Digital World

Una burbuja explota, dejando libres a una niña y a su Digimon compañero, un Kyokyomon. Éstos son atendidos por otros niños y Digimon que habían despertado antes que ellos. El Dorumon los observa un poco desde la distancia antes de volver a lo que estaba.

En su camino encuentra una carta. La levanta y ve su dibujo; sale un Vamdemon ya conocido. La recoge y sigue adelante. De alguna forma, conoce el camino que tiene que tomar. Se va encontrando con más cartas; Chackmon, BanchoLeomon, Omegamon y Mastemon. Ésta última la ve cerca de los pies de un desanimado Franky, quien mira al inerte Susanoomon que ahora parece fusionarse con la torre. El Digimon Bestia se coloca al lado de su compañero humano en silencio. El chico le echa miradas a su D-Arc, sin saber qué hacer. Ha perdido a muchos y ni si quiera ha podido salvar a quien tiene delante. El Dorumon apoya su cabeza en el costado del muchacho. No se dicen nada. No hace falta.



























































-Amanda: Tuve un sueño muy extraño– dice la muchacha al acercarse a estos dos, cortando por completo el melancólico ambiente–. Estabais en él. Creo que yo también, y estaba detrás de vosotros. Parecíais sorprendidos– tanto el Dorumon como el humano procedente de Berdres la miran desganados, como si no supieran a dónde quiere ir a parar–. Ah, seguidme– dice finalmente resignada–.

Una vez más, atraviesan las grandes puertas que les llevan a ese espacio dorado. No dan muchos pasos antes de que Amanda abra una nueva entrada en medio de ninguna parte, similar a como hizo cuando fue poseída por Homeostasis, del cual no se volvió a oír desde el último enfrentamiento. En un fogonazo más, los tres ya están en el interior de la sala que tiene hielo por paredes. Allí encuentran la esfera que flotaba sobre el pedestal de cristal, con la diferencia de que ahora está agrietada. Algo más a destacar es ese bebé Digimon hecho de humo que manipuló Duftmon para controlar el Sistema Mundial. Parece sano y contento, cosa que pone una expresión desconcertada en los rostros de Alf y Franky.

-Amanda: No, no creo que fuera esto lo que os sorprendía en mi sueño. Sigamos, quiero volver con Halcón cuanto antes.

Los tres continúan hasta llegar a un extremo en concreto de la sala. La joven toca la pared con su mano. Un trozo de pared se echa a un lado. Amanda da unos pasos hacia atrás, dejando que pasen los otros dos. El Tamer y su compañero se miran extrañados. Deciden entrar. No es como si tuvieran otra cosa más importante que hacer, o al menos así lo sentían. No tuvieron que adentrarse mucho. Lo que se muestra ante ellos es un monitor. De repente, el dispositivo digital de Franky reacciona, parpadeando alocadamente. En el momento en el que su dueño lo alza para examinarlo, un rayo de luz conecta al aparato y a la pantalla. Ésta se enciende y enseña el siguiente mensaje con total nitidez:

Pantalla:

-Amanda, Alf y Franky: … ¿Qué?

FIN