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Tema: Mareas misteriosas Jue Feb 13 2020, 18:50
¡Que suerte!Parece que ha llegado a tu casa una invitación para ir a un crucero de lujo. No sólo tu, sino también tu familia!Que suerte, ¿verdad? Hay multitud de actividades... y la primera de ellas es una fiesta de disfraces.
No te preocupes. Lo que lleves a la fiesta corre a cargo de la casa.
Vaya mijurria de plot, ¿eh? Tampoco quiero poner más, que en uno o dos post queda clara la dinámica. Ni os pido ficha. Sólo que pongáis en un post qué sale al final en vuestras listas. Fácil, ¿eh?
En la mía ha salido Retsuko.
Spoiler:
Última edición por M'sheireus Huua el Jue Feb 13 2020, 22:53, editado 1 vez
En verdad me llamo Franky El Corruptor
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Tema: Re: Mareas misteriosas Jue Feb 13 2020, 22:16
Pues el personaje que ha salido del sorteo de los cinco elegidos por la audiencia es... *redoble de tambor*
GANADOR:
... Por si no ha quedado lo suficientemente claro, es Spinel.
Xalcer Adepto
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Tema: Re: Mareas misteriosas Sáb Feb 15 2020, 03:25
Ha sido una batalla encarnizada, pero ya tenemos ganador de la rifa.
Spoiler:
Hollow Knight/Pure Vessel
M'sheireus Huua Daime'é
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Tema: Re: Mareas misteriosas Mar Feb 18 2020, 00:57
Un crucero. Nos ha tocado un viaje en un puñetero crucero. Creo que hemos agotado la suerte para lo que queda de década, así que agárrate. Puede que siga siendo invierno, y quizás recorrer el Atlántico no sea ideal cuando en ciertas zonas todavía llevan albornoz los pingüinos, pero la ilusión con la que hemos hecho las maletas hace que hasta el sol más frío parezca primaveral. Ahora mismo estamos llegando al puerto, y ya podemos ver el colosal barco. No menos de una veintena de plantas. Lo que parece ser un parque acuático en la proa. ¿Eso de la popa es un observatorio? Cruzamos una mirada y, con una sonrisa en los labios y una canción en el corazón, subimos. Nada de lo que vemos desde fuera le hace justicia. Decenas de personas nos reciben, con música que nos transmite una paz que hacía años que necesitaba. El personal deja nuestro equipaje en los camarotes, mientras que los guías del barco nos conducen a un salón de actos, donde nos vamos reuniendo todos los pasajeros. El capitán del barco no tarda en aparecer. Es un señor de unos 50 años, con pelo entrecano, piel morena y bastante atlético.
-Capitán: ¡Sean bienvenidos al Seahaven, el navío en el que todos sus sueños se harán realidad!Dejen atrás sus problemas mientras las suaves olas del mar mientras se toman uno de nuestros deliciosos cócteles. Bailen los éximos de ayer y hoy en el salón de baile. Relájense bajo la supervisión de nuestros expertos en los talleres de gimnasia. Y mucho, mucho más. ¿Y qué me dicen de una degustación de platos de los siete mares entre actividades? Por supuesto, también son libres de dormir todo lo que quieran entre puertos, pero les aseguro que no querrán perderse ni una sola oportunidad para forjar recuerdos inolvidables. -Sigue con su presentación. Pinta muy bien la cosa, y todos estamos deseando que nos suelte para empezar a explorar el barco.- Sólo una cosa más. Las actividades serán inauguradas esta noche tras la cena. Para ello, les invito a todos ustedes a acudir al baile de disfraces organizado por el equipo de animación. No se preocupen por los pormenores. La tripulación se ha encargado de dejar en sus camarotes todo lo necesario para esta noche. Dicho esto, y una vez más, les doy la bienvenida al Seahaven. ¡No olviden pasarlo bien!
Dicho esto, todos volvemos a nuestros camarotes. Nuestras maletas están encima de las camas, las cuales empezamos a deshacer. Al abrir el armario para guardar las cosas, y es entonces cuando lo veo. Noto como se me suben los colores al posar mis ojos sobre el disfraz. Sí, tendrá ropa y todo lo que quieras, pero sigue siendo un fursuit de Retsuko. Un. Puñetero. Disfraz de furrito... furrita. ¿Y por qué demonios es de una serie? Quiero decir: pensaba que sería lo típico de vampiro, fantasma y tal. ¿Y esta selección?
-Mi padre:¿Y qué t-?
Cierro la puerta del armario antes de que lo vea.
-Mp:Que malaje eres, niño.
-Yo:Se han equivocado, seguro. Ahora vengo.
Con la cara roja como un tomate, salgo en busca del miembro de la tripulación más cercano. Muy a mi pesar, parece que es lo que me ha tocado sí o sí, así que me voy mentalizando para el burreo una vez llegue al camarote. Y te puedo asegurar que poco no es. Pienso en no ir al acto de inauguración, pero luego me doy cuenta de una cosa: nadie sabrá quien soy. Nadie... menos mi familia. Me da bastante apuro cuando me lo voy poniendo, pero la sensación no es especialmente desagradable. Lo más molesto es la calor, pero es lo que tiene ponerte un traje de pelo con ropa cosida encima. La visión con la cabeza va a ser un problema, pero prefiero pasar por eso a que todos vean quien está detrás de Retsuko. Con todo esto, parece que mis padres no se animan a ir a la fiesta, quedando sopa, al igual que mi hermana, poco después de cenar. Algo del corte se me pasa cuando llego a la fiesta, donde todos los pasajeros del barco están disfrazados de decenas de personajes diferentes, la mayoría desconocidos para mi. Un ritmo desconocido para mi abre la velada, el cual nos invita a bailar o, al menos, a socializar. El anonimato ayuda a que nos mezclemos, y el pasar de las horas hace que acabe hablando bastante más de lo esperado.
Quizás te estés preguntando por qué esto parece tan acelerado. Bueno, es simple.
El hecho de que ahora estemos naufragando no me deja mucho tiempo para pensar en algo que no sea salvar mi vida. Y que posiblemente muera ahogado vestido de una panda roja contable.
_________________________________________
El sonido del mar llega a mis oídos. Algo opacado, pero ahí esta. Abro los ojos, aturdido, para encontrarme con un mar de oscuridad... y con el hecho de que sigo disfrazado de Retsuko. Presa del pánico, me quito la cabeza del disfraz. Es ahora cuando veo que estoy en una playa. Parece que no hay nadie en metros a la redonda. Tampoco restos del naufragio, ni ninguna referencia para orientarme a la vista. ¿Un crucero gratis y que fuera bien? Ya, claro. Sólo yo podía tener tan mala suerte. Empiezo a hiperventilar, y siento que el disfraz se ha convertido en una prisión de tela. Empiezo a quitármelo con rapidez y lo lanzo bien lejos.
-???:Yo que tu no lo dejaría tirado por cualquier parte.
El susto que me llevo hace que me gire más rápido de lo que mis aturdidas piernas pueden sostenerme, así que caigo al suelo. Una figura entre las sombras me observa.
-???:En el País de Leblaot, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Se sume más entre las sombras de los árboles hasta desaparecer.
-Yo:G-genial... Lo que me faltaba. La frase críptica de turno. Gracias, multiverso.
Más allá de los roles, que estas cosas pasen no tienen ni puñetera gracia. ¿Playa desconocida, tipo desconocido y frase que podría presentarse a candidata de Shadow of the Colossus? No. Y encima no hay nadie a la vista. Ni siquiera mi familia.
-Yo:¡Ay, la puta!
El pánico vuelve a invadirme. Me pongo en pie y cojo el disfraz sin prestarle demasiada atención. Empiezo a gritar, esperando una respuesta que sé que no va a llegar. La tarde empieza a caer, y sigue sin aparecer nadie. Empieza a refrescar, y la idea de volver a ponerme el disfraz de Retsuko, con el calorcito del pelo, me ronda la cabeza. También la de ir en dirección a la luz que se ve dentro del bosque, siendo esta la opción que termino por tomar.
Xalcer Adepto
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Tema: Re: Mareas misteriosas Vie Feb 21 2020, 22:24
El romper de la marea contra las rocas hizo que consiguiera salir de mi estupor. Eso, o la ola que me golpeó en toda la cara. Me levanté tembloroso escupiendo todo el agua que acababa de tragarme, arrastrándome como podía y desplomándome sobre la arena lejos del alcance del líquido elemento. Podía ver cómo las estrellas refulgían través de los ojos de la máscara. Me quedé así varios minutos, observando el cielo nocturno con el rítmico oleaje de fondo.
- No puede estar pasando...
Pronto la brisa marina hizo que los escalofríos empezaran. Me incorporé, quitándome la máscara con torpeza y vaciando el agua que aún quedaba dentro. No había rastro del naufragio en el horizonte, ni en la playa a la que había llegado. Ni restos, ni pisadas... ni cuerpos. Nada. Lo mejor era no pensar en ello. Con un agujero en el pecho me levanté y me dirigí a una de las rocas de la orilla, recogiendo de camino el Aguijón, la lanza plateada de mi disfraz. En el crucero me pregunté por qué me habían permitido portar un arma sin problemas, y ahora daba las gracias de tenerla. Comencé a quitarme el disfraz y estrujarlo para quitarle todo el agua que podía.
- Lo primero sería hacer un mensaje de socorro en la playa, supongo. - murmuré sopesando mis opciones mientras esperaba a que la ropa se secara sobre las rocas. - Si yo he llegado hasta aquí, es posible que alguien más también. ¿Quizá bordeando la playa? Aunque ha saber cómo es este sitio de gran-
Al volver la vista hacia el interior de la isla, algo al amparo de los árboles pareció moverse.
- ¡¿Hola?! - grité un poco presa de los nervios, cogiendo el Aguijón.
Nadie respondió. Aún así no solté el arma ni aparté la vista. Entonces lo ví. En las entrañas de la isla, diminutas luces creaban sombras que parecían moverse sobre el linde de la playa. Y se estaban alejando.
- ¡Hey!
No me hacía gracia tener que volver a ponerme el disfraz sin secar, pero era mejor que pillar una pulmonía. Recibiendo un par de arañazos de parte de las rocas, volví a vestirme todo lo rápido que pude sin siquiera pararme a pensar en dejar la máscara y las pesadas hombreras de metal atrás. Aguijón en mano y con la capa a mis espaldas, corrí como alma que lleva el diablo en persecución de aquellas luces que se alejaban en la distancia.
- ¡Esperad! - les grité tratando de llamar su atención.
Las luces continuaron alejándose sin importar cuánto corriese. Sentía cada rama y raíz bajo mis pies ante la falta de calzado del disfraz y el empapado mono negro se me pegaba a la piel según se iba secando. Iba tener unas buenas rozaduras al día siguiente. Si es que llegaba a mañana.
Alexstrasza Novato
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Tema: Re: Mareas misteriosas Miér Feb 26 2020, 12:39
Como sabeis por el grupo de Whatsapp, al final de la votación quedaron dos personajes entre los que elegir. Es por ello que he recurrido a las mas avanzadas tecnicas de análisis y procesado de datos mediante innovadoras herramientas de vanguardia, con el fin de determinar cual de los finalistas era objetivamente el más adecuado (lo he echado a cara o cruz). El resultado final ha sido:
Spoiler:
meperdOn as¿ Yuumi, la gata mágica Choque anafilactico, allá voy.
En verdad me llamo Franky El Corruptor
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Tema: Re: Mareas misteriosas Sáb Feb 29 2020, 03:47
La vergüenza es rápidamente mermada al entrar a la sala de fiestas. Ver todos esos disfraces tan bien hechos, sobre todo a personajes que conozco de obras que he consumido, me hace olvidar que voy vestido con un rosa muy llamativo, con una cabeza falsa que lleva un par de coletas y pintura negra rodeando lo que vendrían siendo los ojos. Tan llamativo como puede ser un personaje venido de “Steven Universe”. Aunque había encontrado competencia en extravagancia, no podía quitarme de la cabeza la escena de cuando mi familia me vio con estas pintas. Les dejé atrás con la esperanza de mezclarme con la gente.
Mis ojos se quedan fascinados al interceptar a un excelentemente bien hecho disfraz de Soundwave, el Decepticon especialista en comunicaciones y espionaje de mi franquicia tan querida de Transformers. Bueno, en realidad sólo he leído una serie de cómics, visto la película del 86 y aquellas dirigidas por Michael Bay. Un fan puritano podría echarme en cara muchas de mis carencias en este campo. Ese Soundwave se percata de que no le quito el ojo encima. Me adelanto a su reacción.
-Yo: Qué disfraz de Soundwave más chulo.
-Soundwave: Ah, eh… gracias. Fue el único disfraz que me encontré de mi talla. No es que me pueda mover todo lo que quiera con esto, pero como que pega con la fiesta y tal, ¿no? ¿Qué personaje dijiste que era yo?
-Yo: Ah, Soundwave de Transformers.
-Soundwave: ¿Transformers? Uah, no jodas, me encantan las películas. Los robots, joder, las hostias que se dan, las explosiones, toda esa acción. Y no olvidemos a la Megan Fox, uff, qué buena está, me la pone para partir nueces en un flan.
-Yo: No voy a preguntar qué significa eso último.
-Soundwave: Pero no me parezco para nada a ninguno de los personajes.
-Yo: Serías el de la serie animada, de los años 80.
-Soundwave: ¿Dibujos animados? ¿Qué dices? Pues menos mal que vino Michael Bay y les dio vidilla, porque seguro que no los recordaba ni su madre.
-Yo: ¡Anda ya! ¡Las películas arruinan la franquicia!
-Soundwave: Admítelo, la gente conoce las películas por algo.
-Yo: La gente tiene mal gusto.
Antes de que la discusión se acalorara más, quizá en mayor parte porque el ir disfrazados provocaba un efecto ligeramente similar al anonimato que tienes en Internet, veo al acompañante del que va de robot alienígena, un Beast Boy extrañamente cabezón. La versión que se me viene la cabeza es la de “Teen Titans Go!”
Beast Boy: Uff, ¿habéis visto a la de verde de allí? ¡Qué buena está!
A quien se refiere parece ser una joven que ha maquillado su rostro de verde, de pelo castaño que le llega a la altura de los hombros. Entre eso y su evidente traje de superhéroe reconozco a su personaje, Miss Martian de “Young Justice”, siendo más concretos, la versión de la primera temporada.
-Soundwave: Ya te digo, tío, ¿pero cuántas veces tengo que decirte que no lo digas en alto? ¡Mira!
Señala a la disfrazada de marciana, quien parece haber escuchado el “piropo” y se dirige hacia nosotros con toda su ira.
-Miss Martian: ¡Malditos hombres! ¿Por qué tenéis que pensar en sexo las 24 horas del día? ¡Luego dicen que en la actualidad las mujeres y los hombres somos iguales, menudo bulo! ¡Vosotros no tenéis ni idea de lo que tenemos que aguantar de vosotros los cavernícolas!
-Beast Boy: ¡Uoh, señorita! No hace falta ponerse así por un cumplido.
-Miss Martian: ¿Cumplido? ¡Me estás tratando como un puto objeto!
-Yo: … Yo ni siquiera estoy con ellos- susurro-.
Me doy cuenta de que algo más se acerca precipitadamente y me giro. Un borrón negro y con manchas negras coliciona conmigo y me derriba.
-¡Joder, no te pongas de por medio!
-Yo: ¡Eso digo yo! ¿Por qué la prisa?
-¡No es por mí! Iba bien con los patines cuando de repente empecé a acelerar.
-Miss Martian: ¿Quién lleva patines a una fiesta de disfraces?
-Pues Sombra el Puercoespín, claro. ¿Nunca has visto “Sonic X”?
-Soundwave: Calláos un momento. ¿Soy el único que está notando como que se inclina el suelo?
Pasados unos segundos más, dejó de ser el único. La pendiente se hace más evidente a medida que pasa el tiempo. Las mesas empiezan a deslizarse hacia donde les guían la gravedad, así como algunos invitados. El barco parece estar decidido a erguirse y no le importa que alguien pueda matarse en la caída. Me parece ver agua entrar antes de unirme a mis compañeros de viaje en esta improvisada atracción de feria. ¿De verdad me toca morir vestido de rosa?
M'sheireus Huua Daime'é
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Tema: Re: Mareas misteriosas Lun Mar 02 2020, 00:19
Con incertidumbre, me adentro entre la espesura. Las ramas forman figuras siniestras, y los sonidos del bosque aceleran mi pulso. Intento calmarme para no salir corriendo, pues sé que es cuando me perdería hasta vayusté a saber cuando. Es entonces cuando me fijo en el disfraz. El pelo, ahora seco, es bastante suave. Los ojos tienen membrana oscura a través de la que se puede ver, aunque puedo asegurar que es un poco incómodo. La boca es totalmente estática, lo que hace que adquiera un aspecto bastante más estático. La ropa parece cosida al cuerpo, por lo que no sería de extrañar que sólo fuera de pelaje las pocas partes visibles del mismo. De la parte trasera del disfraz, por la zona de la falda, sale una cola anillada en tonos marrones y naranja. En definitiva, es el típico fursuit con la cabeza separad-
-Yo:...¿Eh?
Reviso de nuevo. Pondría la mano en el fuego y no me quemaría al asegurar que antes la cabeza y el cuerpo estaban separados, pero ahora parece que es un traje integral. Me quedo mirándolo, pensando en lanzarlo al suelo y mandarlo a tomar por culo, pero...
-Yo:"La diferencia entre la vida y la muerte". Ya.
Alzo las manos para tirarlo. A los pocos segundos, otra vez está entre mis brazos, con emociones encontradas acerca de si tirarlo o no... aunque creo que está claro que gana. Las luces cada vez están más cerca, y el sonido de la música llega a mis oídos. Por fin atravieso el bosque, y lo que veo ante mis ojos es un festival de luz y color, con personas rodeando puestos de comida. Tocando música bajo tiendas de campaña. Bebiendo y riendo en compañía. Pero a quien veo haciendo eso por poco me hace soltar el disfraz de nuevo. Algunos de los presentes son aturtidos humanos, sí, pero una buena parte son personajes de ficción. Bien es verdad que no reconozco a la mayoría, pero lo cortés no quita lo valiente. Uno de ellos se me acerca. Es una chica en kimono, con el pelo oscuro y liso. En su boca lleva un trozo de bambú.
-Chica:Mmmf. -Levanta un dedo y se lleva las manos a la nuca. Ante mi sorpresa, tira y sale una mujer de unos 50 años, con el pelo claro y los ojos azules.- Bienvenido a Osapuoli, hijo. La aldea donde todos los días es fiesta.
La miro de arriba abajo.
-Mujer:Ah, ¿esto? No te preocupes, que es sólo un disfraz. Uno como el que tu tienes. Vienes también del Seahaven, supongo. Mi grupo vino hace unos días.. ¿O quizás hace unas semanas? Bueno, "vino". Naufragamos en la playa. A vosotros también os dieron los disfraces, ¿no? ¿La fiesta de inauguración y tal? A todos nos lo dieron, hijo.
Me coje de la mano. El contraste entre su cara de mujer madura y la mano adolescente hace que me de un escalofrío.
-Mujer:Pero olvídate ahora de eso y ven. Seguro que tienes hambre.
Se coloca de nuevo la máscara y esboza un gesto amable. Es increíble, pero casi diría que es su cara de verdad. No tardo mucho en estar rodeado por personajes de ficción, en una situación casi onírica. Todo al que pregunto sólo me sonríe. Aquellos a los que pido ayuda me dicen que sólo me deje llevar. Bueno, no todos. Una persona, con un disfraz de vayustéasaber qué entre las manos, me aparta. Es un chaval de aproximadamente mi edad, con el pelo castaño y a la altura de los hombros.
-Chico:No te van a oir. Los que se quedan en Osapuoli acaban por abstraerse totalmente de la realidad. Su comida, fiestas y bebidas hacen que pase el tiempo sin que te percates. Una vez te asientas, ya no quieres volver a irte.
-Yo:¿Qué está pasando aquí?Los personajes esos... ¿Son de verdad?
-Chico:Algunos sí. Otros todavía no. Llevo aquí unos días, y hasta donde he podido ver, es un proceso. Es culpa de los disfraces. Mientras más te los pones, más te vuelves eso. Mira a Patricia, la que te ha llevado a la fiesta. Ya es prácticamente uno con el disfraz. Dentro de poco, no podrá quitárselo. Yo... yo todavía estoy en el punto en el que parecen tela, ¿sabes? Y me da miedo ponérmelo más.
Le miro de reojo. Esto parece un rol de los malos, y estoy atrapado dentro de él. El chico parece cada vez más nervioso.
-Chico:Pero no puedes desacerte de ellos. Las sombras se llevan a todos los humanos que encuentran. -Mira con fascinación al disfraz.- Y... además... El disfraz te llama... Ponértelo es una sensación intoxicante... Falta de inhibiciones a otro nivel gracias al anonimato...
-Yo:...¿Estás bien?
Se pone en pie y, con ansiosa rapidez, se pone su disfraz. Éste parece volverse más y más real a medida que se lo pone, hasta el punto que casi parece que esté hablando con un personaje de animación. Gira brúscamente la cabeza hacia mi y me agarra por el brazo con tal fuerza que me hace daño.
-Chico:¡BUSCA A KIZENNIM!¡NO ACABES COMO YO!
Me suelta bruscamente y sale corriendo en dirección a la fiesta. El corazón me va a mil por hora. Más aún cuando veo como unas sombras empiezan a surgir de entre los árboles. Sus ojos amarillos se clavan en mi, y yo no tengo otra idea más que ir corriendo hacia la multitud.
Alexstrasza Novato
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Tema: Re: Mareas misteriosas Mar Mar 03 2020, 02:05
Me gustaría decir que todos estabamos emocionados por la suerte que teníamos. No todos los dias se gana un viaje en crucero por la cara. Lo lógico es que estuvieramos contentos y agradecidos, ansiosos por embarcar, ¿verdad? Bueno, en realidad todo esto no era del todo cierto. Alguien de nuestra familia no estaba muy convencido del viaje. Y por supuesto, esa persona tenía que ser yo.
Siempre he sido el rarito al que no le gusta viajar. Prefiero quedarme tranquilo en casa a ver mundo. A, ver, no es que me disgustara, pero lo encontraba desmasiado extenuante. Y el hecho de que esta vez el viaje fuera por mar no significaba ninguna diferencia. A mi no se me había perdido nada en mitad del oceano.
Evidentemente, mi desgana no tardó en hacer mella en el ánimo con el que mi familia había embarcado. Y, como de costumbre, mi hermana me lo dijo sin pelos en la lengua. -Ale, te estas portando como un imbécil. ¿De verdad no te gusta todo esto? - No es que no me guste... - le respondí - Es solo que, ya sabes, en general no me apasiona viajar. - Aun así, deberías intentar disfrutar un poco más. Por si no te has dado cuenta, ¡estamos en un crucero! Me quedé un par de segundos pensando antes de responder. - Si, tienes razón. Mira, creo que ahora mismo estoy demasiado cansado. Me voy a ir un rato al camarote, a ver si descanso un poco y se me cambia el ánimo.
Y sin mucho mas que decir, dejé que mi familia continuara su paseo por el barco tranquila. Mi hermana tenía razón, tenía que aprender a valorar este tipo de experiencias. Pero la verdad es que no tengo mucho aguante, y el viaje hasta el puerto me había agotado. Probablemente una pequeña siesta me ayudaría a ver todo con otros ojos.
No tardé en llegar al camarote. Me disponía a tirarme encima de la cama, cuando ví que había un papel sobre ella. Al fijarme mejor, pude comprobar que era un folleto del crucero, con algunas de las actividades disponibles. La que mas destacaba, con letras bien grandes, era la fiesta de esta noche. "Les esperamos a todos en el gran baile de disfraces. ¡Acudan con el disfraz sorpresa que les hemos dejado en sus camarotes!" Lo que faltaba, una fiesta de disfraces. Nunca me han gustado. Siempre me ha tirado para atrás el tema de disfrazarse, y lo he evitado siempre que he podido. Pero el folleto me llenó de curiosidad. La verdad es que la idea era original. ¿Un disfraz sorpresa? ¿Cual me habrían dejado a mi? No iba a pasar nada por comprobarlo. Me dirigí hacia el armario y lo abrí.
Lo cerré en seguida.
- NO. ESO SI QUE NO. Tras un instante, me calmé. A lo mejor la vista me había fallado. Volví a abrir la puerta, con la esperanza de que así fuera. Pero no. Ante mi se encontraba un disfraz, bastante peculiar. Estaba cubierto de un pelaje de colores azulados. Y para rematar, incluía una cabeza de un personaje que conocía bien. - NO, NO. NONONONO. A decir verdad, lo que había dentro del armarío no era lo que yo llamaría exactamente un "disfraz". - ¡¿Por que hay aquí un fursuit de Yuumi?!
Efectivamente. En el armario se encontraba un fursuit en toda regla, que probablemente habría sido la envidia de cualquier convención furry. Y de uno de mis supports favoritos del LoL. - Vale - pensé en voz alta -, aquí hay dos cosas claras. No pienso ir a la fiesta esa, y por supuesto, no me pienso poner esa cosa. ¿Es que me han tomado por un furro? Ya me incomoda bastante disfrazarme como para que encima me vengan con cosas raras como esta. Cerré el armario, y me dirigí a la cama. Ahora si que necesitaba esa siesta. Probablemente estaría mas positivo si descansaba un rato.
Pero el destino tenía otros planes. Me desperté sobresaltado. Algo ocurría. Salí del camarote para ver que pasaba. En ese punto, mi memoria se vuelve borrosa. Solo recuerdo, caos, gritos, gente corriendo y empujones. Y agua. Mucha agua.
El sonido de las olas me rodeaba cuando recuperé la consciencia. Estaba aturdido y desorientado. Sacudí la cabeza e intenté incorporarme. Entonces me di cuenta de que lo que hay en el suelo es arena. Miré a mi alrededor y no cabía duda. Me encontraba en una playa. - No jodas... Si los viajes no me gustaban desde un principio, experimentar un naufragio no iba a ayudar a que los empezara a apreciar. Pero eso era lo que había pasado. - ¿Y qué hago yo ahora? Con ansiedad, empecé a buscar a mi alrdedor, con la experanza de encontrar a algún otro superviviente. Sin embargo, solo encontré una única cosa en aquella playa, y no fue de mi agrado. - Esto tiene que ser una maldita broma. En el suelo, a pocos metros de donde me desperté, se encontraba el disfraz. Sus peculiares colores hacian que fuera facilmente reconocible. - Vamos a ver. Un barco enorme, lleno de personas, de comida y de suministros útiles en general. ¿Y lo unico que llega de una pieza es el puñetero fursuit este?
En este punto, me quedé en blanco. ¿Qué se supone que hay que hacer cuando el destino se pitorrea de ti de esta manera? Estaba perdido, en vete tú a saber donde, sin comida, sin compañía y completamente desesperado. Así que me puse a llorar.
Lloré desconsolado, convencido de que iba a morir ahí. No se cuanto rato estuve así, pero cuando quise darme cuenta, ya está atardeciendo. Y a medida que se hacía mas oscuro, pude divisar una tenue luz a lo lejos, en la espesura que había tierra adentro. El corazón me dio un vuelco. Ese era el rayo de esperanza que necesitaba. Es posible que, despues de todo, no estuviera condenado. Si había gente en este lugar, tal vez me pudieran ayudar a encontrar a mi familia y volver a casa. Me levanté enseguida, dispuesto a adentrarme entre los arboles, pero mis piernas se detuvieron. Me giré y miré al disfraz. Un presentimiento extraño se apoderó de mi. Los acontecimientos hasta ahora habían hecho que aborreciera ese montón de tela, pero algo me decía que no debía deshacerme de él. - No me puedo creer que vaya a hacer esto. Volví y recogi el disfraz del suelo. Con cara de desaprobación, procedí a doblarlo como pude. No me hacía gracia cargar con el maldito fursuit, pero por algún motivo, la sensación de abandonarlo se me hacía insoportable. - Supongo que en el peor de los casos, me puede servir de manta. Y así, me dispuse a emprender mi camino hacia la luz entre los arboles que, con un poco de suerte, sería mi salvación.
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Tema: Re: Mareas misteriosas Dom Mar 08 2020, 19:51
Después de comprobar que, en efecto, he sido abandonado a mi suerte en una playa de una tierra desconocida para mí, llorar y autocompadecerme un poco (unas tres horas), me doy cuenta que así no llegaré a nada. Y que terminaré deshidratándome si sigo llorando. Muy bien, Franky, toca recordar ese anime sobre cuatro chavalas que se pierden en una isla desierta y que daba consejos sobre supervivencia. Mierda, no te centres en los momentos “ecchies”, ahora no es el momento. Vamos. VAMOOOS. JODER, JAPÓN, ESTÁS PUTO ENFERMO, QUE SON ADOLESCENTES, HOSTIAS.
Finalmente decido que lo más sensato es encontrar una fuente de agua potable, así que de nada me sirve seguir mirando el mar. Debo adentrarme a la isla. Encuentro de un vistazo un palo tirado junto a uno de los árboles y lo cojo como arma provisional. Es lo que pienso usar contra cualquier animal que se me abalance. ¿Pero qué me ocurrirá si encuentro un bicho demasiado grande? Bueno, espero que para entonces encuentre un palo más largo.
Doy pasos lentos hacia el interior de la isla. Pongo todos mis sentidos en alerta, para que me avisen a la mínima de cualquier peligro. En mi cabeza puedo visualizar cómo evito cualquier problema, aunque ya en la realidad… La ausencia de sonidos es algo que un principio me alivia, aunque eso es así solamente hasta que me percato que hay demasiado silencio, como ese momento en el que paran la música en una película para darte el susto al segundo siguiente. Y este segundo de silencio se me está siendo eterno. Sin embargo, algo llega a mis oídos. Es una melodía. No, son voces. Son ambos mezclándose para crear un jaleo sin precedentes. Bueno, quizá exagero. Pronto vislumbro una luz. Esto me dice que debe de haber gente en esta pedazo de roca además de mí, pero mi cautela no es menor, pues mi imaginación me la juega y me hace ver una tribu de indígenas estereotipados bailando y realizando rituales alrededor de una hoguera. Quizá con una gran olla encima en la que cocinan a un pobre y descuidado explorador, ya que estamos, ¿no? Imaginar es gratis. Pero, oye, la oportunidad de encontrar un refugio entre humanos en una isla desierta (quizá ni estaba en una, ojo) es muy tentadora.
Tal y como me adentré en la espesura, avancé lentamente hacia el alboroto, tratando de averiguar con la vista si estaría en buena compañía o no. No puedo evitar sentirme sorprendido al ver los puestos de comida, las tiendas de campaña y la multitud que parece pasárselo de miedo. Muchos de los individuos que participan en esta celebración llevan disfraces excelentes, diría que mejores que los que había visto en la fiesta del barco. Incluso me atrevo a decir que los confundo con los personajes de los que van vestidos. ¿Serán supervivientes del naufragio? Sólo hay una manera de averiguarlo.
M'sheireus Huua Daime'é
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Tema: Re: Mareas misteriosas Lun Mar 09 2020, 00:14
La fiesta prosigue como si nada, ignorando totalmente mi atemorizada carrera. No pasa esto con las sombras, de las cuales varios se percatan e incluso alejan. Miro atrás justo a tiempo para ver como las sombras cogen a una persona, disfraz en mano, y la hacen desaparecer en un cúmulo de oscuridad. Como es evidente, el pánico cunde... parcialmente. Los que parecen no ser ya personas ignoran totalmente los hechos, inmersas en el hipnótico hedonismo fiestero. Las sombras cada vez están más cerca. Más humanos desaparecen entre las sombras, y cada vez tengo más claro lo que tengo que hacer. Me aparto a un lado y, con manos temblorosas, me enfundo el disfraz de Retsuko. Nada más poner una pierna dentro del mismo siento como me empieza a invadir una sensación vigorizante, de energía pura. Voy subiendo el disfraz rápidamente, intentando no mirar a las sombras más de lo estrictamente necesario.
-Yo:Vamos, vamos...
Cuando ya tengo todo el cuerpo cubierto por el disfraz, una de las sombras me coge de las manos y me empuja contra la casa, impidiendo que pueda moverme. Una de sus manos va hacia el borde del disfraz, intentando quitármelo. Viendo lo que parecen hacerle a los que no llevan nada, forcejeo con todas mis fuerzas, intentando zafarme. Una de mis patadas consigue acertarle en la entrepierna, lo que hace que afloje su agarre. Llevo la cabeza a la del disfraz con tal velocidad que me mareo. Esta vez, la mano de la sombra no consigue agarrarme, pues atraviesa mi brazo. Parece que se queda desconcertada. Finalmente, acaba por fundirse en el suelo y desaparecer. Me dejo caer al suelo para, con un suspiro de alivio, llevarme una mano al pecho. Es entonces cuando palpo el pecho artificial del disfraz. Me sonrojo, pero decido dejármelo puesto un poco más. Sólo hasta que todo el alboroto desaparezca.
mixmac Novato
Cantidad de envíos : 7 Fecha de inscripción : 05/09/2016 Localización : In the space
Tema: Re: Mareas misteriosas Jue Mar 12 2020, 20:56
Me resulta muy extraño haber sido invitado a un crucero y encima con fiesta de disfraces siendo esto lo más resaltado del viaje. No es que no me guste disfrazarme, solo que la vergüenza me carcome por dentro, pero me decido ir al crucero y si hace falta me meto de cabeza en el disfraz que me toque.
Un tiempo después estando en el crucero me separé para bajar a mi habitación para prepararme para la fiesta de disfraces. Mientras caminaba a mi camarote me di cuenta que me tocó la parte más profunda del barco casi, podía ver que el pasillo principal era bastante grande e iluminado, pero los pasillos de los camarotes eran bastante más estrechos y oscuros (me imagino que tendrán algún botón o sensor para que se enciendan las luces), no le doy mayor importancia siguiendo el camino hasta mi habitación.
Al llegar a la habitación vi que era muy estrecho, con un camastro algo cutre, un aseo bastante decente comparado con el camarote y un armario demasiado grande.
- De verdad me ha tocado esta porquería de camarote…. Al menos mirare a ver que disfraz me ha tocado.
Abrí el armario y me encontré no con 1 sino con 5 disfraces.
- A ver que tenemos aquí, un traje de sirvienta con peluca..., me da que me niego a usarlo, otro traje de mujer (¿me están tomando el pelo?). Esto me está desanimando. Bueno, que más tenemos por aquí. Dos trajes de animal, uno amarillo pollo que no me termina de convencer y otro de lobo que creo que es muy grande, parece que es la mejor elección. Y por último tenemos un traje de un bicho. ¡Oh! Es un alíen, esto tengo que usarlo, aunque no sea para la fiesta.
Después de ponerme el disfraz de alíen me fui a uno de los pasillos oscuros.
- Jijiji lo que me voy a reír cuando pase la gente por el pasillo.
Me quedo al acecho un rato hasta que pasa la primera presa.
No me ha visto al pasar, me augurado unos segundos para ir a su encuentro hasta situarme muy de cerca intentado no hacer mucho ruido esperando a que se media vuelta, unos cuantos pasos después se da cuenta que algo le está siguiendo, dándose la vuelta se encuentra con la cara del disfraz a la altura de sus ojos, pone cara de pánico mientras giro mi cabeza y empiezo a temblar mientras suelto un rugido gutural con la garganta, el grita pavorosamente huyendo más rápido de lo que me podría esperar.
- Qué pena no haber tenido una cámara para grabar esa cara de pánico. Bueno vamos a por el siguiente. Espero que sea una chica ahora. Después de unas horas asustando gente y ya satisfecho de ser mala gente por un ratejo me voy al camarote, donde me cambio el disfraz.
- Ahora sí que estoy listo para la fiesta, ojala la gente vaya con algún disfraz de este tipo, me sentiría muy raro siendo el único de animal, aunque pensándolo bien tengo muchos chistes malos para animar (La gente es tan perra que me pongo en su piel).
Me rio de mí mismo por el chiste tan malo y salgo del camarote dirigiéndome a la fiesta.
- ¿No hay demasiados gritos? espera, ¿el barco se está inclinando?. - Mierda. Sí, se está inclinando y de una manera muy fea.
Deseo estar soñando, pero no lo creo que sea un sueño.
Me agarro fuertemente donde puedo, pero con el disfraz se me hace imposible aferrarme durante mucho tiempo. Cinco segundos después me resbalo y me pego una piña, quedándome inconsciente.
Un tiempo después me despierto empapado desorientado en una costa. No veo más que restos por todos lados, cosas que no me llaman la atención.
- ¿Dónde narices estoy? Por lo que veo vivo.
Miro con un poco más de detenimiento la zona, pero sigo sin ver ni nadie y nada útil, pero si veo algo de humo en la isla. Al empezar a andar siento de repente mucho frio y lo mucho que me cuesta avanzar por el peso dándome cuenta que estoy empapado y con el disfraz pensado para mí aun puesto.
-Ja ja ja, que gran invento las gomas en el gorro para que no se caiga, ahora creo que me va a partir el cuello del peso y encima no tengo ropa para cambiarme, tal vez el humo sea una hoguera secar esta cosa.
Dicho esto para mí mismo ya que no hay ni un alma alrededor empiezo mi lenta y pesada caminata hacia el humo.
En verdad me llamo Franky El Corruptor
Cantidad de envíos : 676 Fecha de inscripción : 26/04/2011 Edad : 30 Localización : Entre el reino de la luz y el reino de la oscuridad...
Tema: Re: Mareas misteriosas Dom Mar 15 2020, 22:41
Pues ahí estoy, dejándome seducir por las luces, la música y el buen rollito que hay en esta fiesta. Ni idea de la razón de por qué se celebraría nada en mitad de tierra de nadie, pero estar en ese ambiente junto a gente que crees conocer, por tener aspectos de personajes que he visto, es algo que me llena de euforia.
Me había quitado la cabeza falsa del disfraz porque empezaba a tener calor, haciéndome dar cuenta de que aún llevaba ese conjunto. Me detengo junto a un puesto de comida, estando al lado de otros que habían acudido allí para tomar algo. Desde ahí puedo ver perfectamente a los demás divertirse. En concreto, me fijo en una persona disfrazada de burro o asno. Éste no me engaña tanto como los demás, pues el aspecto que tiene es el que tendría alguien con uno de esos fursuits puestos. A pesar de que pienso que debería tener dificultades para moverse, demuestra habilidades de baile bastante decentes. En uno de sus meneos, la cabeza del disfraz se le cae, mostrando el rostro de una chavala. Apenas se da cuenta de esto, se agacha para recoger la cabeza.
-Chavala: Joeh, la torpeza.
Tras mirar a su alrededor y poner después la mirada en esa parte de su disfraz, se lo vuelve a poner encima. Parece que el descuido le hace gracia, pues empieza a reírse escandalosamente. Todo normal hasta que esa risa es sustituida por rebuznos. Sus compañeros, o al menos juzgo así a quienes le rodean, primero muestran sorpresa, pero no tardan en reír también. A continuación, los movimientos de la chica se hacen más torpes, como si de pronto las piernas que tuviera no fueran suyas. Entonces, ahí donde cayó la cabeza de su disfraz, cae ella ahora de boca. Afortunadamente, sus brazos logran aguantarla. Espero a que se levante, pero por alguna razón no consigue ir más allá de hacer el ademán. En menos de lo que me había dado cuenta, la veo brincar a cuatro patas, además de continuar rebuznando, como lo haría el animal que representa en un estado de terror. Ya cuando la escena me está recordando demasiado a esa de Pinocho y los burros, el rebuzno se va para dar paso a una voz masculina.
-Chavala: ¡AH, AYUDA, ME HE CONVERTIDO EN UN BURRO! Un momento… ¿Por qué tengo la voz de José Mota?
Algunos se le quedan mirando perplejos mientras que otros sueltan carcajadas. Yo pertenezco al primer grupo. Unos gritos se oyen y logran sacarme del asombro anterior. Miro en la dirección de donde han procedido, topándome con antinaturales sombras que reptan por el suelo. Ahora soy yo el aterrado. Esta vez no estoy viendo a otras personas con increíbles disfraces, de eso estoy seguro, sino otra cosa, algo venido de un mundo fuera de mi comprensión. Hay dos formas de reaccionar ante el miedo; una es enfrentarlo y la otra es huir de él. Elijo la segunda. Con la cabeza falsa todavía bajo el brazo, empiezo a correr por mi vida, junto a otros que parecen también haberse dado cuenta del peligro. A pesar de que no me atrevo a voltear la mirada, sé que se acercan a mí a gran velocidad. A nada de tenerlos encima, rindiéndome ya a la desesperación, unas manos surgen de una tienda de campaña, me agarran y me arrastran al interior.
-Yo: ¡Ah, socorro! ¿Qué-?
El forcejeo había hecho que me pusiera la cabeza, pero al revés. Rápidamente la giro para contemplar qué se me ha venido encima. Es así como me encuentro de frente a Deadpool. Bueno, a alguien disfrazado de Deadpool.
-Deadpool: Ven conmigo si quieres vivir.
Xalcer Adepto
Cantidad de envíos : 86 Fecha de inscripción : 03/12/2014 Edad : 29 Localización : Con mi melocotonero
Tema: Re: Mareas misteriosas Miér Mar 18 2020, 22:02
Casi tropecé cuando la espesura de la arboleda se abrió abruptamente en un estrecho camino cubierto de raíces y tierra. El cielo estrellado podía entreverse entre el follaje de los árboles, otorgando un poco de visibilidad a la zona. Hasta aquel momento las danzarinas y esquivas luces no habían sido si no una mera sombra en la distancia pero ahora habían desaparecido por completo. Ni rastro de ellas a ambos lados del camino ni en la arboleda que volvía abrirse frente a mí.
- Genial...
Me derrumbé contra un tocón. No sabía cuanto tiempo llevaría corriendo tras aquel espejismo o siquiera si la playa seguiría cerca. Estaba completamente perdido. El silencio del bosque resultaba escalofriante. El crujir de las ramas ante la fuerza del viento y el roce de las hojas hacían que se me erizara la piel. Era como si el propio bosque fuera a echárseme encima en cualquier momento. Una lejana melodía rompió mis temores, o, más bien los acrecentó. Una melodía que no prevenía del bosque. Apoyándome en el Aguijón me levanté tan rápido que la cabeza me dio vueltas por un momento y seguí el sonido a través del angosto camino.
El traqueteo de ruedas se unió a la música y no tardé en vislumbrar nuevamente luces en la distancia. Unos farolillos de aceite bailaban de un lado a otro, proyectando tenebrosas sombras en los alrededores mientras la caravana avanzaba lento pero seguro entre las piedras del camino. Algunas de las vagonetas, arrastradas por caballos, portaban mástiles y grandes lonas propias de un espectáculo, otras tenían un amplio techo de retal rojo pintados con motivos propios de un festival. En el último de los vagones, una figura solitaria se hallaba sentada en la parte de atrás, el acordeón entre sus manos siendo el origen de aquella música.
- ¡Hey!
No pareció oírme. Al darles alcance vi que llevaba un extravagante traje gris que cubría un cuerpo rechoncho y robusto. Una máscara blanca como la nieve con marcas de ceniza le ocultaba la cara casi por completo. En cuanto me acerqué dejó de tocar aquella siniestra melodía, bajando la mirada observándome con sus grandes ojos negros pintados.
- ¿Hola? - pregunté siguiéndoles el paso, quitándome la máscara.
- ...Mrmm. - resonó con una voz profunda y pausada.
- ¡Hola! Sí, esto... Necesito ayuda. Estábamos en un crucero y... no sé qué ha pasado. Hubo un accidente o algo y llegué a parar a aquí. La verdad es no sé qué hacer. ¿Tienen algún teléfono o algo para poder llamar a emergencias o a la policía?
Dejó de tocar de nuevo, observándome fijamente con esos ojos negros. Negó con la cabeza.
- Oh... ¿Al menos puedes decirme si hay alguna ciudad o pueblo cerca?
- ...Mrmm. Habla con el maestro.
- ¿El maestro?
- ¡BRUMM!
La caravana se detuvo y alguien bajó del frente de la caravana, alzando murmullos del resto de miembros en el interior de las tiendas mientras el resonar de las pisadas se acercaba.
- ¡Brumm, ¿se puede saber por qué has parado de tocar?!
Una elegante capa gris de cuello alto resplandeció a la tambaleante luz al aparecer tras el vagón. Su portador tenía un altura considerable, la capa siendo incapaz de cubrirle por completo, dejando a la vista sus delgadas piernas acabadas en unas botas altas. Tenía el pelo recogido en una corta coleta y, al igual que el llamado Brumm, ocultaba su rostro tras una máscara blanca con marcas negras y unos amplios ojos carmesíes.
- Vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Una oveja descarriada de su rebaño? Deberás disculparme, tu llegada es inusual e inesperada, mas no nos es nongrata. - Hizo un reverencia, trazando un arco con su capa. - Mi nombre es Deen y te doy la bienvenida a nuestra humilde Tropa. ¿Qué infortunio te ha alejado tanto de tu curso y llevado hasta nuestra presencia?
- Eeh... T-tuvimos un accidente en alta mar. Me desperté en la playa solo y vi unas luces en el bosque, así que las seguí hasta aquí en busca de ayuda.
- El bosque es un lugar peligroso por el que merodear sin rumbo. Sus habitantes se deleitan con aquellos que se pierden, o quienes se niegan a aceptar la felicidad. - Un escalofrío me recorrió la espalda, lanzando una rápida mirada de reojo a la espesura. Me sobresalté cuando el maese puso una mano enguantada sobre mi hombro. - No temas, nada nos agradaría más que ayudar a un alma perdida a recobrar su camino. Acompáñame. Brumm, sigue amenizando nuestro viaje.
El subordinado reanudó la orden mientras el maestro de aquel convoy me acompañaba hasta el primer vagón. Mi sentido común me gritaba que no era muy buena idea, pero era mejor que deambular por el bosque sin sentido así que opté por dejarme llevar, sin soltar el Aguijón en ningún momento. Los murmullos se silenciaban cada vez que pasábamos junto a cada vagón y se podía ver cómo las cortinas se cerraban a nuestro paso. Alguna que otra vez llegué a entrever unas máscaras similares observándonos en la oscuridad. Una vez llegamos a la cabeza, Deen me indicó educadamente que subiera al asiento del conductor junto a él.
- Y... ¿a dónde vamos? ¿Hay algún pueblo o algo cerca? - pregunté una vez los caballos comenzaron de nuevo la marcha, la música del acordeón rompiendo el silencio de la noche.
- Mi recién hallado amigo, nuestras actuaciones, aunque sublimes, carecen de sentido alguno sin un público al que impresionar. ¿De qué sirven nuestros actos, si no arrebatan el aliento de su espectadores? ¿Qué valor tiene nuestra música, si no emociona a quien la oye? No, requerimos de una audiencia, y nos encontrábamos en ruta hacia ella en el momento de tu estimada aparición.
- ¿Cuánto tiempo crees que tardaremos en llegar?
- Quién sabe. - Se encogió de hombros y sacudió la cabeza. - Puede que unas horas o puede que solo un par de minutos. Estos caminos son retorcidos y les gusta jugar con sus transeúntes.
Me recosté contra el respaldo del asiento suspirando con suavidad y cerrando los ojos un momento. No tenía ni idea de lo exhausto que estaba, física y mentalmente. Habría caído en un profundo sopor en aquel momento de no ser por el continuo traqueteo de la carreta. Mi cabeza no paraba de volver al barco, a esa misma mañana en la que subíamos tan alegremente a bordo, sin saber que una horas después todos iban a... No, no debía pensar en ello.
- Libera tu cabeza de esos ajetreados pensamientos. - dijo con una sonora risotada. - No hay lugar para ellos en nuestro querido Leblaot. La buena gente de Osapuoli te ayudará a olvidar tus problemas, ya lo verás.
- ¿Osapuoli?
Sin dejar de mirarme con esos ojos carmesíes, señaló al frente con las riendas. Allá en el bosque, donde antes solo había oscuridad, una nueva fuente de luz había surgido. Los árboles comenzaron a apartarse del camino poco a poco, dejando a entrever un amplio claro en la distancia. Traté de agudizar la vista para ver entre el ramaje, pero los agujeros de la máscara limitaban bastante mi campo de visión, por lo que opté por quitármela, respirando el limpio aire de la naturaleza. La cosa era, no tenía recuerdo de habérmela vuelto a poner en ningún momento.
- ¿Esos son...?
- ¡La alegre y animada Osapuoli, por supuesto! Todos los recién llegados a nuestro querido país de Leblaot se dirigen hacia allí. Hace días que no paran de llegar visitantes y nuestro deber es darles la mayor de las bienvenidas.
Numerosas tiendas de campaña y puestos de comida cubrían hasta donde alcanzaba la vista y un animado alboroto comenzaba a hacerse notar a medida que nos acercábamos. Cientos de personas embutidos en disfraces de personajes de todo tipo charlaban y brindaban, comían y festejaban como si nada hubiera ocurrido. Algunos llevaban el traje tan natural que daba la sensación de que no llevaban puesto ninguno. Aquellos que no se encontraban vestidos parecían mareados o confusos, pero sus compañeros no tardaban en contagiarles de su buen humor.. La caravana se detuvo en un claro cercano, llamando la atención de la gente cercana. El resto de la tropa se puso manos a la obra y comenzaron a descargar y a montar todo el tinglado mientras una pequeña aglomeración de fiesteros comenzaba a formarse llevados por la curiosidad.
- Ah, Osapuoli, donde siempre es fiesta. Aunque, en mi humilde opinión, no es una verdadera fiesta hasta que llegamos nosotros. - añadió el maese susurrándome al oído con una breve risa. Bajó de un salto y me ofreció su mano para ayudarme. - Aquí nuestros caminos se separan. De momento, espero. Aún tardaremos un poco en empezar, pero cuando el espectáculo comience, te tendremos reservado un sitio muy especial. Mientras tanto, únete a la fiesta. La noche aún es joven, y quién sabe lo que puede ocurrir.
M'sheireus Huua Daime'é
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Tema: Re: Mareas misteriosas Vie Mar 20 2020, 20:48
La casa se abre a mi, y de ella sale quien, a ojos vista, es Aqua de Kingdom Hearts. No es que parezca. Es Aqua, sin lugar a dudas.
-Yo:¿Aq-?
Me agarra y tira rápidamente de mi adentro. Antes de poder decirle nada, se gira y cierra la puerta con llave. Se gira hacia mi. Su delicado rostro languidece con miedo.
-Aqua:¿Se han ido ya?
-Yo:¿Eh?
-Aqua:¡Las sombras!¡¿Se han ido ya o no?!
-Yo:Creo...creo que sí.
Voltea hacia la puerta y mira por la mirilla durante unos segundos que se me hacen eternos. Rápidamente y con decisión, la elegida anda hacia mi y coge la cabeza del disfraz. Noto su olor afrutado mientras forcejea, intentando inútilmente quitarme el accesorio. Jadeante, se aleja de mi.
-Aqua:Lo que suponía... -Retrocede y se sienta en una silla.- ¿Puedes quitártela?
Accedo a hacer lo que me dice. Fuera, el caos que trajeron las sombras empieza a ser sustituído por música, risas y fiesta. No se percibe ni un llanto. No se escuchan gritos. Sólo ciega y hedonista alegría.
-Aqua:Eres nuevo, ¿no? -Asiento.- Bien. Pues vete de aquí mientras puedas.
-Yo:Vaya manera de recibir hay aquí. ¿Qué pasa en este pueblo?Porque, visto lo visto, este lugar no va a dejar que me quede.
-Aqua:No lo hagas. No acabes como ellos... O como yo.
-Yo:Yo te veo bien, Aqua.
-Aqua:¡NO ME LLAMES ASÍ!No...No soy Aqua. Puedo parecerlo, pero no lo soy. Ni siquiera conocía a este personaje hasta que llegué a la playa y alguien me lo dijo. Como ninguno de ellos es quien parece ser. Es culpa de esos... disfraces. Parecen normales, pero no. Te llaman, sí. Y te protegen de las sombras. -Un escalofrío me recorre mientras paso mi mano por la muñeca que la sombra tocó hace escasos segundos.- Pero todo tiene un precio. Al final, el disfraz se hará uno contigo irremediablemente. Conmigo medio puede pasar, pero seguro que los has visto fuera. Personajes de dibujos, que no tienen cabida en nuestro mundo. Cuando se llega a ese punto, olvídate. Ya no es un disfraz: es piel. Y date con un canto en los dientes si recuerdas quien eres. Algunos cambian incluso de personalidad.
Intentando que no me invada el pánico, me quito el resto del disfraz.
-Aqua:Quítatelo todas las veces que quieras. Cada vez se irá haciendo más real. Primero la ropa del mismo se separará del resto del cuerpo. Quizás los ojos acompañen al movimiento que tu hagas. Vete a saber. Y notarás que cuesta más quitártelo. Quizás te quede algún rasgo del mismo al hacerlo durante unos instantes. Pero, al final, acabarás como yo. O como ellos.
No quiero creerla, pero no puedo negar que tengo a Aqua frente a mis ojos. Ni que la mujer esa casi parecía la chica de Kimetsu no Yaiba. Como demonios se llame.
-Yo:...¿Cómo te llamas?
La chica mira a un lado.
-Aqua:Yo... no lo recuerdo.
-Yo:¿No decías...?
-Aqua:Algunos de nosotros... no nos quedamos en los polos de "cambiamos" o "nos mantenemos". Puede que aparezcan rasgos del personaje. O recuerdos. O que olvides cosas. Yo... Yo soy de esas. Recuerdo que antes tenía unos 20 años. Quizás algo más. Creo que tenía padres y amigos. No sé exactamente de donde era, pero... pero poco más.
El ambiente, ya tenso de antes, se enrarece. Y no sé si será por la posición en la que estoy ahora mismo, o porque su aspecto es el de un personaje que me gusta, pero siento lástima por la chavala.
-Yo:¿Qué te parece Carla?
Aqua me mira.
-Aqua:¿Qué?
-Yo:Carla. No sé por qué, pero tienes cara de Carla. Si no quieres ser Aqua, ese podría ser tu nuevo nombre, ¿no?
La chica se queda en silencio. Al momento, sonríe tímidamente.
-Carla:Supongo que sí.
-Yo:¿Y por qué no te vas de aquí, Carla?
Se escucha un solo de guitarra en la calle que casi nos deja sordos durante unos minutos. Después de eso, gritos de nuevo. Luego, sólo silencio. La fiesta parece haber acabado por hoy. Por la cara de Carla, parece ser lo normal.
-Carla:...Me da miedo. Osapuoli es lo único que he visto desde que llegué. Cada vez que intento irme, la fiesta me invade. Al final, siempre me quedo. De todas formas, no sé para qué irme. No recuerdo nada ni tengo a nadie. Quizás este sea mi sitio... Pero luego está lo de Kizennim.
-Yo:Antes me hablaron de él. O Ella. ¿Quién es?
-Carla:Nadie de Osapuoli lo sabe en realidad, pero dice que es capaz de hacer que las sombras dejen de ser un problema. Otros dicen que es capaz de quitarte el disfraz. Hace poco alguien que estaba de paso nos contó incluso que puede enviarnos a casa.
El corazón me da un vuelco.
-Carla:Eso te ha gustado, ¿eh?
-Yo:Pero... no sé adonde ir. ¿Y la comida?
-Carla:Estás haciendo lo mismo que todos los que estamos aquí. Por lo pronto, sigue el sendero que hay frente a la hoguera central. Llegarás a Nigis. Dicen que hay gente muy capaz allí. Puedes pasar la noche aquí si quieres, pero a primera hora de la mañana tienes que irte. O ya no saldrás de aquí nunca.
En verdad me llamo Franky El Corruptor
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Tema: Re: Mareas misteriosas Miér Mar 25 2020, 21:10
-Yo: … ¿Deadpool?
-Deadpool: Para nada, chaval- se asoma un momento a fuera de la tienda y vuelve a meterse dentro-. A ver, entiendo por qué lo dices, pero esto no es más que un disfraz… Al menos eso era así hasta hace unos días.
-Yo: No entiendo.
-Deadpool: Empecemos por lo básico y pon atención. Vamos a aprovechar que todavía no te nos has ido del todo. Mi nombre es Cristian y era un chaval como tú hasta que empecé a ponerme este traje. Muy chulo, ¿verdad? Yo pensé lo mismo y, entre eso y que me encantaron las dos pelis de Deadpool, incluso jugué a su juego que me regaló un amigo, me ponía esto cada dos por tres. Se siente genial, me sentía invencible, incluso juraría haber recibido un corte en la mano que desapareció en nada y menos. No le di muchas vueltas hasta que me encontré a otra persona que me dijo lo mismo que intento decirte. Los disfraces nos convierten en los personajes que llevamos.
-Yo: No puede ser- le miro incrédulo-.
-Cristian: ¡Esa fue mi respuesta! Pero todo cambió cuando pasaron dos cosas en mi vida; uno, vi cómo la misma persona que trató de advertirme se convirtió en una persona totalmente distinta. Ya ni le podía reconocer. Y la segunda- se quita la máscara del traje con toda naturalidad, descubriendo el rostro deformado que suele tener el mismo personaje de cómics. Él mismo puede ver mi cara de asombro al verle- No, no es ninguna máscara muy bien hecha- se toca la cara y luego señala a partes de su cuello- Éste soy yo ahora. Así es mi cuerpo ahora. En fin, el lado bueno de esto es que me parezco un poco a Ryan Reynolds.
-Yo: Joder...
Lanzo la cabeza de mi disfraz a un extremo de la tienda y empiezo a desvestirme.
-Cristian: ¡Excelente, has pasado del estado número 1, “incredulidad”, al estado número 2, “pánico”! Déjame decirte que no servirá de nada. Dentro de unos minutos desearás llevar rosa de nuevo.
Me detengo y dirijo una vez más mi atención hacia él.
-Yo: ¿Y qué puedo hacer?
-Cristian: Haces muy bien en preguntarme, pues soy el único que tiene la clave de tu supervivencia y estoy dispuesto a desvelarlo en estos momentos… - mira a un lado y luego hacia otro-. Vaya, pensaba que algo iba a interrumpirme de manera brutal y sanguinaria. ¿Para qué edad es esto? ¿Se permiten decapitaciones? Bueno, no importa. ¿Has oído de la iniciativa Vengadores?
-Yo: ¿Qué?
-Cristian: … La verdad es que esperaba un cliffhanger llegados a este punto. Me dejaré de rodeos. Se rumorea que hay alguien llamado Kizennim que es capaz de resolver todo esto, desde el tema de los disfraces hasta llevarnos a casa. Estoy buscando a gente que no haya perdido todavía la cabeza para encontrarle. ¿Qué me dices? ¿Te unes a mí?
-Yo: … No sé, parece peligroso.
-Cristian: ¿Y crees que no corres peligro aquí también? No solamente están esas sombras, que te llevan a Dios sabe dónde, sino que está la misma gente. Date cuenta que se están transformando en personajes de ficción de todo tipo. ¿Cuánto tiempo tenemos antes de que alguien asimile completamente su nueva personalidad? ¿Cuánto para que uno de ellos se transforme en un dictador sociópata o un supervillano con poderes para pulverizarnos a todos?- se pone la máscara y se levanta-. Decide lo que quieras, pero tiene que ser ahora, porque en menos de lo que te darás cuenta, en este ambiente, te convertirás en ese personaje rosa que estás destinado a ser.
Le miro. ¿Qué otra cosa puedo hacer si no es seguirle? Ya me había dado cuenta de que todos los demás están embriagados con esta fiesta eterna. Y este tal Cristian parece ser el que más cosas sabe sobre este asunto. No me veo realmente con opciones. Yo también me levanto y recojo la cabeza de mi disfraz. Fue sólo en ese momento cuando me percato de ello. Tiene razón. Mi cuerpo se acababa de mover casi por voluntad propia para estar junto a lo que, posiblemente, termine siendo mi segunda piel.
-Yo: Yo…
Se oye un estruendo de afuera. Ambos miramos sobresaltados hacia el exterior. Mi miedo me hace retroceder. Cristian demuestra una mayor valentía y se asoma.
-Cristian: ¡Mierda, lo que te estaba diciendo!
M'sheireus Huua Daime'é
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Tema: Re: Mareas misteriosas Lun Mar 30 2020, 02:57
El sonido de fiesta me hace abrir los ojos. Ha llegado la mañana, y con ella el momento de decidir si me quedo aquí o me largo para no volver. Carla no parece estar ahora mismo en casa y, a pesar de que me da apuro irme sin decir nada, sus palabras no dejan de resonar en mi cabeza.
-Yo:"O ya no saldrás de aquí nunca".
Hace un par de días habría pensado que todo es una exageración. Una locura. Bueno, sigo pensando que todo esto es una locura, pero ha sido la mismísima Aqua la que me lo ha dicho. Un personaje de videojuegos. Si eso y sombras que literalmente pueden tocarte son reales, ¿por qué el hecho de que una fuerza me impida irme y me haga unirme a la fiesta no? ¿Y que haya alguien capaz de parar todo esto y devolverme a casa?¿Quizás hasta a ayudarme a encontrar a mi familia?
-Yo:¡Hostia! -Me pongo en pie.- ¡Mi familia!
A pesar del azorado pensamiento, vacilo antes de salir de la casa. Algo dentro de mi me dice que me quede. Que la comida de anoche estaba bastante bien. Que la música suena de escándalo. Que baile hasta el alba... Y que me siente a relajarme. Cuando lo hago, siento el mullido disfraz bajo mis posaderas. La suave textura me hace saltar como un muelle. No puedo quedarme aquí. No sin saber dónde está mi familia, ni sin saber si puedo volver a casa o no. Aferro el disfraz, me lo pongo casi sin darme cuenta y salgo de la casa. No será hasta un rato después cuando me pregunte por qué me he puesto el disfraz, pero ya estaré demasiado lejos de la casa como para que Carla me pueda responder a nada. Por suerte, esta vez no parece que vaya a perderme, pues el camino es claro.
-???:Oye, tu.
Me giro, y a quien me encuentro no es otro que al mismísimo Dante Sparda, acompañado por un chaval de unos 15 años.
-Chaval:¡No quiero ese!¡Es de chica!
-Dante:Anda, cállate. -Saca una pistola.- Lo siento, chavala, pero te voy a tener que pedir que te quites ese disfraz.
-Yo:Pero yo...
-Dante:...o chaval. -Tira del percutor hacia atrás, cargando el arma.- Verás, la cosa es así: este chico de aquí es mi hijo. Cuando llegamos, el chico perdió el disfraz mientras huíamos de un monstruo g-
-Chaval:¡Ya te he dicho que fue un accidente!
-Dante:Sí, sí. La cuestión.- Se va acercando a mi.- Necesita algo con lo que protegerse de las sombras. No sé durante cuanto tiempo más voy a poder protegerlo y, aun a riesgo de que pueda cambiar parte de su personalidad, es mejor eso que no volver a verlo. ¿No crees?
-Yo:Pero si se lo doy...
-Dante:Las sombras le atraparán, sí. No es mi problema, chico.
Me quito la cabeza del disfraz.
-Yo:Por favor...
Dispara cerca de mi pie.
-Dante:Date prisa. No quiero arriesgarme a que nos pillen en medio de la nada. Ni quisiera mancharlo más de lo estrictamente necesario.
-Yo:¡¿Qué padre le enseña a su hijo que asaltar y sacrificar a otros es lo que hay que hacer en situaciones desesperadas?!
-Dante:Uno que ya ha perdido parte de lo que es y que está lo bastante desesperado. Tienes diez segundos. -Saca la otra pistola y carga ambas.- Más te vale darte prisa.
No tiene que decírmelo dos veces. Me lo quito y lo lanzo a sus pies. Con un vuelco en el corazón, veo como lo coge. Otra vez noto el impulso que me asaltó en la casa de Carla. Una parte de mi me dice que me lance a por ellos y que les estampe la cabeza contra el árbol más próximo. Que salga corriendo a recuperar aquello que tanto placer me puede dar... Pero esa voz se apaga cuando me apunta de nuevo con la pistola mientras el chico recoge el disfraz.
-Dante:No ha sido tan difícil, ¿eh?
Sin nada más que decirme, la pareja se va. Y ahí me quedo yo, tembloroso y sin protección frente a las sombras, con decenas de pájaros piando en una melódica risotada.
[Los que habéis sacado de diez para abajo perdéis el disfraz. Feliz tirada]
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Tema: Re: Mareas misteriosas Dom Abr 12 2020, 14:10
-¡Te mandaré al mismo infierno del que saliste, escoria gorgonita!
Vemos a un tipo fornido con conjunto militar pelear cuerpo a cuerpo contra una bestia humanoide.
-Bestia: Sólo buscamos la paz. Pero eso no quiere decir que no vaya a defenderme.
El Deadpool y yo seguimos observando desde la distancia, a salvo en la tienda de campaña.
-Yo: ¿”Pequeños Guerreros”?
-Cristian: En tamaño real. Menos mal que esta vez no van con armas de fuego- un diminuto estallido alcanza la tienda y la derriba, atrapandonos a nosotros entre la tela-. ¿No te encanta cuando el universo te contradice? ¡Corre!
Nos arrastramos para salir de la tienda caída, nos levantamos y echamos a correr. Sigo a Cristian, aunque tenga mis dudas sobre si realmente sabe a dónde va. Nos adentramos en la espesura, esperando desaparecer de la vista de cualquier curioso. El sonido de la pelea se va apagando.
-Yo: ¿Ahora qué?
-Cristian: Nos reunimos con el equipo. Pude hablar con otros cuatro más a parte de ti. Siguen siendo ellos mismos y están interesados en largarse a sus propias vidas- continuamos corriendo entre los árboles-. Deben de seguir esperándome.
Ya pasados unos minutos, paramos de correr, descansamos un rato y nos ponemos nuevamente en marcha, esta vez andando. Llegamos a un claro, donde en cuyo centro hay una hoguera apagada. El Deadpool se detiene y mira a su alrededor, como buscando algo o a alguien. Hago lo mismo para ayudarle.
-Yo: ¿Qué estamos buscando?
-Cristian: Pueees… ¿Nuestros compañeros de aventura? ¿Aquellos con los que compartiremos momentos y experiencias que nos harán crecer como personas y nos ayudarán a ser una versión mejor de nosotros mismo?
-Yo: … Lo siento mucho.
-Cristian: No te compadezcas todavía. Estoy seguro que han salido a conseguir comida, recursos… O a mear en un árbol.
Durante la siguiente hora esperamos al regreso de estos “compañeros” nuestros, durante la cual cae la noche. Deadpool mantiene una actitud positiva mientras sigue buscando por los alrededores, hasta que finalmente algo quiebra en él.
Cristian: … ¡Serán hijos de la grandísima-!
M'sheireus Huua Daime'é
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Tema: Re: Mareas misteriosas Vie Abr 17 2020, 19:06
Con mil ojos a mi alrededor y una interminable sensación de incertidumbre, pongo un pie tras otro hasta llegar a mi destino, Nigis. Las calles son brillantes como el metal. No. No "cómo". Están literalmente hechas de metal, de un tono celeste, como la mayoría de edificios. A diferencia de la playa donde llegué, no se ve ni rastro de agua, cabañas o música. Coches voladores pueblan el cielo de la ciudad, y por doquier se escucha una estática que deseo escuchar lo suficiente como para poder ignorarla. Por su parte, más allá de los que llevan disfraces encima, puestos o los que ya se han perdido en su personaje, hay locales. Son robóticos y, a primera vista, podríamos decir que elevados. Da hasta un poco de impresión acercarse a ellos.
-Yo:Bueno, chaval. Ya estás aquí... y sin plan. Que bien, oye.
Me acerco a uno de ellos. Su forma es andrógina, y su cuerpo está cubierto de metal blanco con algunos acabados del mismo tono que las calles.
-Yo:Disculpe.
Sin motivo aparente, me siento amenazado cuando me ve. Supongo que la ficción y mi fobia a los maniquíes ha contribuído a ello.
-Yo:He llegado a esta isla hace poco, y desde Osas... eh... Osal... Bueno, la aldeíta de la playa. Me han dicho que busque a Kizennim, y que este sería un buen lugar para hacerlo. Más o menos.
Me mira de arriba abajo.
-Robot:Vienes de Osapuoli. ¿Dónde está tu disfraz?
Inconscientemente, giro mi cabeza hacia el bosque a mis espaldas.
-Robot:Entiendo por tu gesto que no está contigo en estos momentos, y que posiblemente no lo estará en un futuro inmediato.
-Yo:No a menos que encuentre a quien me lo robó y se lo pueda quitar, cosa que es difícil teniendo en cuenta que va armado.
-Robot:Te sugeriría descartar la posibilidad, dado el peligro que entraña. Acompáñame, por favor. En Nigis disponemos de un establecimiento para casos como este.
Acompaño a la figura metálica. Ahora que me fijo, sus rasgos están bellamente esculpidos, con una delicadeza que me cuesta aceptar que la haya hecho una cadena de montaje. Aparto la mirada cuando se gira al mirarme. Su voz, suave pero con un tono distante, prosigue.
-Robot:Aquí detestamos los problemas y el jolgorio de Osapuoli, cuanto más aún si algún orgánico es atrapado por las sombras al no llevar protección. Dicho lo mismo... -Siento como si me escanease con la mirada.- Tampoco te sería posible ir a buscar a Kizennim sin nada que te proteja de ellos. Y la Niebla también sería un problema para vosotros, los que necesitáis respirar. Mi experiencia me dice que querrás que proporcione información, y te será dada una se te sea concedido un disfraz.
Llegamos a un pequeño establecimiento. Diría que ni siquiera cabrían más de dos personas simultáneamente, pues el espacio da para poco más que un pequeño vestidor y una zona común. No se ve siquiera género disponible para elegir. Mi acompañante me incita a entrar. Otro de esos robots, exactamente igual que el que me ha acompañando hasta el local, me recibe.
-Robot:Como antes te decía, es necesario que adquieras un disfraz antes de proseguir.
Cierro la puerta tras de mi para luego girarme. El robot sigue ahí fuera, esperando a que salga.
-Robot:Todos los habitantes de Nigis compartimos una misma consciencia colectiva, por lo que puedo saber qué ocurre todo lo que ocurre en todo lo que ocurre en t-t-
Durante un momento, el robot parece desconectarse. Segundos después, vuelve a su ser.
-Robot:Disculpa las molestias, orgánico. El software ha de actualizarse esta noche, pues está comenzando a dar errores. Como antes te indicaba, es menester que tengas un disfraz. -Su pecho se abre en dos, mostrando un panel táctil.- Por favor, coloca tu mano en el panel para poder seguir.
Inseguro, hago lo que me dice. Veo como un haz de luz escanea mi mano mientras la mano izquierda del robot se abre, mostrando una clavija que introduce en un agujero de la pared.
-Robot:La Niebla es un fenómeno que ocurre en las islas. Es mortal para los recién llegados, pero parece que los disfraces actúan como filtro ante su presencia, y termina de integrarse en aquellos que se unen totalmente al mismo.
Escucho un ruído proveniente del vestidor. La pantalla deja de escanear, y aparece un mensaje indicando que vaya a comprobar la fuente del sonido. Tal y como era evidente, es el que de ahora en adelante será mi disfraz... y futuro cuerpo, a menos que encuentre al tal Kizennim.
-Yo:Pinche furro hasta el final, supongo...
Toco el pelaje negro de los brazos. Paso la mano por las largas orejas y, resignado, los descuelgo. Cuando me dispongo a salir, la voz me indica que me lo debo probar antes de salir y así mantener un registro de todos los que se expeden. Pongo a un lado la cabeza para enfundarme en el disfraz. Tal y como ocurría en el de Retsuko, da bastante calor. Más aún cuando me pongo la cabeza del mismo. Al salir, el robot me espera, cámara en mano, listo para el registro.
-Yo:Eh...¿Es de todos el registro o de los que reciben un disfraz aquí?
-Robot:Información clasificada.
-Yo:No soy el único que querrá ir a buscar al tal Kizennim. Si hay un registro, podría unirme a un grupo o algo.
-Robot:Información clasificada.
Me quito el disfraz. Como ocurrió anteriormente, la cabeza se ha unido a la parte del cuerpo, dejándolo como un traje integral con una sola hendidura en la espalda.
-Yo: O podría dejar como público que busco grupo. -Esta vez, el ser metálico no responde.- Y, por cierto, ¿quién es Kizennim?
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Tema: Re: Mareas misteriosas Dom Abr 26 2020, 21:20
-Cristian: ¡Puta!- toma un poco de aire-. ¡Ajá, creías que me iban a censurar!
-Yo: Pero era yo, Dio.
-Cristian: ¿Qué has dicho?
-Yo: Ah, nada… pues se ha hecho buena tarde, ¿no?
-Cristian: Es de noche… Acamparemos aquí y nos pondremos en marcha mañana.
-Yo: Dices acampar cuando lo que quieres hacer es dormir a la intemperie...
-Cristian: Con un fuego encendido. Da soluciones si te vas a quejar.
Encendemos un nuevo fuego y dormimos, haciendo cada uno un tiempo de guardia. Nos despertamos con los primeros rayos del sol y reanudamos el viaje hacia nuestro nuevo objetivo, Nigis. Poco sospechábamos que tendríamos un encontronazo.
-¡Eh, vosotros!
Miramos sólo para darnos cuenta de que estamos rodeados. Miro a uno de ellos, uno que tiene un traje rojo que cubre todo su cuerpo, con unas zapatillas rojas y amarillas de calzado, guantes exageradamente grandes con un par de púas en los nudillos que tiene puestos en sus manos, y una cabeza falsa del personaje que reconozco como Knuckles, el de los juegos de Sonic.
-¡Dadnos los disfraces si no queréis problemas!
Esto lo dice otro, un hombre al que parece costarle entrar en el vestido de 2B, personaje principal del “Nier: Automata”. Su disfraz viene a juego con una peluca blanca, zapatos de tacones y sus famosas vendas negras, con las cuales se nota que tiene dificultades de visión, pues tiene mucho cuidado de no caerse por tropezar.
-Cristian: ¿Este disfraz quieres?- pregunta para luego quitarse la máscara y mostrar su deteriorado rostro-. Como que de poco te va a servir.
-Entonces nos llevaremos el de tu amigo.
Se presenta otro hombre, uno mucho más corpulento y musculoso que sus compañeros. Eso quizá sea porque ya ha asimilado su disfraz, pues quien se presenta ante mí es un perfecto clon del Capitán Qwark.
-Qwark: ¡Eh, tú! ¿No nos has oído? ¡Dame tu disfraz!
-Cristian: ¿Para qué?
-Qwark: Hay gente que ha perdido los suyos y está desesperada por recuperarlos o conseguir otros. Pensamos aprovecharnos de eso.
-Cristian: Uy, qué mal, ¿no? Que alguien vestido de superhéroe diga esas cosas.
-Qwark: Todos estamos desesperados y nadie nos protege, así que es normal que hagas lo que sea para sobrevivir, ¿verdad?
-Cristian: Espera un momento, nosotros estamos en un viaje para volver a la normalidad. ¿No os interesaría que nos uniéramos en vez de lo que estáis haciendo?
-Qwark: Ah, ya sé quién eres. Eres tú quien va por ahí reclutando gente para encontrar a alguien que nos ayude. Venga, dime, ¿acaso has visto a esa persona que estás buscando? ¿Es fiable esa información? ¿Dónde la has oído?
-Cristian: … Me lo contó una amiga.
-Qwark: ¿Ya está? ¿Sólo por eso vas a seguir hasta el final con un rumor?
-Cristian: Es mejor eso que ir por ahí robando a otros.
-Qwark: Como si le hablara a una pared- coge de su cinto una pistola de apariencia de juguete-. ¡Tú, dame el disfraz de una vez!- ordena mientras se acerca a mí-.
-Cristian: ¡Eh, déjale en paz!
Corre hacia él con una espada en la mano que acababa de desenvainar. En su intento por pararle, tiene un traspiés que lleva su hoja al pecho del personaje del traje verde.
-Qwark: ¡AAAAAHH!
No se la clava, Cristian había logrado desviar el arma para no hacer eso, pero no consigue evitar hacerle un corte en el hombro, que es rápidamente manchado de sangre.
-Cristian: ¡Joder, lo siento!
-Qwark: ¿QUÉ COÑO TE PASA? ¡NO IBA A DISPARAR DE VERDAD!
-Cristian: ¡PERDÓN, PERDÓN! Oh, eh, ¡tenemos que ir a ver un médico!
-Qwark: ¡NO TE ACERQUES!- esta vez sí dispara, pero su puntería no acierta en el superhéroe de rojo- ¡AYUDA!
Los otros dos se acercan con intención de contraatacar. ¿Que qué hago yo? Salir por patas. Ni si quiera miro atrás cuando oigo un segundo disparo.
M'sheireus Huua Daime'é
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Tema: Re: Mareas misteriosas Miér Abr 29 2020, 16:43
-Robot:Kizennim es conocido como "Aquel que vigila". Es conocido por los nativos de la isla que es alguien importante, pero pocos datos más se tienen de él.
-Yo:¿Y los rumores?
-Robot:La información procedente de rumores no debe tomarse como verídica.
-Yo:¿Y la localización?
-Robot:Está en Vahene, el Santuario del Norte. Se aseguro de que los orgánicos no pudieran llegar hasta él, pues el camino que lleva hasta él está rodeado por Niebla. Además, pocos datos hay de la montaña en la que se asienta, por lo que posiblemente acechen muchos más peligros que la propia Niebla. No entiendo por qué vosotros, los recién llegados, querríais arriesgaros a ello.
-Yo:Porque queremos volver a casa. Y tampoco está bien esto de perder tu cuerpo y, quizás, tu propia identidad.
-Robot:Tenéis una vida y podéis conseguir una labor. La comida y la vivienda tampoco son un problema en la isla. Con eso, vuestras necesidades están cubiertas.
-Yo:No. No, no lo están.
Salgo de la tienda, disfraz en mano. De repente, en el aire hay un extraño olor. Un color amarillento enturbia el aire. Todos los robots empiezan a emitir una luz rojiza por sus ojos. No es necesario que digan más, pues la sensación de atenazante asfixia es más que suficiente. Corriendo, con mi vida en literal peligro de muerte, me pongo el disfraz. Una sensación estática de placer recorre todo mi cuerpo. Tanto es así que suelto una leve risa, sin darme cuenta siquiera que la abertura de mi espalda se ha cerrado sobre sí misma. La calor asfixiante del disfraz me recuerda mi situación actual.
-Yo:No te distraigas. Tienes que buscar a gente con la que ir a la montaña esa.
Voy andando hasta lo que, según el letrero, es el "Departamento de Asuntos Comunes". Dentro, como era de esperar, los dependientes en los mostradores son el mismo modelo de robot. Personas disfrazadas y personajes esperan en colas medianamente largas. Hay varios mostradores, y en uno de ellos aparece lo que busco: "reclutamiento". Me pongo en la cola, y no es hasta 15 minutos después cuando me toca. En este rato he tenido tiempo más que suficiente para observar a fondo a los convertidos. También tengo tiempo de ver como alguien grita con pánico mientras empieza a quitarse la ropa y tira de su piel. A cada tiron suelta un "ay" de dolor. Sus compañeros se lo llevan fuera antes de que la escena siga. Aunque, la verdad, la cosa no es para menos.
-Robot:¿Señor? -Me giro. Es la tercera vez que me llama.- Le decía que si estaría interesado en recuperar disfraces para la ciudad.
-Yo:Pensaba que esto era para reclutar a personas que quieren ir a buscar a Kizennim.
-Robot:Me temo que se equivoca. Para grupos de viaje, le aconsejo ir a las afueras de la ciudad. Este mostrador reúne a grupos que recuperan disfraces para la ciudad.
Recuerdo lo ocurrido antes de llegar.
-Yo:Sin importar el modo, seguro. Perdone.
Salgo del edificio. La Niebla por fin se ha disipado, y puedo quitarme al fin el caluroso disfraz de Klonoa. Antes de hacerlo compruebo que todo sigue en su sitio. La ropa sigue estando unida al cuerpo, el anillo decorativo sigue estando unido al cinto y, no siento nada por más que toque diferentes partes del mismo. Al quitarmelo, miro alrededor, buscando algo que me oriente hacia las afueras. Es entonces cuando veo a Franky, totalmente de rosa y con un cabezón de Spinel en las manos.
En verdad me llamo Franky El Corruptor
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Tema: Re: Mareas misteriosas Sáb Mayo 09 2020, 15:37
Recupero el aliento. Miro a mi alrededor con incredulidad, ya que no me había dado cuenta de haber llegado a esa ciudad cuando lo hice. Miro a la cabeza falsa de Spinel. Más bien su interior. Ahí está de nuevo, la tentación de ponérmela encima. Trato de recapitular sobre lo que había pasado. Cristian. Perdóname, Cristian. Te he abandonado. ¿Cuáles habrán sido sus últimas palabras?
-Cristian: ¡Hostia puta! ¡Pensaba que este rol era apto para niños de primaria! Pero mira las palabrotas y la sangre. Espera, ¿estoy en el hilo de pensamiento de Franky? Genial, aprovecharé para darte un último mensaje. TE VERÉ EN EL INFIERNO, COBARDE DE MIER-.
¡AAH! Dejo de divagar para descubrir que llevo puesta la cabeza del disfraz. Por un momento pensé que era lo más normal del mundo, hasta que dejó de serlo y me la quito.
-¡Franky!
Veo a Max acercarse a mí. Me lleva mi tiempo arrancar pues no le esperaba, tiempo que aprovecha él para empezar a hablar.
-Max: ¿Qué haces aquí?
-Yo: ¿En la ciudad o en la isla?
-Max: … Sí.
-Yo: Estaba en un crucero que naufragó. Y me estaba dirigiendo a Nigis porque me dijeron que me podrían ayudar.
-Max: Estamos en Nigis.
-Yo: Bien, he hecho algo hoy. Bien por mí. Ah, y creo que han matado a alguien por mi culpa.
-Max: Oh, eh… Mis condolencias.
-Yo: Gracias. Iba disfrazado de Deadpool.
-Max: … ¿Estás seguro de que está muerto? Ya sabes, como van los disfraces y ese personaje es MUY difícil de matar…
-Yo: Quién sabe. ¿Qué llevas ahí?
-Max: Un disfraz de Klonoa.
-Yo: ¿Quién?
-Max: JA. JA. JA… Gilipollas. En fin, estaba buscando a alguien que nos lleve a casa.
-Yo: Igualmente. ¿Cuál era su nombre...?
-Max: ¿Kizennim?
-Yo: Ese.
-Max: Estaba buscando un grupo de viaje para ir a buscarlo. Me han dicho que puedo encontrar uno en las afueras.
-Yo: Ir a buscarlo nosotros mismos. Genial.
-Max: ¿Se te ocurre otro plan?
-Yo: ¿Que lo encuentren por nosotros?
-Max: No porque así no avanza el rol.
-Yo: Ok.
-Max: Vamos a preguntarle a alguien la dirección.
Paro al primero que tengo más cerca, quitando a Max, quien resulta ser una réplica exacta de Bender de Futurama.
-Yo: Perdona, ¿sabes…?
-Bender: ¿Qué? ¿Tengo monos en la cara?- le da un trago a una botella-.
-Yo: Eh… Quería saber la dirección para ir a ver el grupo de viaje en las afueras.
-Bender: Sabes que existen las cabinas de suicidio, ¿verdad?
-Yo: ¿Qué?
-Bender: Bueno, aunque es la mejor alternativa si eres más pobre que las ratas.
-Yo: …
-Bender: Te lo digo si te vas de mi vista.
-Yo: Trato hecho.
-Bender: Por allí- señala con la botella-. Ahora fuera de aquí antes de que te haga besar mi brillante culo metálico.
-Yo: Gracias- miro a Max-. Pues hala, tira.
Xalcer Adepto
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Tema: Re: Mareas misteriosas Miér Mayo 13 2020, 03:06
Con un de dolor de sesera tremendo y un poco aturdido abandoné los brazos de Morfeo. Un tenue rayo de sol mañanero se colaba a través de los pliegues de las cortinas del vagón en el que me encontraba, y por los colores de este debía de tratarse de unos de los de la Tropa. Sentía como si me hubieran partido el cráneo en dos. Me pasé la mano por la cara, o más bien la máscara, y al pasar los dedos por encima de la frente, justo encima de mi ojo derecho, podía notar cómo ahora tenía una profunda grieta.
- ... - murmuré.
Debía de haberme llevado un golpe bastante bestia, ya que no recordaba absolutamente nada de lo ocurrido, y los pocos recuerdos que mantenía eran borrosos y difusos, sin saber si eran reales o los había soñado. Me puse en pie a duras penas, agradecido de encontrar mi confiable Aguijón apoyado contra una de las cajas, y salí del vagón.
- ¡Vaya, vaya! Mira quién se ha levantado al fin. - saludó el jefe al verme asomar entre las cortinas, dejando de supervisar a sus trabajadores para acercarse. - Un poco tarde para desayunar, y todavía muy pronto para comer.
- ... - le pregunté al ayudarme a bajar.
- Te ofrecería un brunch, pero quién toma un brunch solo.
- ... - volví a preguntar al ver que no me contestaba.
- A Brumm le gusta esconder sus botes de galletas en la parte de arriba, si quieres correr el riesgo.
Fue al preguntar por tercera vez cuando me dí cuenta de que era incapaz de decir palabra alguna. No importaba cuánto gritara, ningún sonido escapaba de mi boca. Me arranqué la máscara con cierto esfuerzo, respirando el fresco aire de la mañana.
- Aah... - suspiré aliviado al oír de nuevo mi propia voz.
Miré la máscara que tenía en las manos. Pequeños recuerdos de la noche anterior me volvieron a la cabeza. Gente sucumbiendo a sus disfraces, convirtiéndose en los personajes que emulaban. El Hollow Knight era mudo. Un escalofrío me recorrió el espinazo como un calambre y casi sentí la necesidad de lanzar la máscara a tomar por saco, pero algo me detuvo. Me pasé la mano por el rostro, sintiendo una punzada de dolor. Donde la máscara tenía la grieta, yo tenía una herida.
- ¿Qué pasó anoche? No recuerdo nada.
- Oh, te llevaste una buena toña, eso está claro. - dijo soltando una risotada a través de su pálida máscara. - Varios energúmenos hicieron enfadar a las sombras durante el espectáculo y entraron en tropel a la carpa presas del pánico. Fue un caos. Uno de ellos te arreó con una silla cuando las sombras le atraparon. Como buen anfitrión no podíamos dejarte allí tirado después de que tan amablemente aceptaras nuestra invitación.
- Gracias, supongo. - Miré a nuestro alrededor. En vez de estar rodeados de árboles y fauna, la caravana se encontraba en las cercanías de una ciudad de metal, montando nuevamente todo el tinglado. - ¿Dónde estamos? Esto no se parece en nada a Osacomosea.
- El espectáculo siempre debe continuar, y estoy seguro que las buenas gentes de Nigis sabrán apreciar mejor nuestro arte que en Osapuoli.
- ¡¿Me habéis traído a otra ciudad sin decírmelo?!
- Hmm... Parece que el golpe fue aún mayor de lo que pensábamos. - Se inclinó para verme la herida más de cerca, a lo que no tardé en apartarme. - Fuiste tú el que aceptó a acompañarnos. Como te dije anoche, tu disfraz a sufrido un ligero desperfecto. Puede que ahora te resulte efectivo, pero quién sabe por cuánto tiempo. No, es mejor no correr riesgos. Aquí en Nigis disponen de una gran selección de disfraces, no deberías tener problemas en encontrar a alguien que te lo repare o incluso te consiga un reemplazo.
Me llevé la mano nuevamente a la herida. ¿De verdad había hecho eso? Por más que lo intentara no conseguía recordar nada. Era muy frustrante. Solo podía confiar en que lo que decía era cierto. Si acepté a venir a arreglar el disfraz sería por algún motivo. El problema ahora encontrar a alguien para ello. Y qué mejor para empezar a buscar que preguntar al grupo de personas disfrazadas que se encontraba cerca de la carvana en las afueras de la ciudad.