próximo día a la misma hora?

Tras despedirme, salgo del local. La tarde empieza a caer, y en el volumen de estudiantes volviendo a casa se nota bastante. Cerca del edificio, Cagliostor y su hijo mantienen una conversación, la cual cortan en cuanto me huelen acercarme.

-Cagliostor:Buen entrenamiento.

-Yo:Esta vez me he ahorrado la patada en la entrepierna y los moratones, maestra.

El daime'é me sonríe.

-Yo:Cagliostor el hilvanador. No me di cuenta al principio, pero conforme iba avanzando la clase empecé a sospechar. La pulsera de caocita fue el detonante.

-Cagliostor:Muy aguda, querida.

-T'uric'a:¿Puedo volver ya a mi forma normal, mi amo?

-Maestra:Déjame quitarme esto y que recupere mis habilidades. ¿Puedes conducirnos a un lugar más apartado, mi querida alumna?
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeVie Abr 16 2021, 00:53

Un cazador colérico atraviesa las puertas al exterior, con escopeta en mano.

-Cazador: ¿Dónde estabais?- dispara al aire- ¿DÓNDE ESTÁBAIS, COBARDES?- dispara una vez más-.

Se aproxima a Beggar, abandonado en la plaza de enfrente sin poder mover su propio cuerpo. El furioso hombre le apunta con su arma, como amenazándole si no le daba ninguna respuesta. De repente se oye un desprendimiento. De debajo de unos escombros surge la bestia gigante que tuvo ese enfrentamiento “explosivo” con Galie y luego con Verlorense. Sin embargo, es la otra bestia con rostro humano, que encontramos en nuestra búsqueda de supervivientes, quien evita un enfrentamiento violento al saltar al lado del cazador y bajándole el arma.

-Bestia: No hagas ninguna tontería.

Parece que tener de frente a las tres bestias más poderosas nunca vistas, que yo sepa, le baja un poco los humos.

-Cazador: ¿Por qué no habéis hecho nada…?

-Bestia: … Los animales no saltamos por instinto a la boca de nuestro depredador.

-Galie: No tenemos derecho a reprocharles nada.

La cazadora había logrado recuperarse de la conmoción y llegar a tiempo para detener a su compañero de ser necesario.

-Cazador: ¡Todo es culpa tuya!- se enciende de pronto-. ¡A ese monstruo lo has creado tú! ¡Tiene razón, deberíamos odiarte! ¡Deberíamos dejarte atada aquí mientras huimos!

-Galie: No os daría ventaja. Seguramente me llevaría con él y me haría presenciar cómo os liquidan. Uno a uno.

-Cazador: … Y-y el Guarda de Luz…- se gira en dirección a la iglesia-. ¡Guarda de Luz estaba con nosotros! ¡Y no ha hecho nada!

Yo estoy en la puerta de la iglesia. Veo a Heffler avanzar a pequeños pasos hacia el exterior. Todo el mundo a su alrededor comienza a mirarle con ira. Dejan salir sus frustraciones en forma de gritos y reproches hacia el muchacho. Me deja claro que éste no se lo ha tomado bien cuando le veo usar el poder de su anillo para volar y alejarse de la muchedumbre furiosa.

-Cazador: ¡COBARDE! ¡Algunos dicen que eres una amenaza! ¡Pero eres peor!

Le pierdo de vista. Entro de nuevo al edificio para comprobar el estado de Fono. El led del interior de su cabeza parpadea. Veo la bala incrustada en su carcasa y la retiro con cuidado. La utrom se acerca en silencio andando sobre sus pequeños apéndices.

-Ma’Riagg: Debe de estar reiniciándose.

Antes de que le diga nada, alguien se levanta bruscamente y empieza a correr. Debido a que corre en una dirección que me resulta familiar, le sigo antes de perderle. Veo a Verlorense entrar a lo que ya veía como mi cuarto en este oscuro lugar. Su brazo izquierdo, ya vendado, no parece detenerle de agitarse, a pesar del dolor que debe de causarle. Coge la salsera maldita con la mano sana, la alza por encima de su cabeza y la agita, mirando hacia arriba mientras abre la boca. Extrañado ante este comportamiento, entro a la habitación.

-Yo: ¿Qué haces?

El joven cazador desiste en su intento de lo que sea que estuviera haciendo y me mira. Su semblante está entre la ira y la tristeza.

-Verlorense: Necesito… necesito lo que tiene él. Así no tengo ninguna oportunidad. ¡Por favor, Franky! ¡Tienes que dejar que vuelva a fluir la Salsa, una vez más!

-Yo: Eh… Ni siquiera sabría cómo hacerlo.

-Verlorense: Pero fuiste tú quien selló toda la Salsa aquí, ¿cierto?

-Yo: No es tan sencillo. No es algo que venga de mí cuando quiera, ¿sabes? No sé cómo manipularlo cuando quiero.

-Verlorense: … ¿Y si vuelves a tocar ese ídolo? El que encontramos en esas ruinas…

-Yo: Verlorense… queda como medio día antes de que vuelva. Además, no sabemos lo que te hará la Salsa. Ya has visto los diversos efectos que da a cada uno.

-Verlorense: Sí y a Auger le tocó la lotería- señala molesto-.

-Yo: Ya… Será mejor que nos centremos en preparar un plan, ¿no te parece?

Aquel quien me ve como su mejor amigo deja la reliquia con brusquedad. Es entonces cuando nota que mi mirada se enfoca mucho en su brazo dañado.

-Verlorense: No moriré por esta herida si es lo que te preocupa. Aunque me dejará algo vendido.

-Yo: Aún puedes hacer cosas. Habla con Galie, seguro que entre los dos sabréis qué hacer.

-Verlorense: Sí, todavía no me he vuelto un completo inútil.

Deja la habitación con un caminar triste. Yo le sigo hasta afuera y cierro la puerta, pero después le dejo solo con sus pensamientos. Ya cuando le pierdo la vista es cuando decido caminar hasta la capilla. O lo que queda de ella. Los asientos volcados, las paredes agujereadas por el tiroteo, la preciosa vidriera completamente destrozada… Fono tumbado aún. Y lo que reconozco como un dedo. Hay un dedo a mis pies. Me agacho y lo examino sin atreverme a tocarlo. No sólo veo que es un dedo, sino que también puedo reconocer que es uno de los dedos de la mano de Balyed. Bueno, la de Ckriih ahora más bien.

-¡Esto es mío!
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeSáb Abr 24 2021, 01:23

Maievel quita la pulsera mientras caminamos en busca de un lugar donde, ya sea por multitud o soledad, nadie nos oiga.

-Yo:¿Dónde estabas ayer, maestro?

-Maievel:Tenía asuntos personales que atender, M'sheireus. Por lo que he oído al llegar, ya imagino el motivo de tu visita a la base.

-Yo:...¿Podemos hablarlo en otro lugar?No se sabe dónde pueden haber oídos indeseados.

-Maievel:La cautela nunca está de más, por supuesto.

Nos dirigimos a un centro comercial donde, haciendo caso a Teemneo, la recepcionista, pretendo comprarme un bolso. Gyphook me dirige una mirada con sorna.

-Yo:Esta mañana apareció algo en mi cuarto durante unos instantes. Otra vez. No sé cómo lo hago, pero parece que siempre estoy implicada en esta serie de cosas.

Parece ser que este accesorio es algo importado de la Tierra, y por su utilidad frente a las bolsas de tela que antes se usaban está teniendo bastante buena acogida. No tanto la vuelta de los altercados, que hace que se note un ambiente de silenciosa tensión entre la multitud, pero qué le vamos a hacer. Por ahora.

-Maievel:Cada vez son más frecuentes por distintas partes del Universo. Aquí, en la Tierra, Snvcls, e incluso en la base. Pero no eres la única que las está viendo de cerca. Ese creo que te irá bien, querida.

Le miro de refilón. Sus marcas de caos han vuelto a aparecer bajo sus ojos pero, dado el lugar en el que estamos, parece decidir mantener tanto su apariencia como la de Gyphook.

-Yo:¿Qué está pasando?

-Maievel:Me temo que no puedo poner nada en claro por ahora, mi apreciada alumna. Varias decenas de caomantes están explorando por miles de planetas para esclarecer la causa y motivos, pero... Nada. No estamos siquiera seguros de si se trata de la Hermandad del Orden o hay alguien más implicado. Ya no sabemos qué buscar.

-Yo:¿Existe alguna criatura capaz de hacer algo así?

-Maievel:Te refieres a las Bestias del Caos, ¿cierto? Sí, ya imaginaba que tu encuentro con Quboa en Snvcls despertaría tu curiosidad. Y la respuesta a eso es que ya nos hemos asegurado de vigilar a aquellas cuyo paradero conocemos. Coge este también, M'sheireus, que te quedará bien. Yo pago por ambos, no te preocupes.

Pagamos por los artículos y salimos del local. Ahora mismo no hay nadie en casa, así que nos dirigimos hacia allá. Una vez dentro, tanto Maievel como Gyphook vuelven a su aspecto habitual.

-Maievel:Así que este es tu hogar... Muy coqueto, querida.

-Yo:Gracias, maestra. ¿Os importa esperar en el salón? Necesito una ducha...

...Y refrescar la cabeza antes de intentar convencer a la maestra de que me ayude. No va a ser fácil. Posiblemente caiga en saco roto incluso, teniéndomelas que acompañar con(con suerte) Gya, pero habrá que intentarlo. Ya secada y con ropa más cómoda, bajo al salón y voy a la cocina a por algo de agua. Mi maestra está revisando unos documentos en el sofá, mientras que Gyphook parece curiosear una foto de antes de ir a la Tierra. Suelta la foto en cuanto se percata de mi presencia. A mi no se me escapa el brillo en sus ojos.

-Maievel:Dime, querida... ¿Has inspeccionado a fondo tu nueva apariencia?

Noto como me acaloro. Lentamente, me siento frente a ella.

-Yo:C-creo que...

-Maievel:Oh, vamos, M'sheireus. No seas recatada. Es tu cuerpo, y será mejor que lo conozcas bien.

Miro por la ventana, intentando desviar el tema.

-Yo:¿Cómo pretendes que lidie con el tema de las drogas, maestra?Ni estoy entrenada, ni creo que una sola persona pueda desbancar esto. Blake no pudo, y tenía cientos de veces más experiencia que yo.

-Gyphook:Alaran Vysev podría hacerlo.

-Maievel:Ahí te equivocas, mi fiel Gyphook. M'sheireus tiene razón: es muy difícil que una persona pueda cambiar un problema tan arraigado, sea caomante o no. -Se reclina hacia delante.- Pero tu tienes una ventaja que ni mi maestro ni yo tenemos.

-Yo:¿Ah, sí?

-Maievel:Tu eres daime'é.

-Yo:Vosotros también lo érais hace pocos minutos. Y tú tienes tu propia leyenda incluso en mi planeta, maestra.

-Maievel:No, querida. No es lo mismo. Te dejo con esa reflexión.

-Yo:¿No podrí-

-Maievel:¿Qué no podría hacer?¿Ayudarte?Te he dado la clave para que avances, mi alumna.

-Yo:¿Y por qué ahora, maestra?Se suponía que iba a descansar. A estrechar lazos con mis padres. -Noto como empiezo a caldearme poco a poco.- ¡¿Por qué me cargas esta carga?!

Clavo las garras en el sofá.

-Yo:¡¿POR QUÉ NO PUEDO TENER UNA VIDA TRANQUILA POR UNA PUÑETERA VEZ, MAESTRA?!

Gyphook se pone delante de mi maestra mientras esta toma un sorbo de agua.

-Maestra:Hace poco, alguien dijo algo que me hizo pensar. "Los caomantes vivimos en otro plano". -Se levanta y se sienta a mi lado.- Muchas veces olvidamos qué es estar vivo. Yo misma te dije eso. A Ygksza le ha ocurrido, como a tantos muchos de los nuestros. Pero hay veces que, incluso recordándolo de vez en cuando, olvidamos nuestras raíces. Perdemos de vista la sensación de preocuparnos por nuestro hogar. Por el mañana y por el bien de aquellos a quienes queremos. Nos abandona la capacidad de querer. Nos sumergimos tanto en una vida longeva y una guerra de desgaste que nos volvemos máquinas.

Tras secarme una lágrima, me coge de las manos.

-Maievel:Olvidamos... Olvidamos el privilegio de una muerte temprana. De disfrutar con el descubrimiento. No recordamos el placer de la calma y la tranquilidad que una vida común conlleva. Luchamos y luchamos por una libertad que no sabemos qué conllevará. Los Estelas conocéis todo eso. La preocupación por algo tan simple como llegar algo tarde a una prueba puntual. Reír por una anécdota a priori memorable para una vida efímera. Saber que el tiempo es limitado.

Los cascos de Gyphook repiquetean en el suelo mientras se acerca al lugar donde antes se sentaba mi maestra.

-Maievel: Todos tus familiares, vecinos y cada uno de los daime'é de este planeta lo saben también. Tú, Deveios Plox, Zekkan Dall y el resto de Estelas tenéis la oportunidad de defender la libertad de tener "una vida tranquila" en vuestro hogar. Por eso mismo hoy estás aquí y no en la base, mi querida M'sheireus. Porque creo en ti, y en que mereces tener esa vida que tanto ansías. Pero tienes que pelear por ella.

Me da un abrazo para, seguidamente, levantarse. Genera un portal por el cual veo la base.

-Maievel:No olvides lo que eres. Tú, M'sheireus Huua, eres la clave para resolver esto, y no el Caos.

Gyphook atraviesa el portal y, tras sonreírme, mi maestra hace lo propio, dejándome a solas con mis pensamientos.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeLun Abr 26 2021, 00:43

La capital podía verse aún a kilómetros de distancia cuando Aaklaas comenzó a descender en dirección a un pequeño camino de tierra, levantando pequeñas nubes de polvo en nuestro aterrizaje.

- ¿No vamos a la ciudad? - pregunté observando la cúpula atmosférica asomando en la distancia.

- No.

Sin mediar más palabra, echó a andar azotando las piedras del camino con la cola, un leve gruñido reverberando en su pecho. El dragón verde no se encontraba del mejor de los humores, desde que hacía solo unos días que el representante de Órbita había contactado con él. De vez en cuando le mandaba un informe sobre mi estado o cómo estaba la situación, y que llamaran exigiendo una reunión para "evaluar mis progresos" no era buena señal, para ninguno de los dos.

- Aaklaas...

- No te quedes atrás. - gruñó sin detenerse.

Aceleré tratando de mantener el ritmo y ponerme a su lado mientras caminábamos en silencio. No tardamos en comenzar a divisar varios edificios perfilándose en la ladera de una colina. Me pregunté por qué no habíamos ido allí simplemente volando, hasta que nos acercamos lo suficiente para distinguir por qué. Estaban tan obsesionados con que no se descubriera nuestro secreto y evitar miradas indiscretas que habían escogido un campamento militar para realizar las pruebas. Un wyvern uniformado nos esperaba a las puertas, quien, en cuanto Aaklaas le enseñó el pase que habíamos recibido, nos acompañó por el complejo hasta uno de los hangares. Cerciorándose de cerrar todo a cal y canto tras nosotros y de que no tocáramos nada, nos guio a través de hileras de naves hasta un espacio despejado entre ellas, donde una esfera blanca flotaba a varios metros sobre el suelo.

- Señor. - saludó el guardia con una inclinación de cabeza.

- Ya era hora.

La esfera se acercó deslizándose suavemente por el aire, su base conformada por varios anillos concéntricos emitiendo un leve murmullo a la vez que uno de ellos recorría la superficie de la esfera, volviéndola de cristal translúcido. Uno de los miembros de la especie de Rollon nos observaba sentado en su acolchado interior, portando en emblema de Órbita en su reducido traje.

- ¿Cómo está la situación? - preguntó al wyvern, su voz resonando como si hubiera ninguna barrera física entre nosotros.

- Solo el personal imprescindible tiene autorización para entrar o salir del edificio y todas las entradas del hangar han sido selladas.

- Gracias, puede retirarse por el momento. - Irguiéndose en todo lo que le permitían sus cortas patas, comenzó a sacar ventanas holográficas con rápidos gestos, cubriendo casi por completo la superficie de la esfera. Apartando una de dichas ventanas se giró a mi tutor. - Asumo que le habrá informado correctamente, ¿no?

- Tal y como me dijeron, sí.

- De acuerdo. - Un pequeño disco se soltó de la parte inferior de la esfera, generando un holograma frente a mí. - Sigue las instrucciones que te indique a rajatabla.

- ¿Para qué son estas pruebas exactamente? - me atreví a preguntar en mi inocencia.

Había visto tantas veces a Rollon lanzarme aquella misma mirada cada vez que le hacía una pregunta que consideraba estúpida, que empezaba pensar que se trataba algo bastante común en su especie.

- Que se te concedieran unos de meses de descanso fuera de la estación no significa que te encuentres fuera de observación. De entre los tuyos, eres el primero en generar tantos problemas de producción, por lo que se requiere hacer un seguimiento continuo de tus progresos hasta que tu condición se considere como "estable". Las pruebas evaluarán tu estado actual, y de paso si toda tu estancia aquí ha resultado ser una total y absoluta pérdida de tiempo y dinero. ¿Ha quedado claro?

- ...Sí.

- Genial, empecemos entonces de una vez. Señor Aaklaas, acompáñeme. Me gustaría hacerle unas preguntas mientras tanto.

En cuanto ambos se alejaron a cierta distancia desde donde poder observar, el holograma comenzó a soltar órdenes sin parar. Nada me podría haber preparado para lo que me esperaba. Aquello no se parecía en nada a los entrenamientos que había hecho con Griffith en la estación, y mucho menos los que podía hacer yo solo por mi cuenta. Las alas me ardían de tanto batirlas y las piernas pobremente aguantaban mi propio peso. Aunque intentara lanzarlas, mis llamas hacía rato que se habían secado por completo. Si su objetivo era reventarme cada parte del cuerpo, lo consiguió en poco más de una hora.

- Ya es suficiente.

El holograma se disipó en el aire y el disco flotó de nuevo hacia su origen. Me desplomé contra el suelo como el peso muerto que era en aquellos momentos, el montón de cajas que llevaba encima retumbando contra el suelo del hangar. Mantenerte a flote sin moverte del sitio era diez veces más agotador que simplemente volar, especialmente durante largos periodos de tiempo y con tanto peso extra como me habían obligado a hacer. Aunando un poco de fuerzas recuperé el aliento y me levanté notando pinchazos en los músculos.

- ¿Hemos terminado ya? Agradecería un pequeño descanso, la verdad.

- Eso es todo. Aunque siguieras, sería difícil mejorar unos resultados tan... poco alentadores. - respondió el roedor sin intentar esconder su claro tono despectivo.

- Con todo el respeto, señor, solo han sido un par de meses. No puede esperar que el chico adquiera la experiencia de toda una vida en tan poco tiempo.

- El chico fue creado para ser un versión más adaptable de los drakara, señor Aaklaas. Si ni siquiera es capaz de emular a uno, no genera muy buenas expectativas al respecto, ¿no cree? Igualmente, se tendrán en cuenta sus comentarios, gracias. - Movió y cerró gran parte de las ventanas, trayendo al frente una en específico. - La semana pasada te encontraste con uno de los miembros del consulado, poniendo en riesgo la veracidad de tu historia. Necesitaré todos los registros y grabaciones de los hechos, por favor.

- Espera, ¿qué? - Mi tutor se volvió hacia mí. - ¿Es eso cierto? ¿Por qué no me lo dijiste?

- No pensé que fuera importante. Nos encontramos en una tienda y estuvimos hablando un rato, nada más. No sé qué hay de preocupante en eso.

- Eso lo decidiremos nosotros. Los datos, por favor.

Una nueva pantalla emergió dentro de la esfera, mostrando un vídeo de lo ocurrido. Alcé mi muñeca mirando a Airo, extrañado de que hubiera accedido a enviarlo sin que yo lo autorizara.

- Espera, espera. No se lo dije a nadie y Peytlaas no tiene contacto con vosotros. ¿Cómo sabéis siquiera que pasó?

- Tu asistente personal nos mantiene informados de tus avances proporcionándonos constantes informes sobre tu actividad y conducta de forma diaria para su análisis y observación.

- ¡¿Qué?! ¡¿Y que hay de mi privacidad?!

- Completamente irrelevante.

- ¡¿Cómo que irrelevante?!

- Chico, olvidas muy rápidamente gracias a quién siquiera existes.

- Ah, ¿y eso os da derecho a estar espiándome a cada cosa que hago?

- ¿Derecho? - dijo cerrando todas las ventanas a la vez de un golpe. - Puede que el Consejo planificara tu creación, pero fue el resto de nosotros los que lo hicieron posible. Fuimos todos y cada uno de los habitantes de Órbita los que pagamos para tu creación y la del resto de los tuyos sin nuestro consentimiento. Somos nosotros los que nos encargamos de vuestros continuos e innecesarios gastos. Somos nosotros los que pagamos para garantizar vuestra seguridad y que viváis cómodamente y sin preocupaciones mientras otros tenemos que llegar a fin de mes. Y por último, somos nosotros los que están manteniendo tu estancia aquí sin que tengas que mover siquiera un dedo. - Acercó la esfera lentamente a cada palabra que decía, hasta sentir su fría superficie pegada a mi cara. - Antes de hablar de derechos, piensa en todo lo que debes a todo el mundo. Así que sí, tu privacidad es irrelevante. A efectos legales eres propiedad de Órbita, te guste o no, y como tal harás lo que se te diga a no ser que quieras un regreso prematuro a la estación. ¿Ha quedado claro? - Presionó aún más la esfera contra mi cara al ver que no le respondía, sus ojos a escasos centímetros de los míos. - ¿Ha. Quedado. Claro?

- ...Sí. - respondí en un leve gruñido.

- Bien. - dijo apartando la esfera y volviendo a abrir las pantallas de la esfera. - Si hemos terminado de cuestionarlo todo, eso será todo por hoy. Espere un informe de la resolución de las pruebas en los próximos días, señor Aaklaas. Ya podéis iros.

El mismo guardia que nos trajo hasta allí nos esperaba en la puerta para escoltarnos de nuevo hacia la salida, sin quitarnos ojo de encima hasta que nos encontrábamos a cierta distancia de la base. El ruido de las piedras del camino bajo nuestras garras fue el único sonido que hubo durante todo el trayecto. Los dos teníamos suficiente con nuestros propios problemas.

- Xalcer, tenemos que hablar.

Me giré viendo que se había detenido. Tenía la cabeza gacha, con los ojos cerrados y las garras en puños. Tras él en la distancia, la base hacía rato que se había perdido de vista entre las colinas.

- ¿Es necesario?

Abrió los ojos, mirándome con total seriedad.

- Cuando te pusieron a mi cargo dejaron muy claro una condición: que hiciera un drakara de ti. Pero después de lo que ha pasado, está claro que he fallado hasta ahora. El inspector tiene razón, he estado siendo demasiado indulgente contigo.

- Indulgente, claro. ¿De verdad no esperarás que fuera capaz de hacer todo eso... - Realicé un gesto con el brazo en dirección a la base. - ...como si fuera nada? Tú mismo lo has dicho. Cuando llegué aquí por primera vez ni siquiera sabía volar ni escupir fuego.

- ¡No hay excusa que valga! - rugió subiendo la voz, resoplando una voluta de humo por la nariz. - Si con todo el tiempo libre que tienes lo aprovecharas para practicar no habrías tenido tantos problemas. Un drakara no habría dado un espectáculo tan lamentable.

- Un pequeño detalle que siempre se os olvida: ¡no soy un drakara! ¡Soy...! - Sentí cómo la palabra "humano" se me atascaba en la garganta. A cada día que pasaba me resultaba más extraño pronunciarla. Me resultaba tan... alienígena.

- Vigila tu tono conmigo, chico. - dijo acercándose erguido en su totalidad y mirándome desde arriba. - Sigo siendo tu tutor.

- ¿A qué viene todo esto, Aaklaas? Hasta hace unos días lo único que te preocupaba era que no le pegara fuego a las cortinas.

- Esto es serio, Xalcer. - soltó en un gruñido. - El triunvirato me eligió expresamente para enseñarte. ¿Qué crees que pensarán cuando reciban estos decepcionantes resultados? No estamos hablando de un encargo de la tienda, no. Son el triunvirato, nuestros máximos representantes en Órbita. Nadie en su sano juicio dejaría tirado al triunvirato, si sabe lo que le conviene. Puede que a ti te la traiga al viento, que creas que eres superior a todo esto, pero a mí no. Que hagas el ridículo aquí solo nos va a causar problemas a los demás, especialmente a mí.

- Pero...

- ¡El adulto está hablando! - me cortó súbitamente con un chasquido de mandíbula. - A partir de ahora te quiero practicando sin parar día sí y día también hasta que seas incapaz de levantarte. Y no quiero escuchar ninguna queja. Se acabó el perder el tiempo holgazaneando todo el rato. - Pasó a mi lado sin mirarme, deteniéndose a cierta distancia dándome la espalda y extendiendo las alas. - Para cuando vuelvan a examinarte no habrá quien puede diferenciarte de uno de nosotros.

En un batir de alas alzó el vuelo, tapándome con una de las mías para evitar la nube de polvo y tierra que levantó en consecuencia. Me llevé una mano al pecho, notando el corazón a cien por hora. Los dientes me crujían de lo fuerte que los estaba apretando. Odiaba aquella sensación de completa y total impotencia. Respiré hondo tratando de calmarme, dirigiendo mi mirada hacia la base, pero un rugido proveniente de las alturas me instó a que me diera prisa en mover el culo de allí.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeJue Mayo 13 2021, 16:47

He tenido otra pesadilla. Un monstruo me persigue. Corro y corro a través de la oscuridad. En momentos en los que el coraje no lo arrastro por los suelos, alzo la vista y veo algo moverse entre las tinieblas. También produce sonidos al desplazarse. Pero lo que más me da miedo es lo que viene detrás. Esta vez no es el 682. Es Auger.

Auger está atravesando la plaza que hay frente a la Santa Iglesia de la Redención. Colocamos a Beggar en un lugar seguro de antemano para que no estorbara. El cazador renegado se detiene un momento a contemplar el cielo. Una luz verde inunda el ambiente, anunciando la llegada de un Heffler más alto, musculoso y cuyo añadido de una capa le hacer ser más intimidante que nunca.

-Auger: Vaya, mira quién ha decidido dar la cara. ¿Por qué no apagas la bombilla y bajas a hablar?

Como si le hiciera caso y en total silencio, el héroe novato desciende delante de este monstruo. Y, ya sin pedir permiso, comienza la pelea con un derechazo en el vientre. Arremete otro puñetazo, esta vez a la cabeza. Las gafas de lentes amarillas caen al suelo, dejando a la vista los ojos rojos de este despiadado ser. En lo que tarda el sombrero que va a juego con el resto de su traje al suelo, Heffler ya debe de haber arremetido decenas de golpes a su adversario. Auger finalmente decide reaccionar parando uno de los puños. Utilizando las garras que surgen transformadas de sus manos, corta con facilidad el brazo que el sobrino de Beggar había estirado. Éste recibe una patada que lo tira al suelo para luego recibir a un salvaje Auger que se abalanza sobre él y lo despedaza sin titubear. Pero para cuando se da cuenta, otro Heffler se alza frente a él y le propina una patada en el rostro. Con movimientos rápidos, el de la capa eleva de un puñetazo a la bestia vestida de hombre y de otro le estrella contra el suelo. Una vez que cree que lo tiene a su merced, Heffler se lanza en picado, pero el discípulo de Galie reacciona a tiempo para apartarse. El héroe volador se incrusta contra el cemento a la altura de la cintura, ofreciendo una vista un tanto cómica.

-Auger: Vale, eso ha sido gracioso.

Apoya su pie en la entrepierna del chico y tira de sus piernas hasta arrancarlas del resto del cuerpo. Sin embargo, en el momento que deja caer las extremidades inferiores, otro Heffler le atrapa en una llave e intenta aplastarle contra el suelo. El cuerpo de aquel que viste escarlata crece en tamaño, rompiendo algunas partes del traje. Heffler no puede sujetarlo por más tiempo y sucumbe ante su monstruosa fuerza. La cabeza del muchacho vuela de un manotazo de la bestia. Otro Guarda de Luz viene para sustituir al recién caído, pero Auger ya se ha hartado de esta farsa. Regresa a su forma “humana”, coge la pistola que le arrebató a Ckriih y dispara dos balas. El aire allí donde acierta se agrieta. El Heffler que iba a por él se desvanece en luz verdosa.

-Auger: No pasáis desapercibido con ese pestazo a miedo. Lo sabéis, ¿verdad?

El escudo camuflado que proyectaba de mi anillo se desvanece a partir de la rotura. Miro a Heffler, el verdadero que está a mi lado.

-Yo: ¡Heffler, corre!

Cojo del hombro al chico que estaba paralizado por el terror y nos vamos corriendo hacia las puertas de la iglesia. Éstas empiezan a abrirse.

-Auger: Gracias por la hospitalidad. Perdonaré el desorden y me sentiré como en casa- empieza a seguirnos, pero no corriendo-.

Ambos entramos al edificio, a la oscuridad que esperamos que nos proteja. Conociendo lo que va a pasar a continuación, nos apartamos de las trayectoria de las balas que surgen y aciertan en el hombre bestia. Los brazos de Ckriih, colocados en los bancos invertidos en el sentido hacia la salida, sostienen las armas de fuego que nos cubren. La verdad es que todavía me cuesta aceptar la idea. Lo que tiene de Balyed ya no es únicamente su mano. Auger se harta de recibir balas, se cubre un momento tras una de las puertas abiertas, arranca parte de ésta y la lanza hacia los bancos, volcándolos. Los brazos del insecto se quedan inútiles en el suelo, lo que le da al enemigo vía libre para entrar. Pero una sorpresa le espera en cuanto lo hace. El dueño de aquellos brazos armados salta para sentarse en sus hombros.

-Ckriih: ¡Hora de cabalgar, blandito!

Aunque su montura tarda poco en cogerle de una de las piernas y machacarlo contra el suelo, desperdigándolo en trozos, como pasaría con un juguete desmontable. Nada que no tuviéramos previsto, tan sólo necesitábamos que Auger se quedara con una parte de Ckriih, en este caso el pie que aún sostiene. Me giro y disparo un rayo de luz desde mi anillo para empujarlo a fuera de la iglesia, mientras que Heffler forma una aspiradora de luz y recoge las partes del insectoide. El individuo sediento de sangre mira desorientado a su alrededor, lo que facilita que suelte la pata de nuestro compañero y deje al sobrino del Guarda de Luz recogerlo junto a las demás piezas. El plan va bien, de momento, así que hacemos más distancia mientras Verlorense se acerca. Éste no tarda en disparar, acertando primero en el hombro y luego en uno de los ojos.

-Auger: ¡Joder! ¡Los ojos! ¿Por qué siempre van a por los ojos?- no dice nada más hasta que su globo ocular herido se regenera y mira hacia su antiguo compañero-. ¿En serio?

-Verlorense: En serio.

-Auger: ¿EN SERIO? ¿Qué esperabas encontrándome? ¿Morir antes de tiempo? Tranquilo, lo harás. Pero será sólo delante de ella.

En el momento que vuelve a pisar el interior de este terreno sagrado, la confusión vuelve a poseerle al mismo tiempo que sus recuerdos regresan. Verlorense no pierde el tiempo y corre hacia él mientras le sigue disparando. Auger soporta el dolor provocado y logra alcanzar con una de sus manos la pistola del otro cazador. Así como hizo con Ckriih, intenta aplastar el arma junto a la mano del portador, pero se lleva una sorpresa cuando el brazo izquierdo bien vendado se mueve, se deshace de sus ataduras y ataca al rostro de la bestia vestida de hombre. Ambos se alejan unos metros para evaluar la situación actual. Auger observa el nuevo brazo reptil de Verlorense. Y ríe.

-Auger: Me halagas.

-Verlorense: No te hagas ilusiones. No tengo esto para parecerme a ti- su piel va adquiriendo escamas-. Te crees lo más aterrador que hay por aquí- le crece una cola y sus ojos son ahora los de un reptil. Enseña unos terroríficos dientes-. ¡YO SOY EL MONSTRUO MÁS ATERRADOR!

-Heffler: ¡Es el momento, corre!

Sé que el mensaje va para mí, así que le sigo. Espero que esa sangre con Salsa que Verlorense recibió, por cortesía de las bestias, le sirva para aguantar contra Auger el tiempo suficiente para prepararnos ahí abajo, en las catacumbas.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeVie Mayo 14 2021, 01:59

Dentro de lo que cabe, el día transcurre con tranquilidad. Algún coche a punto de pillar a alguien arriba. Un pequeño rifirrafe en la salida del supermercado abajo. Pero no más casas reventadas ni víctimas mortales. No que yo vea al menos. Con eso me voy más o menos tranquila a dormir, esperando poder avanzar en este asunto tan pronto como me prepare por la mañana.
Aunque hay algo que empieza a perturbarme, y es el hecho de no tener noticias de Franky después de tres días. Dije que le llamaría, pero dado mi nuevo aspecto me da bastante vergüenza. Con suerte, estará a punto de volver a casa, ya con algo con lo que ayudar a sus padres. Pero no puedo dejarlo todo en una esperanza. Mañana sin falta lo llamo.

_________________________________

Alguien me está agitando levemente el hombro. Y, aun en lo suave del movimiento, me cago automáticamente en la madre que parió a quien sea que lo esté haciendo. Resulta que la persona en cuestión es mi abuela materna, pues no es otra que mi madre la que me llama.

-Mamá:M'sheireus... Venga, hija, levántate...

Perezosamente, abro los ojos y la miro de refilón.

-Yo:¿Qué pasa, mamá?¿Qué hora es?

-Mamá:Las 10:00. Alguien ha venido a verte.

-Yo:¿No hay más horas en el día?¿Y quién es?

-Mamá:Es una chica de tu edad.

El corazón me da un vuelco. Me incorporo y estilo un poco, reconectando con las, ya poco a poco, familiares sensaciones de mi cuerpo.

-Yo:...Es la novia de Trecim, ¿verdad?

-Mamá:Sí. Dice que fuiste a su casa ayer, ¿no?

Tras frotarme los ojos, me levanto, abrazo a mi madre y le doy un beso en la mejilla.

-Yo:Gracias, mamá. Dile que bajo en diez minutos.

Voy a coger mi ropa mientras intento ordenar las ideas de mi aún somnolienta mente. Puedo notar el olor de Gya desde aquí, y el corazón me late con fuerza y temor ante la idea de meterla en un berenjenal del que puede que no salgamos, pero que puede suponer otro paso para la libertad de nuestra ciudad.

-Mamá:Es por las drogas, ¿verdad? -Se sienta en la cama.-Anoche hablé con tu padre.

-Yo:...Sí. Quiero hacer algo con esta situación. Mi maestra cree que tiene solución. Que no tenemos por qué conformarnos con vivir con miedo.

-Mamá:"Tu maestra".Eso explica ese olor desconocido cuando llegué a casa.

Me siento a su lado.

-Yo:Soy consciente de lo peligroso que es, mamá. Y estaría loca si no sintiera miedo por lo que se nos viene encima, pero... pero tengo que hacerlo. No sólo como caomante, como quizás pudiera pensar mi maestra. Este es mi planeta, y tengo que ayudarlo.

Mi madre me recorre con la mirada. No se me escapa que su vista se posa algo de más tiempo en el lugar donde los humanos me golpearon en la Tierra.

-Mamá:Creo que poco a poco estoy empezando a conocerte, M'sheireus. Y me duele decir eso teniendo en cuenta la edad que ya tienes. Eres cabezota, eso me ha quedado claro. Sólo... -Me pasa una mano por el pelo.- ...Ten cuidado. Si no puedes, huye. Los daime'é estamos acostumbrados a esto, hija. Nadie te echará nada en cara si no puedes con esto.

-Yo:Pero no quiero vivir así. -Me dirige una mirada ceñuda.- De acuerdo. Tendré... tendré cuidado.

Le doy un beso y voy a ducharme. El corazón me va a mil por hora. Esto es la realidad. No va a pasar mágicamente eso de que diga que no y, al poco, vuelva para ofrecerme su ayuda como un equipo. Es ahora o nunca, y no termino de tenerla todas conmigo. Al bajar me encuentro a Gya sentada en el sofá, esperándome en la cocina. Mi madre me dirige una sutil mirada.

-Mamá:Os dejo solas. Si necesitas algo, M'sheireus, llámame.

Cuando estamos a solas, Gya decide hablar.

-Gya:Creía recordar que eras hombre.

-Yo:Suelo serlo, sí. Son cosas de caomante, ya sabes.

Voy a prepararme algo para desayunar.

-Gya:Sí... Vosotros y vuestros rollos extraños. Sí, ya vi algunas de las cosillas que hacéis en la base. No me termina de gustar que estemos mezclados con algo así. Menos sabiendo que existe esa tal Hermandad del Orden, como comprenderás. Pero has ayudado a mi Trecim, así que... gracias.

Nos quedamos en un silencio solo interrumpido por mi boca al mascar.

-Gya:Sé a por lo que fuiste a mi casa, M'sheireus. Quieres que te ayude a quitar las drogas de las calles,¿verdad?

Trago.

-Yo:Quiero que me ayudes a conocer mejor qué pasa. Ya estáis bastante llenos de mierda Trecim y tu.

-Gya:¿Y por qué, oh caomante, no usas una floritura de manos y haces que ese monstruo de Gasha y el resto desaparezca?

-Yo:Primero que nada porque apenas soy capaz de defenderme a mi mismo...a. Creo que te pilló ya en la base cuando atacaron el hospital, ¿no? El que hay cerca del puerto de las naves espaciales. Pues ni eso pude parar. ¿Cuantos eran?¿Doce?¿Quince a lo mejor? Y no, la razón no fue que estuviera recuperándome ni mucho menos. El caos no funciona así. De hecho, Gasha me podría haber matado ahí sin problemas. Tuve suerte, no voy a mentirte. Ahora me manejo algo mejor. Joder, he conseguido volver todo mi cuerpo femenino como parte de una prueba, sí. Pero no puedo hacer mucho más.

-Gya:Allí donde ahora está Trecim hay gente muy poderosa. ¿Qué pasa?¿Son demasiado dignos como para-

-Yo:Sí. Sí, por desgracia sí. Yo no quiero convertirme en eso. Necesito tu ayuda para cambiar todo esto.

-Gya:¿Y qué piensas hacer?¿Irás en plan justiciera enmascarada a por todos y cada uno?Yo sólo conozco a la chusma, ¿sabes?

-Yo:La polic-

-Gya:¡Venga ya!¿Recogerás pruebas para ellos?No mueven ni un músculo.

-Yo:No puedo quedarme cruzada de brazos mirando como esto sigue así.

-Gya:"Porque es mi deber como caomante", ¿no?

-Yo:No. Porque yo también vivo aquí. Y mis padres. Y el resto de mi familia. Y tu, Trecim, vuestros padres y demás. Incluso fuera de Deia están provocando problemas. Y no vamos a poder vivir en paz hasta que esto desaparezca.

-Gya:Unas palabras muy bonitas, pero sigo sin ver un plan.

Lleva razón. Y no sé cómo convencerla.

-Gya:Mira... Ni siquiera los Kehafka han hecho nada. -Juguetea con su colgante.- Tú no vas a poder hacer nada tampoco.

Cuando va a levantarse, le pongo las manos en los hombros.

-Yo:Nosotras... Podemos hacer, Gya. Quizás no eliminemos el problema del planeta. Somos demasiada poca cosa como para que podamos cambiar todo eso. Con o sin poderes, somos individuos.Pero podemos ser la llama de la rebelión. Una semana. Sólo te pido eso. Si para entonces no estás segura de poder hacer nada, no te forzaré a seguir. Solo... Solo concédeme esto.

Tras unos segundos, la chica aparta su mirada.

-Gya:...Consigue protección para mi familia y amigos. Entonces hablaremos.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeVie Mayo 21 2021, 12:08

Spoiler:

Verlorense, con su nuevo aspecto reptiliano, salta y araña con una de sus garras el rostro de Auger. Éste había conseguido esquivar a tiempo para que ese arañazo no fuera a más. Quizá pueda regenerarse, pero está claro que sigue sintiendo dolor. El escamado no duda en lanzarse de nuevo, pero esta vez su antiguo compañero de caza se anticipa y le agarra de la cabeza para estrellarlo contra el suelo. Éste forcejea y logra alcanzar su costillar con patadas, lo que hace que aquel vestido de rojo le lance con fuerza. Antes de que Verlorense se levante para saltar sobre su adversario una vez más, Auger se adelanta, transforma su cabeza a su forma bestial y muerde el costado del hombre lagarto. La persona que me considera como su mejor amigo responde con duros puñetazos a la cabeza del otro depredador. Apenas hay reacción, así que esta vez intenta introducir sus dedos en los ojos, pero Auger lo ve venir, por lo que le suelta y luego le arremete una patada en el vientre para poner distancia entre ellos. El enemigo se empieza a reír.

-Verlorense: Creo que no he entendido el chiste.

-Auger: ¿El chiste? El chiste eres tú- su cuerpo adquiere tamaño. El pelo se le asoma por todas partes-. Pero no me estaba riendo de eso- sus garras finalmente salen en todo su esplendor y su cabeza hace tiempo que dejó de ser “humana”-. Me río porque lo has estado dando todo en esta pelea. Mientras que yo todavía no lo he hecho.

Con un rugido al unísono, ambos se lanzan de nuevo a la lucha. Heffler me toca de nuevo el brazo, regresándome al mundo real. Los dos nos vamos finalmente con un Ckriih que montaremos más tarde. Bajamos por unas escaleras, luego por una trampilla y de nuevo otras escaleras. Atravesamos el sótano de la iglesia para al fin llegar a las catacumbas. El diseño de los grabados en las paredes me traen recuerdos de esa otra vez cuando vine, cuando la Salsa quiso consumirme y vi por primera vez ese ser que encerré en la salsera. Los temblores que oigo me mantienen con los pies en la tierra y sigo corriendo con el joven Guarda. Salimos a una sala amplia, similar a aquellas otras con pozos de Salsa donde me poseyeron una vez. Allí encontramos a Galie y a su búgalo Sienka. La primera nos ve y asiente mientras nos acercamos a ella.

-Galie: He colocado las cargas. Tomad esto y estad pendientes.

Nos entrega una pequeño dispositivo con un botón grande y naranja en el centro. Nos entran las prisas cuando escuchamos pasos detrás de nosotros.

-Heffler: Te lo dejamos a ti.

Nos vamos a la otra salida de la sala junto a Sienka. Auger camina con tranquilidad, aunque esta vez no se ha molestado en volver a su forma de hombre. Tiene muchas manchas de sangre. Ignoro cuáles son suyas y cuáles son de Verlorense, pero definitivamente lo que más llama la atención es que lleva cargando al mismo Verlorense en la espalda. Sigue en su forma reptiliana y le ha despojado de sus ropas, además de cualquier cosa que tuviera de cintura para abajo junto a uno de sus brazos. Maestra y discípulo se miran una vez más antes de que Galie cubra su cabeza con una membrana oscura y la enganche por la parte del cuello del traje que lleva bajo la ropa.

-Auger: Al fin el plato principal. Aunque no te habrás venido muy arriba porque te dije que serías la última que mataría, ¿verdad?

La capa de plumas de Galie comienza a arder. Arranca una de las plumas negras antes de que se envuelva en llamas por completo. De alguna forma que no logro vislumbrar, no sólo le da una longitud y una dureza que parece una espada, sino que también la dota de un fuego azul siniestro. Sé que las cosas ahora se han puesto serias de verdad, pero no dejo de preguntarme por el destino de Verlorense. Puedo fijarme en que sigue respirando a pesar de sus graves heridas. La cazadora alza su espada de azul llameante. Sin embargo, la bestia, ni lenta ni perezosa, coloca el cuerpo debilitado del hombre lagarto delante de él.

-Auger: Ya que tú traes juguetes, pensé que no te importaría que trajera uno mío.

Zarandea de un lado a otro a Verlorense cogiéndole de la mano que le queda. Intenta golpear con él a Galie. Evidentemente, ella no se deja, pero puedo entender que no le haga ni una pizca de gracia, sobre todo cuando Auger decide usar a su ex-compañero de martillo y lo estampa contra el suelo. Incluso deja grietas al hacerlo y salpica sangre por todas partes. Los momentos en los que Galie ve una apertura para acercarse y proporcionar un tajo son interrumpidos al ponerse a Verlorense de por medio. En mí hay tanto miedo como rabia por este truco tan sucio. Aunque soy consciente de que no somos nadie para quejarnos. Con algo de suerte, esto no durará mucho.

-Yo: Tenemos que estar atentos para cuando podamos recogerle.

Heffler se limita a mirarme y a asentir. Utilizo de nuevo el anillo de poder para hacernos un escudo que nos cubra, aunque mi intención no es protegernos de golpes que puedan llegarnos. Galie mantiene su distancia, tampoco quiere que Verlorense impacte y se queme con su capa, además de para evitar daño ella misma, por supuesto. Afortunadamente esta maniobra acaba dando sus frutos, pues los movimientos de Auger se van haciendo más lentos.

-Auger: Aquí huele algo raro…

En un momento en el que el brazo con el que sostiene a Verlorense se queda estirado, Galie da un paso al frente y realiza un tajo en esa misma extremidad. No logra cercenarla, pero sí le ha dejado una herida muy fea, aparte de que ha conseguido de que suelte a su otro alumno.

-Yo: ¡AHORA!

El aspirante a héroe materializa una cuerda de luz que se amarra al herido reptil y lo arrastra hacia nosotros. No hay cuidado alguno en el proceso, pero se prioriza la velocidad. Por primera vez miro a un destrozado Verlorense y me pregunto si saldrá de ésta. Sangra, aunque no tanto como creería dado por la magnitud de sus heridas. Quizá se esté curando, pero sigue siendo la primera vez que veo a alguien tan mutilado, diría que superando a Beggar antes de ser una obesa bestia. Desde luego respira como si luchara por vivir. Aparto la mirada para dirigirla una vez más al combate. Finalmente no hay restricciones, pueden dar todo lo que tienen. Parece que el propio Auger se ha quitado un peso de encima y vuelve a sus ataques con garras, mordidas e incluso patadas salvajes. Galie no lo tiene fácil, apenas esquiva a la muerte por centímetros y la espada la usa más que nada para defenderse. La capa incendiada también parece ayudar en cuanto a mantener la distancia se refiere, ya que Auger tiene cuidado de no acertar en el fuego. Así, poco a poco, el enfrentamiento basado en la espera para fallar de uno y el aguantar hasta que el otro se canse se va convirtiendo en un combate más igualado. La bestia pierde velocidad en sus movimientos.

-Auger: Definitivamente algo malo está pasando- esto lo dice sin perder su perversa sonrisa. Observa el humo que sale del fuego que envuelve a Galie-. Las plumas son venenosas y paralizan. Al quemarlas y oler lo que sale de ellas… Mujer astuta. ¡El fuego no era para combatirme!

Galie no reacciona ante su comentario, simplemente pasa al ataque con tajos flamígeros. Le está acorralando. Cada vez que Auger hace algún movimiento, su mentora le interrumpe golpeando en la parte del cuerpo que iba a mover, como el que doma a una bestia para que se comporte. Está ganando. Nuestra líder ha conseguido reservar fuerzas mientras esquivaba para desatar ahora el infierno sobre su enemigo. Consigue dañarle las piernas lo suficiente como para hacerle arrodillar ante ella. No me creo que podamos con él sin ejecutar el plan completo. Galie acerca su espada flamígera al semblante del monstruo que tiene delante.

-Auger: … Supongo que te has llevado a estos pobres pueblerinos por las catacumbas. Has esperado hasta el último momento para evacuarlos para que les siguiera. ¿Habrán seguido tu plan de buena gana o habrás tenido que hacer algo más? En todo caso… ya veremos si ha merecido la pena. ¿Matarlos ahora y rápidamente o condenarlos a vagar por la oscuridad hasta que se vuelvan polvo? Qué difícil elegir, ¿eh?

Aprieta con la palma de su mano contra el suelo hasta agrietarlo. Galie mira alarmada esto, pero es una distracción para que las garras de la otra mano le ataquen. Consigue esquivar a tiempo para que no se le llevara un ojo, pero no es lo suficientemente rápida como para proteger la membrana que le cubría la cabeza. Se la ha rasgado por la altura de la boca. Ahora está expuesta al aire venenoso que despedían sus plumas. Sabiendo esto, la mujer se quita la protección para descubrir su rostro por completo. Antes de que Heffler o yo nos decidamos a saltar para ayudarla, ella alza una mano hacia nosotros. No quiere que intervengamos. Auger se ríe una vez más, mientras se levanta. Me da la impresión de que ha duplicado su tamaño. Y no hay otra razón por la que lo ha hecho que para verse superior ante su oponente.

-Auger: Has fracasado otra vez.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeMiér Mayo 26 2021, 14:57

Franky sigue sin contestar, y ya estoy empezando a preocuparme. No sé si está liado, ha tenido algún problemilla o incluso si el efecto del nomeolvides es sólo temporal. Ahora que lo pienso, ni siquiera mi familia de la Tierra ha intentado contactar conmigo últimamente. Sería un corte que lo hicieran ahora, ¿eh? Ya tengo bastantes problemas ahora mismo como para tener que explicar algo más.
He conseguido que la maestra se lleve a los padre de Gya a la base, sí. Se abre la puerta al problemón que consiste en desmantelar una banda criminal de tráfico de drogas. Y la gracia divina de hablar con la maestra me hizo recordar la visita a Pana. ¿Pana?¿Puna?¿Tana? El Gigante de la Forja. Y ello me llevó a la Tierra otra vez. A las putas armas. Si es que voy a tener que cagarme en mi existencia a este paso.

-Yo:Relájate, M'sheireus... La maestra cree que tu puedes con esto...

Pero yo no mucho, la verdad. Esta tarea me sigue pareciendo inmensa y, aunque he accedido a la petición de Gya, ésta me ha pedido un par de días de gracia. Gracia la que me hace a mi tener esto en stand by. Que sus padres están muy tranquilos ahora, pero los míos siguen aquí. Y los de la Tierra vete a saber si siguen con el problema de las armas y las drogas, que tampoco me extrañaría.

-Yo:Me apunto ir mañana a echar un ojo... A ver si Hernán me puede contar algo.

Mientras tanto decido ir a dar una vuelta. Mi maestra me ha insistido en esto de de "adaptarme a esta forma" y tal. Me ha dado mala espina, y me ha dicho que esta prueba dura realmente un año pero que, dada las circunstancias con los Estelas, entiende que hacer eso de golpe sería muy precipitado. Que tengo los próximos cinco años para repartir los once meses restantes. Yay. Si esto es un problema o no lo dirá el tiempo. Por ahora ni fú ni fá. DiFArente. Je.

-Megáfono:Tren llegando a la estación. Por favor, dejen pasar a los pasajeros que bajen en esta estación antes de subir.

Me sé de un metro que podría aprender de este consejo. Porque sí: Bimbpep tiene metro, y ya soy fan acérrima del mismo. Vale que no llegue a todas las zonas de la ciudad ni mucho menos, y que la estación más cercana la tenga a un cuarto de hora a pie. Pero el metro me evita tener que cruzarme con Gasha, y eso siempre es un plus. O reduce la probabilidad al menos. A partir de ahora, se acabaron los paseos para ir a clase o los portales en casa. Y estoy aprovechándolo al máximo. Ahora sólo necesitaba una vueltecita, y ver desde otra perspectiva el casco antiguo de la ciudad, lugar donde vivo. Poder observarlo, así como bosques de las afueras de mi ciudad desde la ventana la verdad es que resulta relajante.

...Hasta que noto como alguien roza con su mano mi culo. La verdad es que he estado algo paranoica con estas cosas desde que me convertí en mujer hace unos días. Y cuando fui a la escuela de Ska'po y me dieron el material antiacoso, mi miedo fue a más. Ya me había hecho una cierta idea de que aquí el problema del acoso sexual no iba a ser menos que en la Tierra. Lo que no me esperaba es que me iba a tocar a mi, y menos tan pronto. Quizás haya sido un roce, y todo esto no es más que la secuela de la paranoia.

Pero no. Suelto una exclamación ahogada al sentir como la mano cambia de posición, notando ahora unos dedos. El corazón me va a mil, presa de un tipo de miedo nuevo y el pánico. Siento como empieza a frotar, pero mi cuerpo sigue paralizado. Miro con desesperación a mi alrededor, buscando ayuda. Pero nadie parece darse cuenta.
Al poco noto como su mano comienza a avanzar mientras su cuerpo se pega al mío. Sus dedos recorren mis caderas mientras me estremezco con asco. Sólo puedo pensar en que tengo que reaccionar. Que tengo que girarme y darle una hostia para que no olvide nunca lo que no debe hacer.

Pero, entre pensamiento y pensamiento, su mano llega próxima a la parte delantera. Instantes antes de que sus asquerosos dedos rocen mi vulva, las puertas del tren se abren. Siento como si un interruptor hiciera click en mi cerebro, y salgo corriendo fuera del vagón.

Cuando me giro, lo único que puedo ver antes de que las puertas se cierren de nuevo es una masa de daime'é, y una mano de pelaje grisáceo alejarse de donde estaba paralizada hace unos instantes. Segundos después, estoy rodeada de dos o tres de mis congéneres que me intentan levantar, mientras ríos de lágrimas de asco y terror caen de mis ojos, ahora fijos en el tren que desaparece en la lejanía.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeJue Jun 10 2021, 23:34

Llevaba tiempo queriendo algo de tranquilidad. Aunque lo agradecería aún más si tuviera esta tranquilidad en la seguridad de mi casa, con mi familia en ella. No es el caso, ¿qué se le va a hacer?

Me levanto de la cama tan cómoda de la habitación que me han dado prestada. Será temprano, porque no oigo todavía a Ckriih dando la lata. Me acerco a la ventana y la abro de par en par. El aire fresco que buscaba me acaricia la piel aún orgánica. Miro en la mesa mis pertenencias, aunque en la que más me fijo es en el colgante que me dio Max. Ahora caigo que ya llevo unos pocos días sin contactar con él. Estará preocupado. Primero me cuestiono sobre la hora que será en su planeta llena de furros, ¿pero cómo podría saberlo? Creo que me perdonará si le despierto en mitad de la noche si es para enterarse de que mi vida no corre peligro. Cojo el colgante, pulso el botón y lo acerco a mis labios.

-¿Franky? ¿Eres tú?- me pregunta una voz femenina-.

-Franky: Sí, soy yo... eh... ¿con quién hablo?

-Max: Soy yo, Max. ¿Quién si no...? Ah, claro. Por supuesto que también cambia la voz.

-Franky: ¿Qué?

-Max: Que ahora soy una chica. Digamos que es para unos ejercicios de caomante.

-Franky: Ajá...

-Max: Realmente no ha cambiado nada, sigo siendo yo. Puedes comportarte conmigo como lo sueles hacer, ¿vale?

-Franky: Ya, ya, es que no conseguía imaginarte...

-Max: Qué pillín eres.

-Franky: Cállate.

-Max: Eso está mejor. ¿Qué tal en Odion o como se llame ese planeta?

-Franky: Han pasado cosas. Desde que te fuiste...
________________________________________________________________________

5 días antes.

Unas gotas de sangre cayeron al suelo que estaba debajo de Galie. El furtivo ataque de antes no sólo penetró la membrana protectora contra el aire venenoso, sino que también logró dibujar una línea roja en diagonal en el rostro de la cazadora. Mordió su mano con fuerza para no dejar escapar un grito de dolor que le dé el gusto a Auger.

-Auger: Fracasaste cuando viniste a detener la plaga de las bestias- empieza a decir con una voz lejana de todo humano-. Fracasaste cuando intentaste ganarte la confianza de los ciudadanos. Y ahora fracasarás en detenerme. Siempre fracasas. El peso de tu ego es demasiado para ti.

-Galie: … Podemos dejarlo en un empate lo de comparar el peso de nuestros egos si quieres.

-Auger: Hazme el favor de dejar de fingir que estás ganando. Me has enfrentado con todo lo que tienes y aquí te tengo. No han importado tus recursos, tus aliados han sido inútiles y tus planes han fallado. Has perdido.

-Galie: Discrepo en una cosa. No todo ha venido de mí.

-Auger: … ¿Qué?

-Galie: Este plan no es mío. Pensaba que tenías esas grandes orejas para oír mejor.

-Auger: ¡No! ¡Mientes! ¿Por qué dejarías a otros al cargo? ¡Tú sólo confías en ti misma! ¡No eres así!

-Galie: Sí, todos tenemos que aprender algo, ¿verdad? Tu manejo de la ira podría ser otra.

El discípulo se le quedó mirando fijamente y lo supo. Decía la verdad.

-Auger: ¡No puedes hacerme esto! ¡Se suponía que iba a derrotarte con tu máximo poder! ¡ÍBAMOS A SER SÓLAMENTE TÚ Y YO! ¡AL FIN IBA A SUPERARTE Y DEJARTE ATRÁS! ¿DE QUIÉN ES EL PLAN ENTONCES?

Ante esa pregunta, no pude evitar mirar al malherido Verlorense que se encuentraba frente a mí. La monstruosa bestia pareció darse cuenta de mi gesto o lo intuyó de otra manera, pues miró hacia aquí. Su semblante se le deformó de pura rabia antes de dar un paso hacia nosotros. Galie realizó un tajo con la espada-pluma aún en llamas y aciertó en la mandíbula de Auger. A continuación, enterró su arma en el pie o pata trasera sobre la que el otro se mantenía erguido. Intentó atravesar el mismo suelo, pero desistió en cuanto vio la garra de la bestia acercarse a ella. Saltó hacia atrás, dejando en su lugar un dispositivo que me resultaba familiar. Se oyó un leve estallido, pero no hubo explosión. En vez de eso, pude ver cómo los movimientos de Auger se veían drásticamente reducidos.

-Heffler: ¡Mi turno!

Con otro látigo de luz verde, capturó a nuestra líder, dejando tiempo para que ésta se desabrochase la capa que dejó de ser plumas para ser una de fuego, y la así llevó ante nosotros para montarla lo antes posible en la búgalo, junto a Verlorense. Miré una última vez a Auger, quien no tardaría en estallar en una encarnación de la más dolorosa muerte, cosa que no le permitiría hacer. Nuestro pequeño grupo se adentró a las catacumbas para cuando terminé una cuenta atrás mental, momento en el que alcé el dispositivo que me entregó Galie anteriormente y lo accioné. Se oyeron explosiones a nuestras espaldas y derrumbamientos por doquier. Haciendo uso de los poderes de los anillos de poder y la fuerza de Sienka, logramos avanzar lo suficiente como para escapar del cataclismo que se cernía encima de nuestro enemigo. La iglesia entera de la Santa Redención enterró vivo a todo aquel quien se encontrara debajo, sin dañar demasiado la estructura de estas catacumbas, tal y como los cálculos de Fono y Ma’Riagg predijeron. Cobijados por la luz verde de los anillos, no nos detuvimos en nuestra marcha inmediatamente.

-Heffler: No me creo que lo hayamos conseguido.

-Yo: A duras penas. Pero sí.

Miré a Verlorense. Me dio la impresión de que no se movería por su cuenta por un tiempo por obvias razones. Galie tenía una espantosa herida en la cara y, por si no fuera poco, también observé una mancha roja en su vientre de la que no me había percatado antes.

-Yo: ¡Heffler, mira!

Le hicimos una señal a Sienka para que se detuviera. Una vez parados, el muchacho contempló con atención lo que ocurría. Por un momento pensé que se iba a echar a temblar, pero me sorprendí con la serenidad de su accionar.

-Heffler: Ayúdame a tratarla.

Con mi ayuda y el poder de los anillos para tomar formas de luz, me demmostró que era cierto que hubo un tiempo en el que realizaba prácticas de medicina allá en la ciudad maldita. Logró detener el sangrado. O al menos ralentizarlo.

-Heffler: Debemos encontrar a los demás cuanto antes. Llevan equipo que necesitamos. ¿No puedes ir haciendo ya “eso”? ¿La señal?

Le miré con desgana, aunque no tardé en convencerme al echar un vistazo a Galie, luego a Verlorense y por último a la bolsa de piezas que era Ckriih en esos momentos. Sabía que sería ridículo y pasaría vergüenza, pero la situación lo ameritaba.

-Yo: Muy bien...- aclaré mi garganta para prepararla-. ¡”KAKAA”! ¡”KAKAA”!

El eco del sonido retumbó por el pasillo, por la siguiente sala y más allá. La respuesta no fue inmediata, pero terminamos por oír una melodía que llegaba a nuestros oídos.

-Heffler: ¿Es él?

-Yo: Debería. Vamos.

_________________________________________________________________________

5 días después.

Fue hasta ahí que le conté a Max. Culpa del jaleo que me desconcentró, al otro lado de la puerta de mi cuarto.

-Max: ¿Qué es ese ruido?

-Yo: Ckriih se habrá despertado. A saber qué habrá visto ahora. Bueno, ¿tú qué te cuentas?- pregunto habiendo olvidado evidentemente el resto de mi relato-.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeMiér Jun 16 2021, 23:26

Me quedo en silencio, recordando lo que hace poco más de tres horas viví en el tren. Tras prestar declaración en una estación de policía, decidí ir a dar una vuelta, ahora con mil ojos vigilando mi alrededor. Había algo en el tren, en esa situación, que no sólo me dio asco. No fue sólo miedo. Ni terror. Había algo en el aire que me aceleró el corazón a ritmo de rabia. Pero de la mano de esa rabia está cogida una sensación de profunda indefensión. Cuando noto como empieza a formarse un nudo en mi garganta y los ojos se me llenan de lágrimas, trago.

-Yo:Pues... Pues bastantes cosas...

-Franky:¿Además de tus nuevas curvas?

-Yo:No ha sido tan chocante como puedas imaginar. Sí, no tengo pene y ahora tengo tetas... Y tengo que dejarme el pelo largo por un tema cultural de mi país... Y mi madre me ha hecho ponerme pendientes. Pero pensaba yo que iba a ser un shock. "¡El otro vestidor!¡Uuuuh!" Supongo que, después de dejar la humanidad, esto es un cambio insignificante. Sigo siendo yo a fin de cuentas.

-Franky:Sois raros los furros mágicos.

-Yo:Supongo que sí. Pero bueno, tengo una vida estúpidamente larga para ser hombre o mujer tanto tiempo y tantas veces como quiera.

Vuelvo a quedarme en silencio. Algunas personas me están mirando de refilón al oirme hablar, así que decido iniciar la marcha de vuelta a casa.

-Yo:En Deia tenemos un problema grave de drogas. Y mi ciudad, Bimbpep, está fuerte en ese tema. Se han llegado a... exportar digamos... a la Tierra incluso. Pero grave de que hace unos días reventaron una casa no muy lejos de la mía por algo relacionado con ellas.

-Franky:Joder.

-Yo:He empezado a aprender artes marciales no sólo para complementar mi formación como caomante, sino por si las moscas. Y me siento bastante viva cuando estoy entrenando, pero eso no es nuevo.

-Franky:Y tienes tus poderes.

-Yo:Pero no sé defenderme bien. Además... mi... mi maestra quiere que resuelva este problema. Dice que "soy una daime'é, y que en mi mano tengo la clave para solucionarlo". Al menos aquí en mi ciudad.

-Franky:Entiendo.

-Yo:Yo no mucho. Pero cualquiera le dice que no a mi maestra.

Rompe a nevar de nuevo. Siento como el frío me refresca y alivia, pintando una escena que sería bonita de no haber pasado por lo que recientemente me ha ocurrido en el metro. Intento apartar de la mente ese pensamiento para después, cuando esté relativamente tranquila en casa.

-Yo:Iba a volver a Sevilla a preguntar a alguien que tuvo relación oficial con este tema, a ver si sabe algo. Y a un conocido de la maestra. Pero la verdad es que no me siento lista para una tarea así. Supongo que la maestra quiere que vea más de esa "extensa realidad que como caomante debo conocer para ser más equilibrada".

Siento como un nudo se me forma en la garganta mientras mi respiración se acelera. Viendo que mi casa queda cerca, meto un acelerón. Contestando con un escueto "espera" a las preguntas de Franky, no paro hasta que la puerta de mi hogar está cerrada a cal y canto. Una vez allí, me siento en el suelo.

-Yo:Yo...Yo...

-Franky:¿Qué te pasa?¿Max?

-Yo:En... En Bimbpep existen también los... -Ahogo un llanto.- Los problemas de abuso sexual.

Una exclamación ahogada por parte de Franky es tapada por un nuevo golpe en su puerta.

-Franky:¿Te... Te... han...?

-Yo:No... No lo que piensas. Hace unas horas, en... en el metro...

Llorando a lágrima viva y haciendo pausas cada poco tiempo, procedo a contarle lo que se añadirá a mi lista de pesadillas. Contarlo hace que me sienta algo mejor, pero también me hace ir corriendo al baño a vomitar. Franky aguarda en silencio mientras me recompongo un poco.

-Yo:Tanta habilidad de caomante y... y no... no pude reaccionar.

-Franky:Era una situac-

-Yo:¡No me ha pasado sólo ahí, Franky!Muchas veces que... me congelo. Y luego me pasa lo que me pasa.

-Franky:No es culpa tuya lo que te ha pasado.

-Yo:Eso ya lo sé. Pero... Me sentía tan vulnerable... Ha sido...

Me quedo en silencio.

-Yo:Voy a cambiar Bimbpep. Corto ya, Franky. Estaré ocupada, pero avísame con lo que sea.

Antes de que responda, corto la comunicación. Y antes de que el comunicador llegue a mi bolsillo, otra vez estoy corriendo hacia el baño, mientras vuelven a abrirse los grifos en los que parecen haberse convertido mis ojos.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeMiér Jul 07 2021, 00:54

Estas nuevas comodidades me hacen olvidar de vez en cuando que estamos encerrados en una prisión. Bueno, no fue esa la palabra que usaron, pero fue así como lo percibí. Aquí encierran a presuntos culpables de crímenes o sospechosos antes de sus juicios y luego los mandan a cárceles mucho más “chungas” que ésta o los liberan. Dependiendo de lo peligroso que sea el individuo, es asignado a una zona con mayores o menores libertades, siempre y cuando permanezca dentro del recinto a la espera del juicio. Aquí somos tratados bien, ya que existe la posibilidad de que acusen a inocentes. Es una forma de limpiar las calles de amenazas potenciales, supongo.

Ma’Riagg, Fono y yo estamos en el mismo piso. Ayudamos a estabilizar la situación en Sdatt, pero seguimos siendo vistos como amenazas. No puedo culparlos, venimos de mundos desconocidos para ellos. Somos alienígenas en su tierra. Aquí cada uno se centra en varias actividades para que el tiempo en el que deciden qué hacer con nosotros sea más ameno. Con “ellos” me refiero a los kalteanos dirigentes de este país. Al fin puedo ponerle nombre a esta gente con la que llevo ya un “rato” conviviendo.

La utrom está encerrada en su cuarto. Le dieron un equipo compuesto de una pantalla y un teclado con la que finalmente puede ponerse a escribir sobre sus experiencias recientes. Y sobre mí, sobre todo de mí, que para eso se supone que me está estudiando, ¿no? Sin embargo, se muestra muy recelosa cuando le pregunto si puedo leerlo. La respuesta es no porque está escribiendo en ericano, el lenguaje más popular del país en el que estamos, Matgei. Realmente no termina de ser un impedimento porque estoy empezando a aprender el alfabeto de aquí con bastante rapidez a través de libros que me proporcionan, además de que ella misma podría leerme algún fragmento de sus escritos, pero se le ve incómoda cada vez que se lo pido. Entiendo el sentimiento de no querer mostrar algo que escribes, sobre todo si no lo has terminado todavía, así que no insistí más.

Michelangelo, en su estado de criatura sin razonamiento nivel humano o similar, está encerrado en su propio recinto preparado especialmente para él, en la misma planta donde desplazan a animales potencialmente peligrosos que se han escapado de algún lugar y los mantienen aquí hasta saber qué hacer con ellos. Un poco como todos nosotros en estos momentos. Le voy a visitar de tanto en tanto para comprobar cómo está. Cuando lo hago, primero se me queda mirando y luego intenta ir hacia mí, pero no puede debido a una valla que se interpone entre los dos. Intenta escalarla con todas sus fuerzas, pero le queda demasiado grande. Quizá necesite sentirse en peligro para sacar todo su potencial de movimiento, como recuerdo cuando se enfrentaba a Beggar, allí en la distribuidora de agua en Sdatt.

La máquina sintiente de Gorlam II hace algo similar a lo que hacía en la Tierra cuando estuvo en su momento; ver películas. Según me dijo el mismo Fono, Verlorense le llegó a introducir el vocabulario ericano que él mismo usaba cuando le hackeó. Esto me hizo atribuirle a Verlorense una increíble habilidad en informática que no me pegaba en absoluto que tuviera el presumido cazador. Cuando le pregunté a mi compañero mecánico cómo alguien de otro planeta ajeno a su tecnología podría haber penetrado en la seguridad de un robot tan avanzado, me contestó con timidez que fue engañado para entregarle una clave. Cualquiera que poseyera esta clave maestra, tendría la libertad de modificar la programación solamente con órdenes simples. A saber qué órdenes simples hay que dar para que con decir “feliz navidad” entres a un modo homicida para someter a cualquiera.

En cuanto a Ckriih… Bueno, digamos que aquellos quienes decidieron alojarnos aquí llegaron a la misma conclusión que Chesky en su día; el insectoide es demasiado impredecible como para estar junto a él o dejarlo suelto. Es lo que pensaron tras dejarle “suelto” por aquí durante los días que llevamos. Por esto mismo, mi compañero de aventuras está encerrado en una celda de aislamiento. Si tuviera que decir la verdad, diría que no se merece tal trato. A pesar de su incordiante personalidad, ayudó tanto como cualquiera de nosotros por nuestra supervivencia, ya fuera por interés propio o no. Casi me hace desear acercarme a su celda para hacerle compañía.

-Ckriih: ¡SOLTADME! ¡VOY A MATAROS A CADA UNO DE VOSOTROS COMO ME SAQUÉIS DE AQUÍ! ¡ESPECIALMENTE TÚ, BLANDITO! ¡TODO ESTO HA SIDO CULPA TUYA! ¡SEGURAMENTE!

He dicho “casi”. Al joven Linterna Verde… Perdón, Guarda de Luz, no le he visto ni el pelo desde que entramos. Quizá se ha librado por ser un kalteano sin características físicas alarmantemente llamativas, no como el caso de muchos de los habitantes de Sdatt, y Galie ha conseguido ocultarlo tanto a él como el secreto de su poder en el anillo. Ahora que caigo, no he visto a ninguna bestia por aquí. Imagino que tendrán otro lugar por ser ciudadanos transformados en contra de su voluntad.

Hablando de estos ciudadanos, uno de ellos sí que llegó a transformarse por voluntad propia y, de hecho, sí conozco su paradero. Verlorense se halla en el ala médica de estas instalaciones. Se ve que entró a un estado de coma debido a sus graves heridas. Tal y como me temía, no recibió la envidiable regeneración de Auger. Espero que sane pronto y despierte. Me resulta graciosa la ironía de este pensamiento, ya que todavía temo el día en el que recupere sus verdaderos recuerdos y me ajusticie. Pero no, no se merece esto.

Oigo unos pequeños golpes en la puerta de mi cuarto. Sé que no puede ser Ckriih porque él sería mucho más escandaloso, además de que en estos momentos está encerrado en una celda de aislamiento. Abro la puerta y me encuentro delante a un hombre fornido de piel gris, trajeado, rapado y con gafas de sol.

-Hombre: La señorita le está esperando.

Miro detrás de él. No veo a nadie más hasta que Fono abre la puerta de su cuarto. Hay cuatro habitaciones en esta planta en las que duermen los residentes y dan a un espacio en común donde podemos encontrarnos. Ma’Riagg también abre la puerta de su cuarto para comprobar qué ocurre. Estas puertas son fáciles de abrir, incluso para un cerebro con patas.

-Yo: ¿Sólo a mí?

-Hombre: Así es. Ha dejado claro que sólo quiere verle a usted.

Recorro la mirada de nuevo hacia Ma’Riagg y Fono. De este último es difícil desentrañar sus pensamientos mediante expresiones por una razón evidente, pero a la utrom no le cuesta enseñar su molestia.

-Ma’Riagg: No pueden alejarme de Franky, necesito registrar toda actividad relevante que haga. Ya he perdido muchos detalles.

-Hombre: Son órdenes de la misma persona que los protege, así que respetaréis sus deseos, queráis o no.

Mi biógrafa va a responder, pero me adelanto.

-Yo: Ma’Riagg, oye, déjalo, no nos busques problemas. Sea lo que sea que me pase, volveré y te lo contaré todo, ¿vale?- miro al señor fornido que está delante de mí-. Porque volveré, ¿verdad?

-Hombre: Está programado que sí. Sano y a salvo además.

-Yo: De acuerdo, de acuerdo…

Ante la atenta mirada del robot y la alienígena con pinta de cerebro, nosotros dos nos marchamos. Bajamos por un ascensor, el cual me deja oír por un momento los gritos inconformes de Ckriih en su celda. Al terminar de bajar, cruzamos el vestíbulo y salimos por sus grandes puertas. Galie me espera junto a un carruaje elegante, estando éste enganchado a… una tarántula gigante. Nuestra responsable lleva como atuendo uno similar a los que se espera que lleve una mujer de alta cuna en la época victoriana de mi mundo. Luce un hermoso vestido negro de falda larga con el que combinan sus guantes y sobrero rojos. Sin embargo, tiene un par de elementos más que mezcla de manera extraña con el resto de su conjunto. Sigue estando ahí la cicatriz que recorre en diagonal desde su labio superior hasta el ojo derecho. Éste es tapado por un parche rojo para hacer juego con el sombrero y los guantes, supongo.

-Galie: Buenos días, Franky.

-Yo: Buenos días.

Ella mira y asiente al hombre que me ha escoltado hasta aquí. Éste inmediatamente se sube al carruaje y toma las riendas del arácnido.

-Galie: Necesito que hablemos un rato tú y yo.

-Yo: ¿Es algo serio?

-Galie: Por desgracia, sí. No te preocupes, algún día te dejaré conocer mi faceta divertida, pero en otro momento será. Sube.
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Gallo
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeMar Jul 20 2021, 01:56

Amanece un nuevo día tras una noche colmada de pesadillas. Ya se me está haciendo el cuerpo a esto y todo, ¿eh? Que entre una cosa y otra, mis sueños no terminan de ser tranquilos al menos tres veces por semana. Y esta mañana, no sé por qué, me he levantado con dolor de espalda. No sólo eso, sino que siento cierta molestia en los pechos y el estómago. Vaya recibimiento de buena mañana.
Me incorporo y estiro para, seguidamente, enjuagarme un poco la cara. Al sentarme para vaciar la vejiga veo que hay una mancha de sangre en mi ropa interior. Aún con un adormilamiento impresionante encima, mi primera reacción es gritar.  Los pasos no tardan en llenar el hueco de la escalera, y la puerta del baño se abre de sopetón a los pocos segundos, con mi madre mostrando una expresión desencajada. Cierro las piernas con rapidez instintivamente, y es entonces cuando caigo.

-Yo:Mamá, nada. Que soy imbécil mientras me espabilo y no.

Señalo la mancha de sangre.

-Mamá:Ah. Oh. ¡Oh! Claro. Perdona, hija. Pensé que te...

-Yo:No, si la culpa es mía. No me esperaba esto y me he llevado un susto. Gracias por preocuparte.

-Mamá:Para eso estoy, ¿no?

Nos sonreímos. Tras unos segundos, carraspeo.

-Yo:¿Te importa...?

-Mamá:¡Claro, claro!¡Perdona, M'sheireus! -Sale y cierra la puerta.-¡Cuando vuelvas a ser hombre te toca preguntarle cualquier duda a tu padre, pero si tienes alguna pregunta acerca de "La Dama de Rojo-!

-Yo:¡GRACIAS, MAMÁ!

-Mamá:¡Perdón, perdón!¡Voy a prepararte el desayuno!

Ya por fin a solas, me quedo reflexionando. ¿Cuantos días van ya?¿Tres?¿Cinco? Estoy empezando a acostumbrarme a este cuerpo y a olvidar cómo era tener uno masculino. Es un alivio y una sensación extraña a la vez. Y encima me tocará vivirla a la inversa cuando vuelva a mi forma habitual. Imagino que con el tiempo la transición se normalizará o algo y empezará a dar igual si un día me apetece tener uno y al siguiente otro.
Lo que me preocupa es que me quedan sólo cuatro semanas y no tengo ni idea de por dónde tirar con la investigación. Hoy la idea es ir a ver a Hernán, sí, pero nada me asegura que vaya a tener una pista o un hilo del que pueda tirar. Y se supone que el "Caos no es la respuesta a esto", pero es a lo que ahora mismo me aferro como a un clavo ardiendo. Más después de la sorpresa del metro de ayer.
Y Gya me va a llevar mañana con los droguibros de turno. Que bien. Que rico. Que miedo volver a encontrarme con Gasha. Ya lo que falta es que me encuentre con Kyuremu aquí en Bimbpep.

-Yo:Calma, M'sheireus... -Me sujeto mis ahora temblorosas manos.- Un poco más y podrás descansar el tiempo que te queda de transformación... Espero...

Termino de arreglarme y bajo a desayunar. Siento algo de nauseas, pero consigo ingerir algo mientras mi madre me pone al día de ciertos productos que tendré que usar estos días. Llegado cierto momento, su voz se entrecorta.

-Mamá:Ahora te... te puedes quedar embarazada. No ahora mismo, pero en unos días podrías...

-Yo:...¿Qué quieres decir con eso, mamá?

Me aprieta las manos con cariño.

-Mamá:Ten mucho cuidado, M'sheireus. Lo de ayer... -Ahoga un llanto.- Lo de ayer fue algo más habitual de lo que podrías pensar. Si te llega a ocurrir estando sola en un callejón, no... no sé cómo podría terminar la cosa.

-Yo:Esta vez no puedo tranquilizarte diciéndote que tengo el caos. -Aparto la silla para ponerme totalmente frente a ella.- Hay algo que debo confesarte. Cuando he salido no... no siempre he reaccionado ante el peligro. No defendiéndome al menos. A veces he salido corriendo. Otras ni siquiera he podido moverme.

-Mamá:Salir corriendo es la mejor de las soluciones en esos casos, hija.

Niego con la cabeza.

-Yo:Pero no es para lo que me estoy preparando, mamá. Por eso ahora, ya mire al pasado o al futuro... tengo miedo. Y el presente parece ser muy árido como para vivirlo. Mi maestra confía en mi. No lo entiendo. Cree que yo puedo con esto. Con esta... locura que vivimos en Bimbpep. ¡En Deia!

Pone su silla a mi lado y me abraza.

-Mamá:Hemos vivido toda tu vida a millones de kilómetros de ti, M'sheireus. No conocemos tanto de ti como cualquier padre querría, pero aquí estás. Y te has mantenido fiel a tu nombre.

-Yo:¿Y qué es?No irás a decirme "valiente" o algo así, que es lo que significaba el que tenía de humano.

-Mamá:No. M'sheireus significa "pequeño destello". Nos costó mucho concebirte. Años. Pero seguimos intentándolo. Y al final naciste tu, M'sheireus. -Me da un beso en la cabeza.- Nuestro pequeño destello de esperanza. Creo que tu maestra ha visto ese pequeño destello en ti. Qué es lo que brilla es algo que sólo ella sabe.

-Yo:Si apenas me conoce, mamá.

-Mamá:¿Seguro? Habrá leído y escuchado todo lo que Blake tenía de ti. Y tenía mucho, mi pequeña esperanza. Seguro que tampoco te ha dejado de observar. Y ya en estos meses tendrá una idea de quién eres.

Me quedo en silencio mientras el olor del desayuno que acabo de degustar flota en el aire, acompañado de una nueva nevada, más débil que la de estos últimos días.

-Yo:...Te quiero, mamá.

Le doy un beso en la mejilla.

-Yo:Intentaré ser el pequeño destello de Bimbpep... y mío propio.

Me sonríe y asiente.

-Yo:Gracias por fingir que no tienes miedo.

-Mamá:Es mi deber de madre.

Creo un portal a través del cual se ven las inmediaciones de la comisaría de Hernán.

-Yo:¿Quieres venir y das un paseo?

-Mamá:Quizás en otra ocasión. Ahora nos toca trabajar a ambas.

Tras coger los nuevos productos que ahora necesito y una despedida con un gesto de manos, atravieso el portal. La Tierra de nuevo. Sevilla de nuevo.

Problemas de nuevo.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeVie Jul 30 2021, 13:04

Siendo seguida por Galie, subo al carruaje tras superar los nervios que me provocan acercarme a la montura arácnida. Quien había sido brevemente mi escolta no tarda en poner en marcha el vehículo.

-Yo: ¿A dónde vamos?

-Galie: Antes me gustaría hablar sobre lo que quieres hacer ahora. Viniste a Oidion con la intención de estudiar la Salsa, pero en su lugar ayudaste a estabilizar la situación en Sdatt. Dime, ¿sigues buscando ese conocimiento?

-Yo: No lo sé- respondo con un tono cansado-. Por una parte me parece que a lo que lleva la Salsa es a un lugar totalmente distinto al que quiero llegar. Por otra parte… Tengo la sensación de que tiene mucho más de lo que ha mostrado hasta ahora. Pero es sólo una corazonada, no tengo pruebas.

-Galie: ¿Y si te digo que esa corazonada es cierta?

Me fijo en el objeto que lleva entre sus manos. Hasta ahora no lo había visto, quizá porque la tarántula que hace de caballo había desviado demasiado mi atención. No recuerdo cómo lo llamarían en la Tierra, pero tiene la forma de esas gafas de juguete que los niños usan para ver imágenes en 3D, siendo necesario girar una pequeña rueda colocada en uno de los laterales para cambiar de paisaje. Mi acompañante me las ofrece y, antes de proceder a otra explicación, ya estoy mirando a través de sus vidrios. En lo que a mí me parece un instante, veo mundos lejanos. Unos muertos y otros vivos. Unos primitivos y otros altamente avanzados. Unos me recuerdan a la Tierra, mientras que otros son devorados por los límites de la realidad. Aparto de mis ojos el aparato. Con la respiración todavía agitada, miro perplejo a la mujer que se sienta a mi lado.

-Yo: ¿Qué es esto?

-Galie: Fue encontrado en ruinas lejanas, aunque muy parecidas a las que se pueden encontrar en Sdatt. Como las mismas, tiene miles de años. Los antiguos ya observaban otros planetas ajenos a éste. Y usaban la Salsa. Todo su mundo venía del mismo poder. Poder que podemos explotar nosotros, uno que va más allá de deformar a inocentes con horribles transformaciones. Es lo que quiero proponerte. ¿Me ayudarás a desbloquear este potencial?

-Yo: No sé por dónde podría empezar.

-Galie: Yo tengo una idea de eso. Pero quizá no te guste.

El carruaje se detiene. Los dos bajamos y nos encontramos con un edificio redondeado, como un domo.  

-Yo: Hemos llegado pronto.

-Galie: Has estado en trance más tiempo del que piensas. Sígueme.

El conductor se queda quieto en el asiento tras la tarántula. Dos mujeres kalteanas, trajeadas como quien dejamos atrás, salen del edificio para escoltarnos a dentro. Lo que encuentro en esta primera planta es un vestíbulo inmaculado, que me recuerda al del centro de contención en el que estaba residiendo. Avanzamos hacia un ascensor, nos metemos dentro y éste empieza a bajar. Cuando salimos, caminamos por un pasillo cuyas paredes son cristales. A través de estas ventanas al exterior, puedo ver a equipos de investigación haciendo lo propio. Salvo por nuestros pasos, el ambiente es totalmente silencioso. No me atrevo a decir nada durante el recorrido. Entramos a una sala con varias puertas. Galie se coloca en frente de una de ellas. Nada más ver que me acerco, teclea un código en un panel próximo a la puerta, lo que hace que ésta se abra.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

5 días antes.

Estamos en una de estas salas enormes en el interior de las catacumbas, las que tienen muchos pozos para Salsa que ya no está. Nos reunimos con el grupo formado por los habitantes supervivientes y no transformados de Sdatt. Allí también nos encontramos con Fono y Ma’Riagg. Empezaron a tratar a Galie y a Verlorense en cuanto llegamos, a pesar del recelo. La bolsa hecha de luz en la que tenemos a Ckriih se mueve con violencia. Heffler primero se aleja hasta tomar una distancia prudencial y la hace desaparecer, esparciendo las partes del insectoide por el suelo. Fono se le acerca para ayudarle a recomponerlo rápidamente.

-Ckriih: Sabéis, al principio pensaba que los blanditos erais unos muermazos, pero tengo que decir que eso de tirarle iglesias al personal me ha abierto los ojos. ¿Qué es lo siguiente? Yo propongo elevar al gordo grandullón que encontramos para tirarlo desde el cielo y hundir esta puta ciudad.

El muchacho sabe que se refiere a su mentor, así que no duda en darle una patada a la cabeza del langostino para que caiga bien lejos.

-Ma’Riagg: ¿Qué viene ahora?

-Yo: Salir de aquí y acercarnos al centro de comunicaciones que mencionó Galie. Qué ganas de terminar esto.

-Ma’Riagg: Y yo de escribir sobre esto. ¿Sabes cuánto tiempo llevo sin registrar nada más allá de hacerlo con mi propia memoria?

-Yo: No tanto como el tiempo que llevas siendo una stalker.

-Ma’Riagg: ¿Qué?

-Yo: ¿Qué?

Hacemos los preparativos necesarios para seguir nuestro camino hacia la salida. Se ha tratado lo mejor posible a Galie para que aguante. Verlorense está más dejado a su suerte por la gravedad de sus heridas. Y su naturaleza monstruosa, ¿para qué engañarnos? Ambos son cargados en camillas. A Fono y a mí nos toca llevar a éste último. Ckriih se aburre de ir a nuestro ritmo, así que se adelanta para explorar las ruinas. Entre esto y la ecolocalización de Fono, conseguimos continuar a través de esta oscuridad que solamente es aplacada por la luz de anillos de poder y antorchas. A pesar de la tensión, la cosa iba relativamente bien… hasta que empezó a ir relativamente mal.
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MensajeTema: Re: Dimensions   Dimensions - Página 9 Icon_minitimeMar Ago 10 2021, 01:23

Lo primero que veo nada más atravesar el portal es algo que, bueno. Hasta hace nada era mi normalidad, pero ahora se ha vuelto algo inusual. No, no son los humanos. Ya a aceptar que los humanos son aliens me he acostumbrado. No, no es eso. Es la ausencia de nieve. El cielo se mantiene despejado mientras me dirijo a la comisaría.
Lo que me parece increíble es que aún haya gente que me mire con recelo. Quiero decir... Ha pasado como medio año ya desde que Órbita llegó a la Tierra. Alguno de vosotros hasta trabajará con no humanos. Venga ya. Una pequeña daime'é no es motivo para sospechar. Pero supongo que desconfiar y tener siempre la mano cerca de la cartuchera es la actitud base de los humanos, ¿no?

-Yo:Oah, la misantropía. O la experiencia, yo que sé ya.

No tardo mucho en llegar a la comisaría donde, antes de entrar, me hacen pasar por un scanner. Parece que siguen con problemas por aquí, pero ya le preguntaré a Hernán. Acto seguido me llevan a una sala de espera, donde me toca esperar media hora hasta que un agente me atiende. Este por suerte estuvo trabajando en el caso de Cerilla y compañía, así que siento más comodidad a la hora de hablar con él.

-Policía: ¿El comisario Costa? Me temo que no se encuentra ahora mismo aquí. Tu... ¿Tu no eras...?

-Yo:Sí, de hace un par de meses. Mi aspecto ahora mismo no importa, pero hablar con Hernán sí. ¿Cuando va a volver?

El policía guarda silencio un momento. Parece dubitativo, y no me hace mucha gracia dado el scanner de la puerta.

-Policía:No sé si debería...

-Yo:Es muy urgente. Y es algo que podría afectar a mucha gente.

A muchos de los míos al menos.

-Yo:Hernán no me debe nada. Ya me ayudasteis mucho con el billete de vuelta a mi planeta, pero la verdad es que me vendría muy bien su colaboración. No me importa esperarle en la sala de espera.

Mira detrás de mi. No hay muchas personas, pero sí que algunas parecen estar necesitadas de atención bastante inmediata.

-Policía:Lara, ¿puedes cubrirme un momento?

La tal Lara me recorre con la mirada. "Pero si es una alienígena". Ya.

-Policía:Tranquila. Nos podemos fiar de ella.

Tras vacilar unos instantes, la compañera de quien me está atendiendo cubre su puesto, dando paso a la siguiente persona tras de mi. Por su parte, el policía me pide acompañarle a un despacho. El despacho de Hernán, ahora vacío pero con otro nombre en la placa de su escritorio.

-Yo:¿Qué ha pasado aquí?¿Le han despedido?¿Se despiden de verdad a los policías?

-Policía:Siéntate, por favor.

Con cautela tomo asiento, intentando formular en mi mente un lugar alejado al que poder huir en caso de que fuera una trampa esta improvisada reunión.

-Policía:El comisario Costa está de baja. Fue operado hace dos semanas, tras recibir dos puñaladas en el abdomen.

-Yo:¡¿QUÉ?!

El policía parece no querer soltar prenda tan rápidamente como me gustaría.

-Yo:¡Habla, humano!

-Policía:Los... problemas... no acabaron con el grupo de Herrumbe, Cerilla y el resto de sujetos. Sí, ha disminuído el tráfico de armas, y te estamos muy agradecidos por ello. Pero los problemas no se han solucionado. No son hechos tan visibles de cara a la galería, pero siguen existiendo. Ya no contamos con Órbita siquiera. Estableció puentes, dio unos primeros pasos para mejorar nuestra unión y nos dejó tirados.

-Yo:...¿Qué le ha pasado a Hernán?

-Policía:Ya creo que el comisario te comentó el tema del tráfico no sólo de armas, sino de otros productos. Fue en una redada. El comisario sometió a uno de ellos, pero eran más de los que pensábamos.

-Yo:Y entonces...

El policía asiente.

-Policía:Eran de tu especie.

No digo nada.

-Policía:Veo que no te sorprende.

-Yo:De hecho, es el motivo por el que venía. Necesito... ver al comisario. Aunque solo sean cinco minutos. Tengo que detener esto.
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